La Iglesia ortodoxa rusa lamenta que no se denuncien "los asaltos a templos" por parte de Ucrania El Consejo Mundial de las Iglesias condena la "ilegal e injustificable" invasión de Ucrania
“Ilegal e injustificable”. La guerra en Ucrania lleva planeando sobre la 11ª Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) incluso antes de su inauguración en Karlsruhe el pasado 31 de agosto, y hoy, en su clausura, se ha concretado en una declaración formal
Bajo el título “Guerra en Ucrania, paz y justicia en la región europea", la declaración muestra su repulsa por la invasión perpetrada por Rusia el 24 de febrero y renueva el llamamiento al alto el fuego y a la retirada de las tropas de Vladimir Putin
"La tarea de la recuperación de la posguerra será ardua y larga, con enormes costes humanitarios, financieros y ecológicos", dice la declaración, que recuerda que "las Iglesias están llamadas a desempeñar un papel clave en la curación de los recuerdos, la reconciliación y la atención diaconal"
“Por desgracia, el documento final sigue estando muy politizado. No se han incluido todas las propuestas de la Iglesia rusa, lo que nos impide declarar su apoyo", señaló la delegación de la Iglesia ortodoxa rusa
"La tarea de la recuperación de la posguerra será ardua y larga, con enormes costes humanitarios, financieros y ecológicos", dice la declaración, que recuerda que "las Iglesias están llamadas a desempeñar un papel clave en la curación de los recuerdos, la reconciliación y la atención diaconal"
“Por desgracia, el documento final sigue estando muy politizado. No se han incluido todas las propuestas de la Iglesia rusa, lo que nos impide declarar su apoyo", señaló la delegación de la Iglesia ortodoxa rusa
| J. Lorenzo
“Ilegal e injustificable”. La guerra en Ucrania lleva planeando sobre la 11ª Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) incluso antes de su inauguración en Karlsruhe el pasado 31 de agosto, y hoy, en su clausura, se ha concretado en una declaración formal en la que, bajo el título, “Guerra en Ucrania, paz y justicia en la región europea", muestra su repulsa a la invasión perpetrada por Rusia el 24 de febrero y renueva el llamamiento al alto el fuego y a la retirada de las tropas de Vladimir Putin.
"Hacemos un llamamiento a todas las partes del conflicto para que respeten los principios del derecho internacional humanitario, especialmente en lo que respecta a la protección de los civiles y de las infraestructuras civiles, y para que den un trato humano a los prisioneros de guerra", dice la declaración.
Asimismo, el texto insta “a todas las partes a que se retiren y se abstengan de llevar a cabo acciones militares en las inmediaciones de la central nuclear de Zaporizhzhia y en otros lugares similares que puedan suponer una amenaza inimaginable para las generaciones actuales y futuras".
Oración por todas las víctimas
"Nos unimos a la oración por todas las víctimas de este trágico conflicto, en Ucrania, en la región y en todo el mundo, para que cese su sufrimiento y sean consoladas y devueltas a una vida segura y digna, y les aseguramos el amor y el acompañamiento de la comunidad mundial de iglesias del CMI”, prosigue la declaración.
Igualmente, el CMI se compromete a "intensificar el diálogo sobre las cuestiones que nos dividen”, porque "las cuestiones que plantea este conflicto son, en efecto, profundas y fundamentales, tanto para el movimiento ecuménico como para el mundo en general, y justifican un diálogo intenso y sostenido para abordarlas".
"La tarea de la recuperación de la posguerra será ardua y larga, con enormes costes humanitarios, financieros y ecológicos", dice la declaración, que recuerda que "las Iglesias están llamadas a desempeñar un papel clave en la curación de los recuerdos, la reconciliación y la atención diaconal".
Comunicado de la delegación ortodoxa rusa
Esta declaración, como era previsible, no fue suscrita por la delegación de la Iglesia ortodoxa rusa participante en la Asamblea de Karlsruhe, en el centro de las críticas desde el mismo momento de la inauguración de este encuentro ecuménico, a pesar de los esfuerzos de los organizadores por justificar su presencia en ese foro como un paso que podría facilitar el diálogo con los delegados de la Iglesia ortodoxa de Ucrania y, así, ayudar a trabajar por el fin de la contienda.
En todo caso, la delegación rusa reaccionó a esta declaración a través de un comunicado firmado por el metropolitano Antonio de Volokolamsk, presidente del Departamento de Relaciones Exteriores Eclesiásticas del Patriarcado de Moscú y jefe de la delegación en esta Asamblea General del Consejo Mundial de Iglesias, en la que justifica no haber suscrito el texto de condena.
Aun así, el metropolita ruso asegura que “somos cautelosamente optimistas respecto a la posición del Consejo Mundial de Iglesias, que, mientras reflexiona sobre el documento relativo al conflicto ucraniano, y a pesar de la presión política sin precedentes (incluidos los llamamientos a excluir a la Iglesia rusa de la Asamblea en el discurso del Presidente de la RFA, F.-W. Steinmeier, y en declaraciones de otros), se abstuvo de hacer acusaciones contra la Iglesia Ortodoxa Rusa y reconoció la importancia de la vasta misión humanitaria que está organizando para los refugiados y las víctimas del conflicto con la bendición de Su Santidad el Patriarca Cirilo de Moscú y toda Rusia”.
"Un documento muy polarizado"
“Por desgracia -añade en alusión a la declaración-, el documento final sigue estando muy politizado. No se han incluido todas las propuestas de la Iglesia rusa, lo que nos impide declarar su apoyo. Al mismo tiempo, suponemos que el debate en la Asamblea puede servir al Consejo Mundial de Iglesias como punto de partida para un estudio objetivo e imparcial de las causas del conflicto que lleva años en Ucrania, así como para otros esfuerzos por la paz”.
Finalmente, el jefe de la delegación rusa también “lamenta que no se haya tenido en cuenta la propuesta de los representantes de la Iglesia Ortodoxa Rusa de denunciar los múltiples asaltos a los templos de la Iglesia canónica por parte de la llamada ‘Iglesia Ortodoxa de Ucrania’. Esperamos que el Consejo Mundial de Iglesias se comprometa a seguir estudiando la cuestión”.
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