Jorge Crisafulli: "Estamos consternados y muy preocupados" Misiones Salesianas condena los ataques a cristianos en Nigeria y trabaja por la convivencia
Un grupo de hombres con armas de fuego y explosivos irrumpieron durante la celebración de Pentecostés y mataron a cerca de 100 personas, entre ellos muchos niños
“Fue una atrocidad, se le atribuyó una falsa blasfemia contra el islam y la mataron a pedradas y quemaron después su cuerpo. Lo peor es que los autores fueron sus propios compañeros de Magisterio...”
| Misiones Salesianas
“Estamos consternados y muy preocupados por lo que ha ocurrido por primera vez en la región suroeste, a tan sólo 60 kilómetros de Ondo y a 50 de Akure, donde tenemos dos de las casas que marcan nuestra presencia salesiana en Nigeria. Existía cierta sensación de seguridad en esta zona, pero ahora tenemos miedo por la situación de nuestros hermanos y, sobre todo, por las distintas comunidades a las que acompañamos”, asegura Jorge Crisafulli, superior de los Salesianos en Nigeria y en Níger.
El último episodio de violencia extrema contra los cristianos en Nigeria tuvo lugar el pasado domingo en la iglesia de San Francisco Javier de Owo, en el estado de Ondo, en el suroeste del país. Un grupo de hombres con armas de fuego y explosivos irrumpieron durante la celebración de Pentecostés y mataron a cerca de 100 personas, entre ellos muchos niños.
Hace unas semanas los episodios de violencia contra los cristianos se recrudecieron tras el asesinato en el norte de la estudiante cristiana Deborah Samuel. “Fue una atrocidad, se le atribuyó una falsa blasfemia contra el islam y la mataron a pedradas y quemaron después su cuerpo. Lo peor es que los autores fueron sus propios compañeros de Magisterio...”, añade el misionero salesiano.
El último episodio de violencia extrema contra los cristianos en Nigeria tuvo lugar el pasado domingo en la iglesia de San Francisco Javier de Owo, en el estado de Ondo, en el suroeste del país. Un grupo de hombres con armas de fuego y explosivos irrumpieron durante la celebración de Pentecostés y mataron a cerca de 100 personas, entre ellos muchos niños.
Hace unas semanas los episodios de violencia contra los cristianos se recrudecieron tras el asesinato en el norte de la estudiante cristiana Deborah Samuel. “Fue una atrocidad, se le atribuyó una falsa blasfemia contra el islam y la mataron a pedradas y quemaron después su cuerpo. Lo peor es que los autores fueron sus propios compañeros de Magisterio...”, añade el misionero salesiano.
Desde MISIONES SALESIANAS condenamos estos ataques, nos unimos al dolorde la comunidad cristiana en Nigeria y mostramos nuestra solidaridad con la población. Los misioneros salesianos continuaremos a su lado trabajando por el desarrollo humano y la convivencia pacífica.
Nigeria se enfrenta desde hace 12 años al avance de una insurrección yihadista en el noreste del país, a grupos criminales que cometen secuestros multitudinarios en la zona noroeste y, cada vez más, a la violencia de grupos separatistas establecidos en el centro y en el sureste del país. Sin embargo, este tipo de acciones violentas no son habituales en el suroeste, normalmente exento de la violencia que sacude otras partes del país.
Desde el Papa Francisco hasta el presidente de Nigeria, pasando por las autoridades civiles y eclesiásticas locales, los mensajes de condena fueron unánimes desde el primer momento, con llamamientos a la oración y a la paz, pero también apelando a la seguridad de la población.
Nigeria se enfrenta desde hace 12 años al avance de una insurrección yihadista en el noreste del país, a grupos criminales que cometen secuestros multitudinarios en la zona noroeste y, cada vez más, a la violencia de grupos separatistas establecidos en el centro y en el sureste del país. Sin embargo, este tipo de acciones violentas no son habituales en el suroeste, normalmente exento de la violencia que sacude otras partes del país.
Desde el Papa Francisco hasta el presidente de Nigeria, pasando por las autoridades civiles y eclesiásticas locales, los mensajes de condena fueron unánimes desde el primer momento, con llamamientos a la oración y a la paz, pero también apelando a la seguridad de la población.
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