Monseñor Timothy Costelloe, contra una ley de denuncia obligatoria Víctimas tachan de "cabezón" a un arzobispo australiano que se niega a romper el secreto de confesión en casos de abusos
"Amenazar" a los curas con multas o la prohibición de trabajar con niños "equivale a interferir con la libre práctica de la fe católica", advierte Costelloe
Víctimas le contestan: El secreto de confesión es una "norma ridícula" que pone en peligro a los menores
¿Obligar a los sacerdotes a denunciar a la policía los casos de abusos de los que tengan conocimiento en el confesionario protegería mejor a los niños? Es un debate que se está teniendo en muchos países, entre ellos, Australia, donde el arzobispo de Perth, Timothy Costelloe, se ha mostrado partidario a ultranza de mantener el secreto de confesión incluso en estos casos de pederastia. Una postura que le ha acarreado fuertes críticas de víctimas, que le han tachado de "ignorante y cabezón".
El Gobierno del estado de Australia Occidental, capital del cual es la ciudad de Costelloe, busca seguir el ejemplo de otros estados del país y obligar por ley a los curas a denunciar a las autoridades civiles los casos de abusos que se confiesen. Los médicos, profesores, enfermeros, policías y otros profesionales de la salud y de la educación ya están obligados por ley a denunciarlos, bajo pena de multa de hasta 6.000 dólares australianos (3.700 euros) y la prohibición de trabajar con niños. Ahora el gobierno del estado busca extender la obligación a los líderes de las diversas religiones.
"Interfiere con la libre práctica de la fe", sostiene el arzobispo
Costelloe no está para nada de acuerdo con esta extensión, ya que considera que obligar a romper la confidencialidad de las confesiones causaría "gran preocupación y angustia" entre los fieles, según recoge el Guardian. No solo eso, pero ya que muy pocos pedófilos llegan a confesar sus crímenes a los curas, una eventual ley a este fin sería ineficaz.
"La libertad y confianza absolutas para revelar las profundidades de nuestra vergüenza y pesar a Dios para que de ese modo experimentemos su misercordia de una forma verdaderamente humana a través del ministerio del sacerdote requiere que no haya posibilidad de autoincriminación ante la ley", argumenta Costelloe. "Amenazar a los curas con enjuiciarlos si permanecen fieles a esta doctrina fundacional de la Iglesia equivale a interferir con la libre práctica de la fe católica", prosigue el arzobispo de Perth.
El secreto de confesión, "una regla ridícula"
Chrissy Foster, madre de dos víctimas de un cura pederasta -una que se suicidó y otra que fue paralizada en un accidente de tráfico- arremetió contra Costelloe por sus comentarios.
"El secreto de confesión es un ejemplo de una de las normas ridículas que a la Iglesia se le ha permitido fijar para sí misma", criticó Foster, archiconocida defensora a nivel nacional de supervivientes de abusos del clero. "Que este arzobispo insista en eso tras todos las informaciones que han expuesto la inacción de la Iglesia a la hora de prevenir violaciones de niños demuestra lo ignorante y cabezón que es", afeó.
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