Poesía y "Evangelii Gaudium" 10. "VAS DE NUEVO, Y VAS, Y VAS, Y VAS..."
Comentaba el 29 de abril, en su homilía, el Papa Francisco los siguientes versículos de la Primera Epístola de san Juan (1 Jn 1,8–9): “Si decimos ‘nosotros no tenemos pecado’ nos engañamos a nosotros mismos... Si confesamos nuestros pecados, el Señor, por ser fiel y justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad”. Y, refieriéndose al Sacramento de la Penitencia declaraba: «Tantas veces pensamos que ir a la confesión es como ir a la lavandería... Pero Jesús en el confesonario no es una lavandería...»
Más adelante se pregunta: «¿Cómo debemos ir hasta el Señor, así, con nuestra realidad de pecadores? Con confianza, incluso con alegría, sin maquillaje. ¡Nunca debemos maquillarnos delante de Dios! Con la verdad. ¿Con vergüenza? Bendita vergüenza, esta es una virtud». En un privilegiado momento de la comunicación, establece Francisco el siguiente diálogo (tengamos en cuenta que en muchas de estas reflexiones está dirigiéndose, sobre todo, a sacerdotes ministros de la confesión):«¿Puedo hacerles una pregunta?: ir ahora a confesarse, ¿no es ir a una sesión de tortura? ¡No! Es ir a alabar a Dios, porque yo pecador he sido salvado por Él. ¿Y Él me espera para golpearme? No, sino con ternura para perdonarme. ¿Y si mañana hago lo mismo? Vas de nuevo, y vas, y vas, y vas... Él siempre nos espera. Esta ternura del Señor, esta humildad, esta mansedumbre»...
DIOS OBRA MISTERIOSAMENTE MÁS ALLÁ DE DEFECTOS Y CAÍDAS
ESCRIBE EL PAPA FRANCISCO: (44) No se puede olvidar “lo que con tanta claridad enseña el Catecismo de la Iglesia católica: «La imputabilidad y la responsabilidad de una acción pueden quedar disminuidas e incluso suprimidas a causa de la ignorancia, la inadvertencia, la violencia, el temor, los hábitos, los afectos desordenados y otros factores psíquicos o sociales». Por lo tanto, sin disminuir el valor del ideal evangélico, hay que acompañar con misericordia y paciencia las etapas posibles de crecimiento de las personas que se van construyendo día a día.
A los sacerdotes les recuerdo que el confesionario no debe ser una sala de torturas sino el lugar de la misericordia del Señor que nos estimula a hacer el bien posible. Un pequeño paso, en medio de grandes límites humanos, puede ser más agradable a Dios que la vida exteriormente correcta de quien transcurre sus días sin enfrentar importantes dificultades. A todos debe llegar el consuelo y el estímulo del amor salvífico de Dios, que obra misteriosamente en cada persona, más allá de sus defectos y caídas.”
"A menudo nos comportamos como controladores de la gracia". Alude el Pontífice, supongo, a disposiciones del Derecho Canónico o normas de algún Dicasterio Romano que generan leyes muy generales que desconocen el proceso personal de cada creyente "con su vida a cuestas": acceso prohibido a la Comunión de esposos divorciados, oposición a la Píldora del día después, veto al uso del Preservativo o Anticonceptivos en la vida sexual del matrimonio... "A todos debe llegar el consuelo y el estímulo del amor salvífico de Dios, que obra misteriosamente en cada persona, más allá de sus defectos y caídas."
LA IGLESIA "CASA ABIERTA DEL PADRE"
ESCRIBE EL PAPA FRANCISCO: (47) “La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre. Uno de los signos concretos de esa apertura es tener templos con las puertas abiertas en todas partes. De ese modo, si alguien quiere seguir una moción del Espíritu y se acerca buscando a Dios, no se encontrará con la frialdad de unas puertas cerradas. Pero hay otras puertas que tampoco se deben cerrar. Todos pueden participar de alguna manera en la vida eclesial, todos pueden integrar la comunidad, y tampoco las puertas de los sacramentos deberían cerrarse por una razón cualquiera. Esto vale sobre todo cuando se trata de ese sacramento que es «la puerta», el Bautismo.
La Eucaristía, si bien constituye la plenitud de la vida sacramental, no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los débiles. Estas convicciones también tienen consecuencias pastorales que estamos llamados a considerar con prudencia y audacia. A menudo nos comportamos como controladores de la gracia y no como facilitadores. Pero la Iglesia no es una aduana, es la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas.”
PRECISAS OTRAS MANOS Y OTROS HOMBROS Y OTRAS VOCES...
Siempre me ha emocionado la construcción de un “castell”: desde el suelo, sobre hombros de compañeros, y sobre los propios, se va elevando una torre humana, que va creciendo hacia lo alto. Así ocurre en la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo: unos con otros, en solidaria armonía, hacia el cielo, hacia Dios... No lo comparemos con la Torre de Babel, como reto a la Divinidad. Aquí se trata, más bien, de acercarse al Señor para adorarle, para impetrar su bendición... Algo así expresa el poeta Li Po (siglo VIII): “Es de noche. Dormiré en el templo de la cima del Monte Sagrado. Desde allí podré tocar las estrellas, si levanto las manos. Con este silencio, no me atrevo a elevar la voz porque temo despertar a los habitantes del cielo...” (pulsar).
Incluyo aquí, en el tema de la Confesión, versos que redacté hace varios años, donde imagino que me habla el Señor y me anima a seguir edificando la Comunidad de creyentes, a pesar de infidelidades y desalientos. Inspirado, supongo, en Miguel Hernández, escucho también: “A pesar del dolor, ofrece tus ramas más secas / a cirujanos y arquitectos / ¡y que estalle por ti la primavera!”
MONTAÑA DE HOMBRES
Protégeme, Dios mío, me refugio en ti
con el temblor de un pajarillo asustado
al que unos muchachos quemaron el nido
y vuela enloquecido en círculos de miedo.
Hijo, hijito mío,
¡qué solo y qué perdido existes!
Mi proyecto de amor para el mundo era
que todos os dieseis la mano cantando
y edificaseis juntos la nueva Ciudad.
Levantaríais una Torre humana
en la que todos os auparais enlazados
en cálida ascensión.
Tú esperas no sé qué, sentado en tus sueños,
mientras la tarde apaga sus carbones.
Nunca edificarás tú solo este místico Cuerpo.
Precisas otras manos y otros hombros
y otras voces, himnos, himnos,
arder en el esfuerzo con otros brazos jóvenes,
apoyarte en los muslos de los más fuertes.
¡Crece hacia lo alto! ¡Construye
la viva Catedral de los creyentes!
Y, si ruedas, si tambaleante
has caído, otros hermanos te sostendrán.
Y, si te da miedo quemarte
hacia las nubes, y h u y e s,
otros irán a buscarte para que no te pierdas.
Establecí a los Doce
como firmes columnas de mi Torre.
Sobre ellos levantaréis
esta nueva Babel de unidad.
Será savia el Espíritu en este Árbol creciente.
Será tronco y raíz mi Primogénito.
A pesar del dolor, ofrece tus ramas más secas
a cirujanos y arquitectos
¡y que estalle por ti la primavera!
¡Asciende, trepa, puja,
como un rosal que, en atrevido vuelo,
se asomase a un balcón iluminado!
Hasta que un día vuestra Montaña de hombres
alcance al fin, vibrando en alas últimas,
las azules vidrieras de mi Gloria.
POESÍA Y "EVANGELII GAUDIUM"
La alegría del Evangelio
1.Todo cristiano es misionero
SI ALGUNA VEZ..., por J. M. Fernández Nieto
VIOLENCIA INMÓVIL, por Pilar Paz Pasamar
2.Hablar con imágenes
UN CARDENAL LLEGA AL CIELO, de Lorenzo Gomis
MISERIA, por Kahlil Gibran
3.Todavía hay Navidad
TODAVÍA NO HAY LUGAR..., de Pedo Casaldáliga
AQUÍ Y AHORA. Navidad 1996, de Ant. Gómez Yebra
NAVIDAD, de Jesús Munárriz
ENLACE A 40 POEMAS/VILLANCICO
4.Piedad popular
LA SAETA, por Manuel Machado
LA SAETA, por Antonio Machado
5.Tu Dios baila por ti con gritos de júbilo
ROMANCE DE LA FUTURA ALEGRÍA, por Rafael Alfaro
PARA DAR ALEGRÍA, de Ernestina de Champourcin
6.El regalo de Jesús a su pueblo
Y ME LLAMÓ "MUJER", por Rafael Alfaro
CUANDO QUIERO PENSAR EN ALGO HERMOSO..., por Rafael Alfaro
7.A los hambrientos los llenó de bienes
LA APARICIÓN, de Antonio Pereira
A LOS HAMBRIENTOS LOS LLENÓ DE BIENES..., de José Luis Martín Descalzo
8.Los niños por nacer
MUCHACHO CON SÍNDROME DE DOWN, de J. Mauleón
A UNA ESTUDIANTE EMBARAZADA, por N. de la Carrera
9.La cara cotidiana de una extensa familia
HOY OS VOY A DECIR, de Jesús Mauleón
10."Vas de nuevo, y vas, y vas, y vas..."
MONTAÑA DE HOMBRES, de Nicolás de la Carrera
11.Por qué repite tanto Francisco "Reza por mí"
REQUIEM POR UN HOMBRE, de Carlos Murciano
8 DE DICIEMBRE, por Carlos Murciano
y12.El matrimonio, "unión de vida total"
FILIAL, de Susana March