"Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra PAZ..." proclaman los ángeles a los pastores. Vivir la Navidad es, para muchos, comer dulces, hacerse regalos de grandes almacenes, jugar a la lotería, entronizar en casa un iluminado abeto, etc. Pero sabemos que el 25 de diciembre nos exige mucho más: pregonar y vivir la Justicia y el Amor que Jesús nos anunciaya desde los primeros latidos de su Corazón de Emmanuel, Dios con nosotros.
En el sugerente comic, de Santiago Bellido, señala un ángel, a dos contendientes enfrentados con armas, la luz de una estrella y el misterio del portal de Belén. Su mano izquierda ruega silencio: al Niño le sobresalta la violencia. Predicará la concordia, el respeto, la fraternidad de la gran familia humana. Y el amor a Dios, Padre de todos.
Muchos poetas, encarnándose en su tiempo, cantaron la Navidad con el telediario o el periódico entre los ojos. Un sólo ejemplo, de entrada. Escribió Alfonso Canales hace años esta décima, en un tiempo, imagino, muy cercano al de más de cuatro millones de hogares de la España de hoy:
NAVIDAD
Ya está aquí la Nochebuena:
Dios nos quiera remediar,
que año es éste de penar
y está Belén que da pena.
Apagada está la escena
y entre nubes el lucero.
Y están (decirlo no quiero),
entre tanto desamparo,
los pastores en el paro
y los Magos sin dinero.
¿ALGUNA VEZ HABRÁ PAZ EN LA TIERRA?
Hace un par de días me llegó, vía email, un impresionante poema de Navidad que firma Jesús Munárriz. Está incluido en el poemario “Va por ustedes”, de Ediciones La Palma 2009 (132 páginas). Dediqué al autor un post en Nido de Poesía (pulsar aquí). Aunque dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor, ¡cuánta razón tiene Munárriz en el juego de opuestos “entonces..., ahora...”! No sé si bate alas de poesía este escrito o se trata tan sólo de una reflexión humanista desde las raíces del alma. Pero estos versos me ponen triste, muy triste. No sé bien porqué. ¿No dicen que el mundo ha progresado tanto? Sí, pero...
PAZ EN LA TIERRA
Del mundo en que nací
al mundo éste
en que me apagaré,
¡qué enormes diferencias!
De aquella España pobre y dolorida
a ésta con sobrepeso,
de aquellas hecatombes europeas
a esta disciplinada convivencia,
del peligro amarillo
al made in China,
de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
al zarismo de antiguos camaradas,
del correo a internet,
del engranaje al chip,
¡cuánto ha cambiado en el planeta mundo!
Aunque en África mueren de hambre más que entonces,
los anarquistas ya no ponen bombas
pero hay otros que ponen coches-bombas
mucho más eficaces,
las mujeres son libres, trabajan, se divorcian
y son asesinadas por sus hombres,
se viaja más, se muere
más en las carreteras,
se aborta mucho más,
se practican trasplantes, se trafica con órganos
y, pese a tanto cambio, ¡hay tanto
aún por arreglar!
¿Alguna vez habrá
paz en la tierra?
SIN QUE SE LE CAIGA DE LAS MANOS LA PÁGINA DE ANUNCIOS...
Podemos asomarnos ahora a otra experiencia lírica de Jesús Munárriz, en torno a la Navidad. Lugar: una estación de metro. Tres insignificantes personajes duermen arrebujados en un banco del andén, en las primeras horas de un frío día de invierno. Meditad, meditemos la terrible realidad del desamparo, y cómo afecta a la vida de seres inocentes:
NAVIDAD
Ninguno de los dos habrá cumplido
aún los veinte años.
En un banco de una estación del metro,
al abrigo del hielo,
duermen por la mañana,
él sin que se le caiga de las manos
la página de anuncios de un diario,
ella con la cabeza
sobre el hombro de él.
Muy cerca, un cochecito
donde agita los brazos, silencioso,
un chavalín de meses.
¿Droga? ¿Alcohol? ¿Sólo sueño?
Al calor suburbano, gratuito,
de los transportes públicos
–aquí no llega la mañana fría–
echa una cabezada
la sagrada familia.
LLORAN LOS PANDEROS POR LA NAVIDAD
Inspirado, sin duda, por el villancico “Madre, a la puerta hay un Niño”, que incluye los populares versos “porque en esta tierra / ya no hay caridad”, el poeta sevillano Rafael Montesinos, brillante autor de populares coplas al aire de su tierra, nos regala hoy un elegante villancico que nos informará de un Niño que “llora -terco en su llorar- hace veinte siglos ya.” Y que ángeles que desplegaron un día la pancarta del “Gloria a Dios en el Cielo y en la tierra Paz”, vergonzosamente la recogen porque “nadie escucha ya”. Para terminar abruptamente la copla, rompiendo hasta el verso. Podéis oír la canción popular “Madre, en la puerta hay un Niño”, en versión de la popular ROSA López, pulsando aquí.
VILLANCICO
Lloran los panderos
por la Navidad,
porque en esta tierra
ya no hay caridad.
No de carne, sino
del barro de Adán
(antes de aquel soplo),
bajo su portal,
hay un niño. Llora,
terco en su llorar,
hace veinte siglos
ya.
Un ángel de tierra
abre su volar
quebradizo y pliega
aquello de Paz
en la Tierra... Pide
buena voluntad.
Pero nadie escucha
ya.
Pastores de arcilla
marchan al Portal.
Pastores y hombres
unen su cantar,
que del barro vienen
y hacia el barro van,
barro que se quebra–
rá.
EL NIÑO JESÚS HABLA EN LA CUNA, de J. A. Peñalosa
LA RONDA DE MARÍA Y LAS PALOMAS..., de Emilio Breda
CIELITO DE B. AIRES PARA EL NIÑO-DIOS, de Emilio Breda
