El nuncio apostólico en Bangladesh, sobre los cristianos bangladeshíes y el apoyo a los rohingya Arzobispo Kevin Randall: "En Bangladesh, el diálogo interreligioso no encuentra mucho apoyo"
El Arzobispo Kevin Randall, nuncio apostólico en Bangladesh desde 2023, traza una panorámica de la sociedad, del compromiso y del apoyo de la Iglesia local y del Papa Francisco en favor de los rohingya
"La situación en Bangladesh, donde los cristianos representan sólo el 0,30% de la población, es muy delicada. En general, los cristianos viven pacíficamente, pero ha habido casos en los que han sido maltratados e intimidados por sus vecinos"
"Hay en Bangladesh quien confunde la expresión 'religión oficial del Estado' con expulsión de las minorías", se queja el prelado
"Me complace anunciar que el Papa va a enviar más ayuda económica a los refugiados rohingya. Este gesto suyo ayudará a muchos", explica
"Hay en Bangladesh quien confunde la expresión 'religión oficial del Estado' con expulsión de las minorías", se queja el prelado
"Me complace anunciar que el Papa va a enviar más ayuda económica a los refugiados rohingya. Este gesto suyo ayudará a muchos", explica
(Agencia Fides).- «La situación en Bangladesh», donde los cristianos representan sólo el 0,30% de la población, «es muy delicada. En general, los cristianos viven pacíficamente, pero ha habido casos en los que han sido maltratados e intimidados por sus vecinos». Lo cuenta el Arzobispo Kevin Randall, Nuncio Apostólico en Bangladesh desde 2023, que entrevistado por la Agencia Fides sobre el reciente encuentro que ha mantenido con el Consejero Jefe del gobierno de transición, traza una panorámica de la sociedad, del compromiso y del apoyo de la Iglesia local y del Papa Francisco en favor de los Rohingya.
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-Después de las protestas y las tensiones sociales, ¿cuál es la situación en Bangladesh?
-La situación en Bangladesh es muy delicada. Habiendo un gobierno provisional, algunos se preguntan cuándo se celebrarán elecciones. Otros quieren reescribir la Constitución. Pero hay quienes dicen que un gobierno provisional no tiene autoridad para reescribir la Constitución. Mientras tanto, la violencia de las multitudes domina el país y el Estado de derecho se ve menoscabado.
-¿Cómo viven las comunidades cristianas este momento histórico?
-En general, los cristianos viven pacíficamente, pero ha habido casos en los que han sido maltratados y acosados por sus vecinos. La policía es impotente. Después de que Sheik Hasina abandonara el país, muchos agentes tuvieron miedo y se escondieron. Dejaron sus uniformes para vestir de paisano y ya no acudieron a trabajar.
-¿Las comunidades cristianas tienen expectativas o nutren sentimientos concretos en comparación con el resto de la población?
-Sí, la comunidad cristiana espera que el gobierno provisional proteja a las minorías en este periodo de transición. Las aldeas de cristianos están amenazadas porque hay quienes pretenden apoderarse de sus tierras, aunque sean de su propia etnia. Muchos ciudadanos, ya sean cristianos, budistas o hindúes, son tratados como indeseables, «como si fueran extranjeros», cuando no lo son. La Constitución declara que Bangladesh es un Estado laico con una religión oficial: el Islam. Pero hay quien confunde la expresión «religión oficial del Estado» con la idea de que «las minorías no pertenecen a este lugar» y que éste es «un Estado islámico».
-Durante la reunión con Muhammad Yunus, Consejero Principal del Gobierno Provisional, se ha planteado la necesidad de «proteger» a las minorías. ¿De dónde viene esta preocupación?
-Según el censo de 2022, los cristianos de Bangladesh representan el 0,30% (unos 500.000 creyentes) de la población nacional. Se han dado casos de amenazas contra pueblos, hogares y, especialmente, escuelas. En muchas escuelas católicas ha habido intimidaciones para expulsar a varios profesores. Algunos musulmanes han comunicado a los directores de las escuelas que sus hijos se iban a vestir de una determinada manera, sobre todo si eran niñas. Pero llevar el burka va en contra de nuestra normativa sobre uniformes. Con el Dr. Yunus he tratado cuestiones que preocupan a los cristianos, así como a los budistas y los hindúes. Hay que recordar que la minoría hindú ronda el 8%. Han sufrido la destrucción de muchos templos y el incendio de sus comercios. El Dr. Yunus está de acuerdo en que todas las minorías necesitan protección y está intentando establecer una ley que ponga orden.
-Recientemente se sugirió la creación de un órgano de diálogo interreligioso entre la Santa Sede y los estudiosos del Islam en Bangladesh. ¿Cómo ha sido recibida esta idea?
-La idea de crear un diálogo interreligioso no es mía. La pidió el Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, a través de una carta, pero ya hace años, cuando el cardenal Jean Louis Tauran era el responsable del entonces Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso. El propio Tauran, durante uno de sus viajes aquí en Bangladesh, habló de ello con el ex Primer Ministro Sheik Hasina. Volví a lanzar esta idea al jeque Hasina y, más recientemente, pedí al Dr. Yunus y a su equipo que pensaran concretamente en esta posibilidad.
El concepto ha sido bien recibido, pero creo que tienen otras preocupaciones.- ¿Existen ya medidas concretas para este proyecto?- No, pero se pueden proponer. No podemos forzarlo. A diferencia de los Emiratos Árabes Unidos, donde el Papa Francisco firmó el documento sobre la fraternidad, o de Indonesia, donde el mismo Pontífice ha firmado un nuevo documento sobre la tolerancia en el que elogia el «túnel de la amistad» que conecta la catedral con la mezquita de Yakarta, en Bangladesh el diálogo interreligioso no encuentra mucho apoyo, ni siquiera cuando se practica a nivel de debates académicos.
-Sobre la ayuda humanitaria a los refugiados rohingya, el consejero jefe ha solicitado el apoyo del Vaticano. ¿Cómo se puede tener en consideración esta petición?
-El Consejero Jefe no ha pedido la ayuda de la Santa Sede, como se ha informado en diversos medios de comunicación. Pidió el apoyo de la Santa Sede para las reformas que él y su equipo están llevando a cabo, pero no en términos de ayuda financiera, ni siquiera con respecto a los rohingya.
Fui yo quien pidió al Consejero Jefe, en nombre del Papa, que siguiera ayudando y protegiendo a los rohingya. Le expliqué que la organización Cáritas de la Iglesia católica había estado ayudando continuamente a los desplazados desde 2017, pero que los fondos estaban disminuyendo. Antes de partir hacia Bangladés, el Papa Francisco me pidió que no olvidara a los rohingya. Estos migrantes estaban sufriendo violencia en su propio país y vinieron aquí a pedir ayuda. Pero, por desgracia, los birmanos perciben a los rohingya como un grupo étnico y religioso que pertenece a «este país», Bangladesh.
El cardenal Patrick D'Rozario y yo hicimos una visita oficial. Las condiciones de vida son muy difíciles. Los niños y los jóvenes no reciben ninguna educación. Además, por ley, el 25% de nuestra ayuda debe ir a la comunidad local. Me complace anunciar que el Papa va a enviar más ayuda económica. Este gesto suyo ayudará a muchos».