"Muchos clérigos han entregado su vida hasta el último momento" Cardenal Stella: "Hay que facilitar el acceso a la vacuna a los sacerdotes que ejercen su ministerio en la parroquia porque realizan un servicio socialmente útil"
“Me han edificado tantos actos de valentía, de obispos, sacerdotes y fieles laicos, que han sido capaces de dejar de lado sus esfuerzos personales para salir al encuentro de los demás”
“La Iglesia no estuvo ni está exenta de los efectos de este drama del coronavirus; en primer lugar por la muerte de tantos de sus ministros, no pocos de los cuales fueron abatidos por el virus mientras trabajaban generosamente para el Pueblo de Dios”
| Jordi Pacheco
Facilitar el acceso a la vacuna a los sacerdotes —"al menos a los encargados de las almas"— para que puedan seguir ejerciendo su ministerio con garantías. Esta es la esperanza del cardenal Beniamino Stella, Prefecto de la Congregación para el Clero. "Hay sacerdotes que han entregado verdaderamente su vida hasta el último momento, aprovechando la oportunidad de la pandemia para vivir en plenitud su 'aquí estoy' a la llamada del Señor, pronunciada el día de su ordenación", ha asegurado el purpurado en una entrevista concedida al portal italiano SIR.
Para Stella, un sacerdote fiel a su vocación y misión, y que se dedica a ejercer su ministerio en la parroquia, en las cárceles, en los hospitales, podría ser considerado parte de una 'categoría de riesgo', “por realizar un servicio ‘socialmente útil’”.
Durante el primer año de pandemia, el número de sacerdotes diocesanos muertos en Italia por covid-19 es de 269. Para Stella, resulta evidente que, al igual que otros componentes de la sociedad, también la Iglesia ha pagado un alto precio a causa de la pandemia y sus consecuencias, que han penetrado profundamente en la vida de las personas, sacudiendo y a veces demoliendo los hábitos cotidianos. “La Iglesia no estuvo ni está exenta de los efectos de este drama, en primer lugar por la muerte de tantos de sus ministros, no pocos de los cuales fueron abatidos por el virus mientras trabajaban generosamente para que el Pueblo de Dios sintiera la cercanía de sus pastores y para que no les faltara el consuelo de los sacramentos y el anuncio de la palabra de Dios”, ha comentado.
Doctor en derecho canónico y diplomático de la Santa Sede, Stella considera que reconocer el servicio social que prestan los sacerdotes y de facilitar el acceso a la vacuna a los más expuestos a los riesgos de contagio es un asunto que debe ser objeto de atención por parte de las autoridades civiles y eclesiásticas competentes. A este respecto, le gusta recordar a modo de ejemplo lo que le dijo hace meses el arzobispo de una gran ciudad de América Latina. “Al principio de la pandemia —cuenta— el arzobispo tuvo que retirar a los capellanes de los hospitales, ya que en su mayoría eran sacerdotes de edad avanzada, con riesgo de contagio. En respuesta, otros sacerdotes más jóvenes se ofrecieron como voluntarios para servir en los hospitales, recibiendo el permiso de las autoridades civiles y siendo provistos de la ‘ropa’ adecuada para ejercer su ministerio con seguridad. De este modo, dijo el arzobispo, nadie en su diócesis que lo deseara moría sin los sacramentos o era hospitalizado sin recibir también asistencia espiritual. Esto me parece un feliz ejemplo de cooperación entre las autoridades civiles y eclesiásticas para facilitar la vacuna a los sacerdotes”, ha zanjado.
Preguntado por si la Iglesia ha dado pruebas de valor en estos tiempos difíciles, sostiene que “los juicios absolutos son peligrosos”, especialmente en situaciones y contextos como el actual, en el que la emergencia aún no ha terminado. “Puedo decir —sostiene— que me han edificado tantos actos de valentía, de obispos, sacerdotes y fieles laicos, que han sido capaces de dejar de lado sus esfuerzos personales para salir al encuentro de los demás”.
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