María Ángeles Gómez 3. “DISUELTA EN TI, MI AMOR...”
ABRIGADA EN TUS MANOS PROTECTORAS...
El primer poema de hoy, un soneto, nos comunica su fervor trinitario hacia las Tres Personas, el Padre, el Hijo y el Santo Espíritu, Único Dios, Amor Omnipotente que santifica el Santuario interior del hombre. Profundizar en el propio conocimiento es profundizar en esa Presencia misteriosa que bendice y fecunda los más altos sueños del corazón...
ESTÁS EN MI, SEÑOR, EN MÍ
TE ENCUENTRO...
Estás en mí, Señor, en mí te encuentro.
No tienes que bajar desde tu altura
para escucharme. Vives en la hondura
de mi propio vivir. Eres el centro
de mí misma. Me habitas. Estás dentro
de mí. Me sobrepasa tu ternura.
Me deslumbra tu gloria y tu hermosura.
Profundizo en mi ser, y en ti me adentro.
Padre que me creaste y me mantienes;
Hijo que me salvaste y me enamoras;
Espíritu que alientas y das vida;
hazme entender tu voz, pues ya me tienes
abrigada en tus manos protectoras,
abrasada en tu llama; a Ti rendida.
GRANO DE SAL, DISUELTO EN LA BELLEZA DE TUS AGUAS...
Hay similitudes notables entre las experiencias y escritos de Santa Teresa o San Juan de la Cruz y las tradiciones místicas judía y sufí. Incluso determinadas vivencias del hinduísmo o del budismo (la disolución del ser en el Todo) parecen asimilarse a trances extáticos de religiones monoteístas de Occidente.
Dejemos a especialistas que discutan sobre estos puntos. De momento, vamos a leer, con respeto y devoción, la descripción que nos ofrece Teresa de Ávila del misterio de la Unión mística del alma y Dios, siguiendo el capítulo 2 de las Séptimas Moradas.
Dice que el desposorio místico "es como si, cayendo agua del cielo en un río o fuente, adonde queda hecho todo agua, que no podrán ya dividir ni apartar cuál es el agua del río o lo que cayó del cielo; o como si un arroyito pequeño entra en la mar, no habrá remedio de apartarse..." No olvidemos que esta experiencia de Unidad con el Señor es temporal, y el alma regresa a su estado anterior, como dos encendidas velas que fueron una sola llama, o como dos ventanas que, sumadas, ofrecieron un tiempo mucha luz...
COMO SI ME ESTUVIERAS DISOLVIENDO...
Como si me estuvieras disolviendo.
Como si fuera mi naturaleza
soluble en Dios: y estando sumergida
en Ti, y estando llena y ya invadida
por Ti, se fuera el alma reduciendo
y quedase en tu esencia diluida.
Adelgazada mi entidad primera
y ampliada a la vez por tu grandeza
mi esencia verdadera.
Por el amor en Ti mi vida empieza
y vivo en el Amor, como si fuera
grano de sal, disuelto en la belleza
de tus aguas profundas.
No dejo de ser sal; pero me inundas,
me fundes con tus aguas, me liberas,
y alegre voy en Ti por donde quieras,
por las aguas serenas
o por el oleaje de mis penas.
Disuelta en Ti, mi Amor, no temo nada
pues ya estoy por tu fuerza transformada.
NECESITO CAER EN LLUVIA MANSA SOBRE TUS CAMPOS-HIJOS...
El poema "Disuelta en Ti mi vida", es el farolillo rojo del poemario "El Manantial de la alegría". "Disuelta, en Ti, mi Amor, no temo nada...", leíamos al final del poema precedente. La sal se disolvió en el Mar de Dios. Y asciende ahora como nube cargada de lluvia, que quiere derramarse, camino del Mar, sobre los campos, para fecundarlos y aliviar la sed de los seres vivos.
Que una persona muy mayor, que ha tenido ocho hijos, se sienta nube preñada dispuesta a disolverse sobre el mundo, para hacerlo germinar, evoca en mi corazón el testimonio de la Samaritana que, después de beber agua del pozo de Jesús, corre, bien lleno el cántaro, a la aldea y anuncia un tiempo nuevo para los tristes...
DISUELTA EN TI MI VIDA...
Disuelta en Ti mi vida
y convertida en agua de tu fuente
y alzada por tu gozo en blanca nube,
necesito caer en lluvia mansa
sobre tus campos-hijos, Padre nuestro,
para refrigerar,
saciar, sanar, limpiar.
Seré absorbida por el surco estéril
en el que Tú pusiste la semilla,
y la harás germinar
en Ti fertilizada por mi entrega.
Ya que me has dado condición de agua,
déjame, mi Señor, que me derrame,
que me pierda -incolora-; que me esconda
y que alivie la sed de los sedientos
(Tu propia sed, Señor,
que bien sé yo que en ellos la padeces)
pues eres Tú, viviendo en mí, quien sacia,
quien limpia, sana y refrigera.
¡Pero me has dado condición de agua!
¡Déjame derramarme
por tus campos
al correr hacia Ti,
Mar Infinito!
MARÍA ÁNGELES GÓMEZ PASCUAL
poesía mística del siglo XXI
1.¡Y pensar que tan notable poetisa no figura en ninguna antología!
EL SER QUE HABITA EN MÍ ME VA CRECIENDO...
EN MI SILENCIO GUARDARÉ ESCONDIDO...
AYER ME HUNDÍ. ME PUDO LA TRISTEZA...
2.María Ángeles Gómez y sus versos de ascensión
VACILA EN SU RODAR. DIFÍCILMENTE...
NO FUI YO POR MI ESFUERZO QUIEN SUBIÓ A LA MONTAÑA...
3.Disuelta en Ti, mi Amor...
ESTÁS EN MÍ, SEÑOR, EN MÍ TE ENCUENTRO...
COMO SI ME ESTUVIERAS DISOLVIENDO...
DISUELTA EN TI MI VIDA...
4.Vejez adolescente
SE ME HA ESCAPADO EL TIEMPO ENTRE LAS MANOS...
CUANDO HE PUESTO MIS OJOS EN LOS TUYOS...
PUESTO QUE EN MÍ PUSISTE TU MORADA...
5.El dulcísimo encuentro
SI YA FLORECIÓ EL ALMENDRO...
LA PAZ SE DERRAMABA EN EL SILENCIO...