Los obispos alemanes esperan que el Sínodo permita una mayor libertad de decisión James Martín, sj.: "No creo que nadie esté pensando en un Concilio Vaticano tercero"
"Ningún sínodo, ninguna asamblea y ningún Papa pueden hacer frente a todos los retos de la Iglesia. Pero, ¿es descabellado pensar que un grupo de católicos comprometidos no pueda ayudar a debatir en profundidad entre sí al menos algunos de los retos?"
Bätzing abogó por dar más libertad a las conferencias episcopales, pues "las Iglesias particulares recorren caminos muy diferentes con un mismo espíritu. Si compartimos esta experiencia entre nosotros, quizá el miedo a que la diversidad provoque rupturas también pueda reducirse". En cambio, "la diversidad dentro de la Iglesia debe entenderse como riqueza"
"No creo que nadie esté pensando en un Concilio Vaticano tercero". El jesuita James Martin, sj., que ya se encuentra en Roma para participar en el Sínodo, espera que la reunión mundial, en la que por primera vez participarán, con voz y voto, mujeres y laicos, pueda ser "el comienzo de un maravilloso crecimiento en la Iglesia".
Tal y como subraya en una entrevista con Zeit que rescata Katholische, Martin mostró su confianza en que haya cambios en el trato a gays, lesbianas y otras realidades sexuales. "Mi sensación es que el verdadero juicio sólo puede desarrollarse cuando las discusiones son abiertas. Eso, por su propia naturaleza, requiere confidencialidad", insistió.
Pese a todo, pidió calma. "Ningún sínodo, ninguna asamblea y ningún Papa pueden hacer frente a todos los retos de la Iglesia. Pero, ¿es descabellado pensar que un grupo de católicos comprometidos no pueda ayudar a debatir en profundidad entre sí al menos algunos de los retos?", y resaltó que la Iglesia puede recuperar su credibilidad moral "admitiendo sus crímenes y pecados, pidiendo perdón y compensando (...). el mensaje más importante de la Iglesia no es un libro, sino una persona: Jesucristo", finalizó.
Las dificultades del Camino Sinodal alemán
Por su parte, los obispos alemanes se mostraron confiados en que los resultados del Sínodo puedan hacer que el Papa "se sienta vinculado y comprometido" con lo que pueda aprobarse entre el 4 y el 29 de octubre. Así, al menos, lo ha apuntado el presidente del episcopado, Georg Bätzing. Por contra, el obispo de Passau, Stefan Oster, señaló que es el Pontífice quien dege juzgar bien "lo que el Espíritu de Dios le dice a él y a todos nosotros" durante el Sínodo, frente al modelo alemán que, en su opinión, "ha provocado más oposición entre la Iglesia alemana y Roma, entre nosotros los obispos y entre todo el pueblo de Dios".
Oster fue uno de los cuatro obispos que votó en contra de seguir financiando el Comité Sinodal alemán, frente al parecer mayoritario del episcopado. En este sentido, Bätzing abogó por dar más libertad a las conferencias episcopales, pues "las Iglesias particulares recorren caminos muy diferentes con un mismo espíritu. Si compartimos esta experiencia entre nosotros, quizá el miedo a que la diversidad provoque rupturas también pueda reducirse". En cambio, "la diversidad dentro de la Iglesia debe entenderse como riqueza".
Al igual que Bätzing, el obispo de Essen, Franz-Josef Overbeck, confió en que los temas del Camino Sinodal puedan debatirse en Roma, espsecialmente los referentes a "la violencia sexualizada en la Iglesia".