Siria, Ucrania y los cristianos de Oriente Medio, en la agenda de su reunión de hoy La visita de Putin a Francisco despierta expectativas de un posible viaje papal a Rusia
Tres de cada cuatro rusos están a favor de que Bergoglio visite su país, a pesar de los "celos" que tienen los jerarcas ortodoxos de la popularidad del pontífice argentino
Ningún obispo de Roma ha pisado suelo ruso desde el Cisma de 1054 que separó a la cristiandad occidental de la oriental
| Christoph Strack
(Christoph Strack, DW).- No es inusual que políticos prominentes le pidan audiencia al Papa. Tampoco extraña que jefes de Estado y de Gobierno sean recibidos en el Vaticano dos veces. Pero es llamativo que el líder de una nación se reúna con la máxima autoridad de la Iglesia católica tres veces, como lo hará este jueves el presidente de Rusia, Vladimir Putin. El argentino Jorge Mario Bergoglio iba por el octavo mes de su pontificado cuando el "hombre fuerte” de Moscú lo visitó oficialmente en noviembre de 2013. La última vez que se estrecharon la mano fue en junio de 2015.
¿Qué intereses los llevan a encontrarse nuevamente cara a cara?
En 2013 conversaron sobre la posibilidad de impulsar una iniciativa de paz en Siria, donde el Gobierno de Bashar al Assad –aliado de Putin en el Cercano Oriente– estaba sitiado por sus opositores y la minoría cristiana del país padecía calamidades tras el estallido de una guerra civil en 2011. En 2015, un año después que comenzara la anexión de la península ucraniana de Crimea por parte de la Federación Rusa, Putin y el papa Francisco dedicaron cincuenta minutos a hablar sobre el conflicto entre el Gobierno de Kiev y los separatistas prorrusos en el este de Ucrania, y coincidieron en que el diálogo debía ser retomado.
Intereses y agendas
En la Unión Europea se espera que, en su tercera cita, Putin y el Papa discutan nuevamente sobre la cuestión ucraniana. En América se fantasea con que abordarán la crisis venezolana. Y fuentes cercanas al Vaticano dan por sentado que conversarán nuevamente sobre la situación de los cristianos en el Cercano Oriente.
Pero hay otro tópico que está generando expectativas: hasta ahora, ningún Papa ha puesto pies en los dominios de la Iglesia ortodoxa rusa. El Vaticano tiene a Rusia en la mira a más tardar desde el pontificado de Juan Pablo II y desde hace mucho se especula sobre la posibilidad de que Francisco viaje a Moscú.
No obstante, los jerarcas de la Iglesia católica miden sus palabras al referirse a ese tema. Una visita papal a Rusia "no está descartada, pero tampoco es necesaria”, dijo recientemente el arzobispo católico de Moscú, el italiano Paolo Pezzi, en entrevista con Radio Vaticano.
Y es que los mandamases de la Iglesia ortodoxa rusa celan muy explícitamente sus áreas de influencia.
Hace cuatro semanas, el obispo metropolitano Hilarión –encargado de los asuntos exteriores del patriarcado ortodoxo de Moscú– subrayó que, "de momento”, la presencia de Francisco en Rusia "no estaba en la agenda de las relaciones bilaterales”.
Brecha entre iglesias
Al ser consultado al respecto por el sitio online suizo cath.ch, Hilarión agregó que "en nuestra Iglesia hay muchos obispos, sacerdotes y feligreses que no están preparados para recibirlo”. Los resultados de algunas encuestas refutan esa declaración.
En 2016, tres de cada cuatro ciudadanos rusos se pronunciaron a favor de que el Papa visitara su país; ese fue el año en que Francisco se reunió con Cirilo I, patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, en territorio neutral: en el aeropuerto de La Habana, Cuba.
Eso no lo había hecho ningún Papa desde el Cisma de 1054 que separó a la cristiandad occidental de la oriental.
Un año más tarde, en 2017, el Secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, se convirtió en el funcionario vaticano de mayor rango en visitar Moscú desde 1999. Parolin habló con el presidente ruso y también con altos representantes de la Iglesia ortodoxa local; es muy probable que vuelva a intercambiar palabras con Putin cuando éste visite al Papa este jueves.
¿Qué opina Cirilo I sobre este nuevo contacto? No falta quien diga que el patriarca tiene celos de la popularidad de Francisco.