Oración comunitaria Cuaresma. Juan 8, 1 – 11 "Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le arroje la primera piedra"

"Yo tampoco te condeno"
"Yo tampoco te condeno"

"Los maestros de la Ley y los  fariseos le trajeron una mujer que había sido sorprendida en adulterio…"

"El episodio es indignante. Aquellos doctos letrados y observantes letrados le traen a Jesús la mujer adúltera  para pillarle"

"Según el Levítico 20, 10 y el Deuteronomio 22, 22, los dos adúlteros hombre y mujer, son reos de  muerte. Sin embargo, aquellos doctos fariseos solo se lo aplicaban a la mujer. Jesús lo revela"

"Nadie te condena, yo tampoco. Jesús personaliza a la mujer. No cumplió la ley, tomó en cuenta a la persona,  porque personalizar es tomar en cuenta a la persona. Esto es lo que tenemos que hacer todos, personalizar,  tomar en cuenta a las personas"

"Jesús, por su parte, se fue al monte de los Olivos. Al amanecer  estaba ya nuevamente en el Templo; toda la gente acudía a él, y él se sentaba para enseñarles. Los maestros de la Ley y los  fariseos le trajeron una mujer que había sido sorprendida en  adulterio. La colocaron en medio y le dijeron: «Maestro, esta  mujer es una adúltera y ha sido sorprendida en el acto. En un caso como éste la Ley de Moisés ordena matar a pedradas a la  mujer. Tú ¿qué dices?»

Le hacían esta pregunta para ponerlo en dificultades y tener algo de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y se puso a escribir en el suelo con el dedo. Como ellos insistían en preguntarle, se enderezó y les dijo: «Aquel de  ustedes que no tenga pecado, que le arroje la primera piedra.» Se inclinó de nuevo y siguió escribiendo en el suelo. Al oír estas  palabras, se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos, hasta que se quedó Jesús solo con la mujer, que  seguía de pie ante él. Entonces se enderezó y le dijo: «Mujer,  ¿dónde están? ¿Ninguno te ha condenado?». Ella contestó:  «Ninguno, señor.» Y Jesús le dijo: «Tampoco yo te condeno. Vete y en adelante no vuelvas a pecar.»" 

Puesto que el tiempo cuaresmal prepara a los fieles, entregados  más intensamente a oír la palabra de Dios y a la oración, para  que celebran el misterio pascual, sobre todo mediante el  recuerdo o la preparación del bautismo y mediante la penitencia, dése particular relieve en la Liturgia y en la catequesis litúrgica  al doble carácter de dicho tiempo. 

(Sacrosanctum Concilium, 109)

Este relato falta en los mejores manuscritos griegos. Pero nos ofrece el Jesús histórico, el Jesús que paseaba por los caminos  de Galilea. Probablemente procede del Siglo II. Esto no quiere  decir que sea falso. La Iglesia lo acepta y lo enseña como un relato autentico. 

El episodio es indignante. Aquellos doctos letrados y observantes letrados le traen a Jesús la mujer adúltera  para pillarle. Según el Levítico 20, 10 y el Deuteronomio 22, 22, los dos adúlteros hombre y mujer, son reos de  muerte. Sin embargo, aquellos doctos fariseos solo se lo aplicaban a la mujer. Jesús lo revela. Se pone a escribir en el suelo y dice: Al que no tenga pecado, que tire la primera piedra y empezando por los mayores, se fueron  todos. 

Nadie te condena, yo tampoco. Jesús personaliza a la mujer. No cumplió la ley, tomó en cuenta a la persona,  porque personalizar es tomar en cuenta a la persona. Esto es lo que tenemos que hacer todos, personalizar,  tomar en cuenta a las personas. Jesús desenmascara a la hipocresía de los profesionales de la religión. Siempre  pensando en los demás y tomando en cuenta a la  persona. 

Pregunta

1. ¿Te indigna este relato, por qué? 

2. ¿Personalizas toda la vida y acontecimientos? - Cantos y oraciones del Manual de Oraciones 

Pensamiento de San Agustín 

“El cuerpo por su peso tiende a su lugar… 

Cada uno es movido por su peso y se dirige a su lugar… Las cosas que no están bien ordenadas están inquietas Se ordenan y descansan 

Mi peso es mi amor. Amor meus, Pondus meum 

A donde quiera que voy soy llevado por el amor”  

(Confesiones, 13, 9, 10) 

Canto: Yo canto al Señor porque es grande

San Agustín

Te regalamos el Informe RD con el balance del pontificado

Etiquetas

Volver arriba