El purpurado ha sido nombrado prefecto de Propaganda Fide Tagle se despide de Filipinas: "Seamos nosotros mismos un regalo para el otro"
"El cristiano es el que teje con paciencia, sabiduría y gracia, una relación humana. Es un trabajo delicado, tan fácil de destruir (solo tirar de un hilo) como agotador"
El purpurado defiende el valor de la sonrisa, "que sabe ver lo bueno, lo positivo, la acción de Dios incluso en momentos dolorosos"
Tagle denuncia "el miedo que alimenta actitudes violentas, prejuicios y hostilidades que pueden durar generaciones y afectar a pueblos enteros"
Tagle denuncia "el miedo que alimenta actitudes violentas, prejuicios y hostilidades que pueden durar generaciones y afectar a pueblos enteros"
| RD/Fides
“Acoger al otro como un regalo. Ser nosotros mismos un regalo para el otro, siguiendo el ejemplo de Jesucristo que es un regalo para la humanidad. Es el regalo más grande que hemos recibido, y ese regalo da fruto: nosotros mismos somos el fruto de su Espíritu y de su presencia, somos los que testimoniamos y llevamos este regalo de valor incalculable al mundo”. Son las palabras del cardenal Luis Antonio Tagle, al concluir la Conferencia de Filipinas para la Nueva Evangelización, celebrada en Manila los días 28 y 29 de enero de 2020.
El evento celebrado en el Araneta Coliseum, -polideportivo de la ciudad de Quezn, una de las ciudades que conforman la “MetroManila”-, congregó a más de diez mil fieles, entre sacerdotes, religiosos, jóvenes y adultos de las parroquias de la archidiócesis que se reunieron para dar una señal tangible de “comunión de comunidad” y también para despedir al cardenal Tagle, quien está a punto de comenzar su trabajo en el Vaticano como Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los pueblos.
Paciencia, confianza y respeto
El cardenal, centrado en el tema central de la reunión, la proximidad, habló de la relación interpersonal usando una imagen, la del tejedor: “El cristiano es el que teje con paciencia, sabiduría y gracia, una relación humana. Es un trabajo delicado, tan fácil de destruir (solo tirar de un hilo) como agotador. En este sentido, el diálogo es parte de esta relación que significa tener un estilo de vida abierto, confianza, respeto y fraternidad hacia los demás, viendo el bien que hay en él, la semilla de Dios en él”.
Este estilo, “también se nutre gracias a elementos humanos como compartir una comida; o al escuchar y tocar música, que enseña armonía, como sucede en las tres notas de un acorde. Amabilidad y la amistad hacia cada persona son hilos de este tejido y también lo es la sonrisa, un elemento típico de la cultura filipina, que sabe ver lo bueno, lo positivo, la acción de Dios incluso en momentos dolorosos”.
Año del ecumenismo
“En este trabajo, - subrayó el cardenal Tagle-, el tejedor principal es el Espíritu Santo, que une a las personas de diferentes idiomas, culturas y tradiciones en su amor. Somos agentes y colaboradores del Espíritu Santo, cuando participamos en este trabajo de tejer entre los hombres”. En esta perspectiva, explicó que la Iglesia en Filipinas está inmersa en el Año especial del ecumenismo, del diálogo interreligioso y de los pueblos indígenas. Se trata de una convocatoria de los Obispos filipinos para este 2020 en preparación del 500 aniversario de la llegada de la fe al archipiélago (1521-2021).
Para responder la pregunta, ”¿quién es mi prójimo?”, el cardenal explicó que “debemos comenzar por reconocernos como prójimos para los demás. Podemos construir un mundo en el que el otro sea mi prójimo, a quien acoger y cuidar y ser yo el prójimo para el otro. Es una experiencia que nos lleva a reconocer la singularidad y la preciosidad de cada persona, a reconocerse a uno mismo como un don y a ver al prójimo como un don de Dios”.
“¿Pero por qué esto a veces no sucede?”, preguntó. “Porque hay miedo que alimenta actitudes violentas, prejuicios y hostilidades que pueden durar generaciones y afectar a pueblos enteros. Es el miedo a que el otro, el diferente, el no cristiano se nos acerque. Solo partiendo de la verdad sobre nosotros mismos, mediante gestos de humildad y arrepentimiento, es posible abrirnos al otro y reconocerlo como un regalo. De aquí viene la gratitud hacia Dios, por habernos dado el regalo de la otra persona. Esta gratitud produce comunión, solidaridad y responsabilidad de cuidarnos unos a otros. Todos tenemos una necesidad y todos somos un regalo. Tú eres el regalo que responde a la necesidad del otro”, explicó citando la actitud del buen samaritano, es decir, la compasión. Y concluyó: “Cristo entiende y conoce nuestras necesidades y se hizo don para todos nosotros ofreciendo su cuerpo, su sangre, todo de sí mismo, por nuestra humanidad. Cristo es el regalo más grande que inspira nuestro ser don para otros”.
Reconocimiento de los obispos
“La Conferencia nació gracias a una intuición del cardenal Luis Antonio Tagle que quería invitar a una reflexión y toma de conciencia a toda la comunidad de Manila, - sacerdotes, religiosos, laicos, jóvenes, familias -, sobre la Nueva Evangelización. Partimos de la base de que nosotros mismos necesitamos ser evangelizados. En un país como el nuestro, hay muchas manifestaciones de devoción popular, pero, por ejemplo, el porcentaje de personas que asisten a misa dominical no supera el 20%”. Lo explica a la Agencia Fidees el padre Estaban Lo, religioso de la Sociedad de Lorenzo Ruiz y Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias en el país del sudeste asiático.
“A menudo, cuando pensamos en la misión, nos referimos al envío de misioneros a países distantes, donde los cristianos son minorías o donde no es fácil vivir. Pero, 500 años después del primer bautismo que tuvo lugar en Filipinas en 1521, estamos llamados a interrogarnos sobre la necesidad de volver a evangelizar a nuestra gente, los bautizados que se han vuelto “tibios” o los que han dejado de lado su fe”.
Cada año, la conferencia está dedicada a un tema específico y, si el año pasado el evento se centró en el mundo de los jóvenes, este año el diálogo es el centro de atención. El pasaje evangélico de Lucas, en el que pregunta, “¿Quién es mi prójimo”, inspiró la edición de 2020 que en un principio había sido programada para el verano. La necesidad de anticipar los tiempos estuvo motivada para permitir que el cardenal Luis Antonio Tagle estuviera presente, ya que está a punto de abandonar Manila para asumir el cargo de Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos en el Vaticano.