TRES VILLANCICOS DE GERARDO DIEGO
¿QUIÉN HA ENTRADO EN EL PORTAL
POR EL TECHO?
Jugando a las adivinanzas, interroga el poeta con misterio quién ha entrado “por la puerta” en el portal de Belén. José y María embarazada, naturalmente. La segunda pregunta es más sutil: ¿quién ha entrado “por el techo”? Un coro de ángeles “dorremifasoles” sería la respuesta. La tercera cuestión inquiere sobre el misterio de la Encarnación, al nacer el Niño “del vientre de la Virgen como el rayo del sol por el cristal, sin romperlo ni mancharlo”.
Aquí me gustaría hacer una observación. El texto “Flor sobre intacto capullo” hace sin duda referencia a este parto virginal. Pero la mayoría de las “miniantologías” navideñas que proliferan por la red y se copian unas a otras, reproducen mal el texto, y lo que se suele leer es “Flor sobre impacto capullo”. No se escanea el texto original, y como los copistas medievales, se multiplican los errores.
¿QUIÉN HA ENTRADO EN EL PORTAL DE BELÉN?
¿Quién ha entrado en el portal,
en el portal de Belén?
¿Quién ha entrado por la puerta?
¿quién ha entrado, quién?
La noche, el frío, la escarcha
y la espada de una estrella.
Un varón -vara florida-
y una doncella.
¿Quién ha entrado en el portal
por el techo abierto y roto?
¿Quién ha entrado que así suena
celeste alboroto?
Una escala de oro y música,
sostenidos y bemoles
y ángeles con panderetas
dorremifasoles.
¿Quién ha entrado en el portal,
en el portal de Belén,
no por la puerta y el techo
ni el aire del aire, quién?.
Flor sobre intacto capullo,
rocío sobre la flor.
Nadie sabe cómo vino
mi Niño, mi amor.
¿CON QUÉ MANOS LE TENDRÉ QUE NO SE ME ROMPA?
Posiblemente, “Cuando venga…” es el villancico o letrilla de Gerardo Diego más perfecta de sus poemas de Navidad, no inferior a los mejores de Lope. Titubea la primeriza madre, incluso escapándosele un suspiro (“ay”), sobre si tocar, besar, abrazar, envolver… a su desvalido pequeño. Consultó a la luna, la brisa, al ángel de la Anunciación… Y seguía indecisa… Sintiéndose menesterosa niña, le pregunta, casi llorando, al esposo “con qué manos le tendré, / que no se me rompa, no…”
Una sola observación, a modo de ejemplo, de la musicalidad y magia verbal tan características del santanderino: cuando se dirige a la “brisa”, consultando desde su inseguridad, se desahoga en expresión dulce y sosegada, enriquecida de sibilantes “eses” y cantarinas “eles”: “la brisa / que con tus besos tan leves / la hoja más alta remueves, / peinas la pluma más lisa…”
LETRILLA DE LA VIRGEN MARÍA ESPERANDO LA NAVIDAD
Cuando venga, ay, yo no sé
con qué le envolveré yo,
con qué.
Ay, dímelo tú, la luna,
cuando en tus brazos de hechizo
tomas al roble macizo
y le acunas en tu cuna.
Dímelo, que no lo sé,
con qué le tocaré yo,
con qué.
Ay, dímelo tú, la brisa
que con tus besos tan leves
la hoja más alta remueves,
peinas la pluma más lisa.
Dímelo y no lo diré
con qué le besaré yo,
con qué.
Y ahora que me acordaba,
Ángel del Señor, de ti,
dímelo, pues recibí
tu mensaje: «he aquí la esclava».
Sí, dímelo, por tu fe,
con qué le abrazaré yo,
con qué.
O dímelo tú, si no,
si es que lo sabes, José,
y yo te obedeceré,
que soy una niña yo,
con qué manos le tendré
que no se me rompa, no,
con qué.
PAJARITAS DE LAS NIEVES VIENEN A
MECER LA CUNA
Cerramos la Navidad de Gerardo Diego con una sencilla canción de cuna protagonizada por avecillas (“pajaritas de las nieves” las llama el poeta, acaso por ser bellos pájaros de invierno). El Niño Jesús se queda solo y, como con Francisco de Asís, las aves —alas, estrellas— juguetean en torno a la cuna, meciendo su sueño. “Mirad las aves del cielo…” (Mt. 6,26).
LA CUNA
Duérmete, Niño, que vienen
para que duermas.
Pajaritas de las nieves
—alas de seda—
vienen a mecer la cuna
para que duermas.
Dos a dos y cuatro a cuatro
—derecha, izquierda—
te están meciendo la cuna
para que duermas.
Se posan, vuelan, se posan
—patas de estrellas—
alternan —columpio aéreo—
para que duermas.
Duérmete, Jesús chiquito
—alas, estrellas—
(ya se va durmiendo el Niño)
para que duermas.
SESENTA POEMAS PARA LA NAVIDAD
Del asombro del villancico
0.Del asombro del villancico
ÍNDICE GENERAL DE POEMAS
1.Gloria Fuertes enciende la Navidad
HABLAN LOS PASTORES, de Gloria Fuertes
HAY UN NIÑO QUE DICEN..., de Gloria Fuertes
VILLANCICO DEL NIÑO DORMILÓN, de Gloria Fuertes
2.Poesía de Navidad en hispanoamérica
EL NIÑO JESÚS HABLA EN LA CUNA, de J. A. Peñalosa
LA RONDA DE MARÍA Y LAS PALOMAS..., de Emilio Breda
CIELITO DE B. AIRES PARA EL NIÑO-DIOS, de Emilio Breda
3.Contempla el nacimiento, hijo mío
POEMA PARA ENSEÑAR A PONER EL BELÉN A UN HIJO,de José María Fernández Nieto
4.Echa una cabezada la Sagrada Familia
NAVIDAD, de Alfonso Canales
PAZ EN LA TIERRA, de Jesús Munárriz
NAVIDAD, de Jesús Munárriz
VILLANCICO, de Rafael Montesinos
5.Un email de versos en Navidad
ORACIÓN DE LAS HORAS, de Ángel Sanz Arribas
REGALO, de Ángel Sanz Arribas
MÁS LUZ, de Ángel Sanz Arribas
6.En Navidad me siento solo
NAVIDAD DEL AUSENTE, de Sebastián Salazar Bondy
NAVIDAD, de Carlos Bousdebés
IN MEMORIAM, de José María Pemán
7.Reyes Magos de hoy
NO TE PIDO CORRER POR ESOS PRADOS, de Manuel Benítez
CANC. DEL PASTOR CON LOS 3 PRESENTES, de E. Pinto
YA ESTÁ EL NIÑO EN EL PORTAL, de Gloria Fuertes
8.Tres villancicos de Gerardo Diego
¿QUIÉN HA ENTRADO EN EL PORTAL...?, de Gerardo Diego
¿CON QUÉ MANOS LE TENDRÉ...?, de Gerardo Diego
LA CUNA, de Gerardo Diego
9.Navidad con 37 poemas ilustrados
REÍR, PENSAR, REZAR, BAILAR LA NAVIDAD