Víctimas del "lavado de cerebro" yihadista, están "atrapados" en el sistema judicial iraquí El arzobispo de Kirkuk alerta de la "emergencia" de los miles de niños "huérfanos de Daesh"
Casi 200 niños y jóvenes entre los 8 y los 18 años ya han sido condenados a penas de cárcel de hasta 15 años, advierte monseñor Yousif Thoma Mirkis
"Muchos de estos menores nacieron de combatientes provenientes de Francia, Alemania, Bélgica o Gran Bretaña y pertenecen a estos países. Sus gobiernos deben ocuparse de ellos", opina el prelado
| RD/AsiaNews
Los huérfanos de DAESH “son una gran emergencia” que pide una respuesta “global, no sólo local” del gobierno de Bagdad que arriesga aparecer “insuficiente”. Es cuanto narra a AsiaNews, Mons. Yousif Thoma Mirkis que participó recientemente en un seminario de UNICEF sobre niños y jóvenes nacidos o crecidos bajo el “Califato” del Estado islámico (EI-ex ISIS) en Siria e Irak. Se trata de una cuestión de primera importancia que va afrontada “a nivel económico” por la comunidad internacional y exige “otras respuestas, como la educación y la escolarización”.
Activistas y Ong humanitarias hablan de más de 1.500 menores “atrapados” dentro del sistema judicial iraquí, como víctimas del lavado de cerebro y hoy imbuidos de ideología yihadista.
Los más pequeños están detenidos en cárceles junto a sus madres; en estos últimos meses al menos 7 habrían fallecido a causa de las pésimas condiciones de detención.
Otros centenares están procesados por delitos de diversa naturaleza, desde la inmigración ilegal al haber combatido junto a los milicianos del ISIS. Fuentes oficiales hablan de 185 niños y jóvenes entre los 8 y los 18 años ya fueron condenados desde hace pocos meses de pena hasta un máximo de 15 años y encerrados en la cárcel de menores de Bagdad. Los menores afiliados a ISIS son tratados sin consideración, torturados o perseguidos por los carceleros y detenidos, aún sin saber su real grado de involucración en el grupo.
Miles de menores en condiciones precarias
Otros, varios miles, si bien no están encarcelados, viven en condiciones precarias mendigando por las calles de Mosul para poder tener para poder al menos comer o vendiendo objetos en las aceras de las calles. Con el riesgo, ciertamente no remoto, de ser explotados por el inframundo o terminar en las redes de las bandas locales que los explotan por dinero. Según la socióloga iraquí Fatima Khalaf, "podrían volverse criminales”, por esto es aún más urgente la obligación escolar.
Como lo subrayó recientemente el auxiliar de Bagdad, Mons. Shemon Warduni es necesario “educar (...) sobre todo a los niños” que representan el futuro del país.
“Es una cuestión abierta- confirma a AsiaNews el arzobispo de Kirkuk- y peligrosa. En un campo cercano a Kobane viven 35.000 personas, la gran mayoría huérfanos con el padre asesinado y la madre, cuando está, que viste aún el niqab (el velo integral)”.
El Gobierno "tiene miedo" de los jóvenes
La verdad, agrega el prelado es que “estas personas están aún ligados al tiempo de DAESH (acrónimo árabe del ISIS) y hasta el gobierno tiene miedo de tratar con ellos”.
Para entender la portada del problema, recuerda Mons. Yousif, basta pensar que bajo el “Califato” en Siria e Irak vivían hasta 8 millones de personas y muchos, como en los orígenes del islam, tenían 3, 4 hasta 10 esposas. Según algunas fuentes, en esta zona que está entre los 2 países y bajo el yugo yihadista nacieron 3 millones de personas y “muchísimos niños y jóvenes han sufrido el lavado de cerebro” de parte de los hombres de Abu Bakr al-Baghdadi.
Hasta hoy ni el gobierno, ni las instituciones y Ong humanitarias “si bien partiendo de puntos de vista diversos” lograron “dar una respuesta” a la emergencia. El ejecutivo “mira la cuestión desde un punto de vista político”, usando una ley sobre el terrorismo, la número 4, “muy dura que prevé hasta la pena de muerte. Esta norma causó muchas otras viudas y huérfanos”.
“El gobierno no se ocupa de ellos y pide a las Ong humanitarias que se hagan cargo”.
En este retruque de responsabilidad, del cual no se puede considerar exenta la comunidad internacional, la cuestión sigue irresuelta. “Muchos de estos menores- explica el prelado- nacieron de combatientes provenientes de Francia, Alemania, Bélgica o Gran Bretaña y pertenecen a estos países. Sus gobiernos deben ocuparse de ellos, ayudar a Irak y Siria. Este en un problema global, de aquí la necesidad que todos colaboren a nivel económico, pero sobre todo cultural”.
La Iglesia iraquí, bajo el impulso del patriarca caldeo y de los obispos, trató de ayudar a estos menores dándoles “pan, agua, leche y otros artículos de primera necesidad. Yo mismo- prosigue el arzobispo- pidió a los fieles ayudar a algunas familias de DAESH encerradas en un campo de refugiados cerca de Kirkuk. Sin embargo, nuestro recursos son limitados y es muy difícil entrar en contacto con estos niños. Queda el hecho que no podemos abandonarlos, porque podrían convertirse en los yihadistas de mañana y es responsabilidad del gobierno y de la comunidad internacional ocuparse”.
En el plano militar, concluye el prelado, quizás DAESH “está derrotado, pero la mentalidad permanece. esta es la punta del iceberg, a la cual se agregan problemas económicos, políticos y sociales”.