"La guerra lo cambia todo y a todos. Una parte de mí sigue ahí, entre los que todavía están presos" El ‘método gulag’: El infierno de los redentoristas ucranianos en las cárceles de Putin

Parolin saluda a los redentoristas ucranianos liberados
Parolin saluda a los redentoristas ucranianos liberados Vatican Media

"La guerra lo cambia todo y a todos. Una parte de mí sigue ahí, entre los que todavía están presos. Y hoy me siento llamado a seguir orando y sirviendo a las personas que han vivido y están viviendo estos traumas”, señala el religioso

“La primera vez que me metieron en la celda, había un joven parado mirando a la pared. Y así permaneció toda la noche. Entonces me di cuenta de que le habían sometido a un electroshock. Y le dijeron que si no se aprendía el himno ruso de memoria, lo matarían a la mañana siguiente"

“Me siento vinculado por una misteriosa solidaridad espiritual con aquellos que permanecen detenidos: no pueden ni deben ser olvidados”

“La oración era mi fuerza. No sabía si sobreviviría, pero puedo decir que compartí su cruz y su sufrimiento con Cristo". El padre Bohdan Geleta -uno de los dos religiosos redentoristas y sacerdote de la Iglesiagreco-católica ucrania que permaneció en cárceles del ejército ruso un año y siete meses hasta que, finalmente, fue intercambiado por prisioneros rusos el 27 de junio- ha conocido el ‘método gulag’ de torturas, violencia y privaciones practicado por las tropas de Putin y sabe que ya nunca podrá olvidarlo. Lo cuenta en una entrevista con el diario Avvenire.

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“La guerra lo cambia todo y a todos. Una parte de mí sigue ahí, entre los que todavía están presos. Y hoy me siento llamado a seguir orando y sirviendo a las personas que han vivido y están viviendo estos traumas”, señala el religioso.

“A mí nunca me han golpeado, pero al padre Iván Levitskyi sí, y perdió dos veces el conocimiento”, señala en referencia al otro redentorista. Ambos se encontraban en Berdyansk, en la parte de la región de Zaporizhzhia conquistada por los rusos al comienzo de la guerra, y ambos fueron detenidos el 16 de noviembre de 2022 por el FSB, los servicios secretos de Moscú.

“Nos raparon y nos dieron uniformes. Y comenzó nuestra vida como prisioneros de guerra, marcada por demasiados abusos. Muchos de nuestros camaradas eran jóvenes soldados: jóvenes de 21 o 22 años capturados tras las primeras semanas de la invasión”, relata, recordando unos días “marcados por el trabajo” y la desinformación, donde les anunciaban que el ejército de Putin pronto llegaría a Kiev y las fronteras de Polonia. “Algunos de nosotros lo creímos”.

El nuncio Kulbokas con los redentoristas ucranianos liberados
El nuncio Kulbokas con los redentoristas ucranianos liberados

El resto del tiempo lo recuerda invadido por la música. “Había un altavoz en la esquina de la pequeña habitación. Y de allí salían canciones soviéticas que duraban todo el día. Así se vuelve loca a la gente. Y es por eso que tantos prisioneros de guerra se quitan la vida mientras están bajo custodia”, reconoce

“La primera vez que me metieron en la celda, había un joven parado mirando a la pared. Y así permaneció toda la noche. Entonces me di cuenta de que le habían sometido a un electroshock. Y le dijeron que si no se aprendía el himno ruso de memoria, lo matarían a la mañana siguiente. Lo aprendió en una especie de estado de trance. Lo habían detenido con su novia porque había gritado en la calle ‘¡Gloria a Ucrania!’”.

No quisieron ser colaboracionistas

El FSB les pidió colaborar desde el principio, “pero nunca nos comprometimos”, señala. Ni siquiera cuando les dijeron que habían encontrado armas en su iglesia, lo que era una mentira, y que los condenarían a 25 años de cárcel. Durante semanas estuvo sin ver al padre Iván. Luego se reencontraron y compartían breves momentos de oración.

Todos sabían que éramos sacerdotes. Pero los guardias nos prohibieron hablar con los demás o reunir a nadie. Sólo nos reunimos los dos durante unos minutos por la mañana y por la tarde. Teníamos una Biblia en ruso, leímos un pasaje y recitamos el Padre Nuestro y el Ave María. Pero fue suficiente para nosotros”.

Los dos redentoistas liberados con el el arzobispo Sviatoslav Shevchuk
Los dos redentoistas liberados con el el arzobispo Sviatoslav Shevchuk

Finalmente, y tras la mediación de la Santa Sede, fueron liberados, lo que fue acogido con palabras de afecto por parte del Papa y ambos religiosos se reunieron con el cardenal Pietro Parolin al concluir la visita del secretario de Estado del Vaticano a Ucrania en julio pasado.

Pero una parte de él se quedó en aquellas prisiones, de cuyos pasillos llegaban gritos de los que estaban siendo torturados “Era horrible”, recuerda. Ahora, señala al Avvenire, “me siento vinculado por una misteriosa solidaridad espiritual con aquellos que permanecen detenidos: no pueden ni deben ser olvidados”.

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