Su país, Rwanda, ha pasado por un difícil período de genocidio. Aún hoy necesita sanar sus heridas y vivir la reconciliación. ¿Qué desafíos siente como futuro Cardenal, en un momento en que el Papa acaba de publicar la encíclica "Fratelli tutti", y cómo vive esta realidad en su nueva responsabilidad como Cardenal?
R. - Acabamos de completar un camino de 26 años desde el genocidio. Y hemos trabajado mucho por la reconciliación. Ha sido muy doloroso ver a una comunidad católica y cristiana desgarrada, matándose entre sí hasta el genocidio. Agradecemos al Señor por el camino que hemos tomado hasta ahora. Sin embargo, en la actualidad hemos alcanzado un nivel de reconciliación y unidad, y la encíclica del Papa "Fratelli tutti" ha sido bien recibida en Rwanda. Estamos meditando y profundizando sobre ella. La encíclica fortalecerá y facilitará nuestra labor pastoral en la esfera de la reconciliación. Ahora es un desafío para mí, está este rol en la evangelización, en el seno de la Iglesia universal: quiero también dar testimonio de mi compromiso, de lo que podría compartir con otros que también sufren mucho por los conflictos violentos y por el desmoronamiento de las comunidades.
El 7 de mayo de 2013 fue nombrado obispo de Kibungo, y el 19 de noviembre de 2018, el Papa Francisco lo nombró arzobispo de Kigali. Y ahora que es usted cardenal de la Iglesia universal, ¿cómo mide la grandeza de este oficio y la confianza que la Iglesia deposita en usted?
R. - Doy gracias al Señor por esta gracia con la que obra en su Iglesia, que actualmente se enfrenta a varios desafíos. Por lo tanto, debemos trabajar duro para transmitir y hacer entender el mensaje de salvación. Es a la vez una alegría, un gran compromiso y un desafío.
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“Vivimos tiempos de tensión, mezclados con la pandemia de Covid-19. Debemos guiar a las personas hacia la paz y la fraternidad”, explica Antoine Kambanda, arzobispo de Kigali
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Será usted el primer cardenal de su país...
R. - Sí, en la historia de Ruanda soy el primer cardenal. En ACEAC (Asociación de las Conferencias Episcopales de África Central), es decir, Ruanda, República Democrática del Congo y Burundi, sólo teníamos al cardenal de la República Democrática del Congo. Ahora es una gran alegría para la Región de los Grandes Lagos y para la ACEAC tener un segundo cardenal.
¿Qué mensaje puede enviar a sus compatriotas en Rwanda respecto de esta alegría de tener un primer cardenal y también para esta región de los Grandes Lagos que necesita, como usted dijo, un gran mensaje de reconciliación?
R. - Agradezco mucho a mis compañeros obispos de Rwanda y a la ACEAC por la colaboración, la solidaridad y el trabajo que estamos haciendo. Si el Papa me ha nombrado cardenal es también gracias a la fe, el trabajo y la pastoral de toda la comunidad. Les aseguro mi colaboración y solidaridad, especialmente por la paz y la reconciliación en la región. Vivimos en tiempos de tensión, mezclados con la pandemia de Covid-19. Como pastores, debemos guiar a la gente en la paz y la fraternidad. En este contexto, la encíclica "Fratelli tutti" nos iluminará y nos ayudará mucho en nuestra labor pastoral de reconciliación y fraternidad en la región.
25 años después del terrible genocidio de 1994, #Rwanda ha pasado página e invierte en crecimiento económico y nuevas tecnologías.
— UNESCO en español (@UNESCO_es) April 7, 2019
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