Un acontecimiento excepcional para el pueblo libanés y para la comunidad armenia católica de todo el mundo Beirut rinde homenaje a los restos del cardenal Agagianian, el 'homo Dei' de San Pablo

(Vatican News).-El Patriarcado Armenio Católico de Cilicia había anunciado recientemente el traslado de los restos mortales del Siervo de Dios, Cardenal Gregorio Pedro XV Agagianian. Se trata de un acontecimiento de gran importancia para la comunidad armenia católica de todo el mundo y para el pueblo libanés.

"Políglota y jurista de renombre, Agagianian dirigió la Sagrada Congregación De Propaganda Fide como prefecto del 18 de julio de 1960 al 19 de octubre de 1970. Falleció el 16 de mayo de 1971 en Roma"

Krikor Bedros XV Agagianian fue Cardenal de la Santa Iglesia Romana y 15º Patriarca de Cilicia de los Armenios Católicos. Fue ordenado sacerdote el 23 de diciembre de 1917. Fue nombrado Obispo el 11 de julio de 1935 por el Papa Pío XI y elegido Patriarca de Cilicia de los Armenios Católicos por el Sínodo de la Iglesia Católica Armenia el 30 de noviembre de 1937 con el nombre de Krikor Bedros (Gregorio Pedro) XV. El 18 de febrero de 1956, el Papa Pío XII le creó cardenal y le asignó el título de San Bartolomé de la Isla. Políglota y jurista de renombre, Agagianian dirigió la Sagrada Congregación De Propaganda Fide como prefecto del 18 de julio de 1960 al 19 de octubre de 1970. Falleció el 16 de mayo de 1971 en Roma.

"La ceremonia estará presidida por Su Beatitud Raphael Bedros XXI Minassian, Patriarca de Cilicia de los Armenios Católicos, promotor de la causa de beatificación y canonización"

El traslado de los restos mortales tendrá lugar desde la iglesia armenia de San Nicolás de Tolentino, en Roma, y después desde el aeropuerto internacional Leonardo da Vinci de Fiumicino, en Roma, hasta el aeropuerto internacional Rafic Hariri de Beirut, para terminar en la plaza de los Mártires de Beirut. La ceremonia estará presidida por Su Beatitud Raphael Bedros XXI Minassian, Patriarca de Cilicia de los Armenios Católicos, promotor de la causa de beatificación y canonización, que comenzó con la apertura de la encuesta diocesana en 2022.

Su Beatitud Minassian supervisará personalmente todas las etapas del traslado, viajando en el mismo vuelo hasta el destino final en Beirut, para garantizar que cada momento esté marcado por el debido respeto y solemnidad. Además del Patriarca Minassian, asistirán a la ceremonia de bienvenida en Beirut el Primer Ministro libanés Najīb ʿAzmī Mīqātī y diversas personalidades religiosas, políticas y sociales. Este acto será una oportunidad para unir a los libaneses de todas las confesiones, promoviendo la unidad nacional y el diálogo interreligioso. Al final de la ceremonia, los restos del cardenal Agagianian serán trasladados en procesión a la catedral católica armenia de los Santos Elías y Gregorio el Iluminador, donde serán consagrados en la tumba recién construida.

El legado de fe y amor dejado por el cardenal, que sigue inspirando a los fieles 53 años después de su muerte, es un gesto de profundo respeto y una invitación a la comunidad a vivir de acuerdo con sus principios de caridad y servicio. El cardenal Agagianian -conocido por su compromiso con la construcción de iglesias, escuelas y orfanatos- goza de un amplio respeto entre las distintas comunidades del Líbano. Su regreso a Beirut, su patria espiritual, ofrece una oportunidad única para renovar la fe y reforzar los lazos interconfesionales en el país.

"El cardenal Agagianian -conocido por su compromiso con la construcción de iglesias, escuelas y orfanatos- goza de un amplio respeto entre las distintas comunidades del Líbano"

En una época caracterizada por profundos cambios, a veces acompañados de desafíos doctrinales y morales, la figura de Agagianian encarna al hombre de fe en el que se funden la gracia y la naturaleza; representa así a la nueva criatura de la que habla San Pablo en sus cartas. Descrito como el «homo Dei» de San Pablo, Agagiano encarnó la grandeza del sacerdocio y habló de él con una elocuencia fascinante. Fue un misionero animado por la caridad de Cristo, dispuesto a sacrificarlo todo, incluso su propia vida, por el bien de las almas. Como buen pastor, reflejaba la mansedumbre de Cristo, mientras que como apóstol mantenía vivo el sensus Christi y el sensus Ecclesiae, bebiendo de la fuente del corazón de Dios. Su ejemplo de integridad, espiritualidad y dedicación ofrece una guía clara, aunque silenciosa, sobre el camino a seguir para la restauración de uno mismo, de la Iglesia y del mundo: la caridad.