A las “monjas” de Belorado y Orduña Celebren la jornada Pro Orántibus “en casa” y con los de casa
Desmontar todo el cacao mental que algunas de ellas puedan tener puede llevar su tiempo y sin duda la necesidad de manos profesionales que las acompañen
Y sin negar el derecho a la apostasía a quien lo desee, faltaría más, puente de plata. Las que recapaciten y se avengan a reconducir su vida dentro de la Iglesia serán objeto de toda la misericordia que precisen
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
Este domingo se celebra la jornada Pro Orántibus, que lleva por lema “Hágase tu voluntad”. Qué ocasión más buena para que la historia de las monjas de Belorado y Orduña se reconduzca y demostrar al mundo que en la Iglesia se cometen errores, sí, pero también se practica la misericordia y la cordura.
La Confederación de Clarisas de España y Portugal se desmarca de la comunidad de monjas atrincheradas en Belorado, lo que no sé si supondría en cierto modo la supresión del calificativo de “clarisas" para este grupo de mujeres.
Informativamente parece que esto ya ha dado de sí, salvo que el desmarque que tarde o temprano se producirá por parte de algunas les interese algo a los medios.
No podemos olvidar que en este asunto hay personas, seres humanos de quienes hasta hoy no sabemos sus respectivos pareceres personales; y de algunas poco se puede esperar si están padeciendo ya alzheimer o demencia senil: Esas hermanas deberían ser trasladadas de inmediato a otro convento donde las cuiden en paz y sin ciscos ni cismas.
Y respecto de las demás, tras consultar con psicólogos y psiquiatras todos coinciden que lo primero que se precisa es tiempo y distancia de la noticia. ¡Que dejen de ser noticia! y que poco a poco cada una de estas mujeres pueda manifestar su adhesión o su cisma con la Iglesia libremente. Las cismáticas, una vez excomulgadas, deberían abandonar el convento, junto con su mentor, porque la propiedad no les corresponde al dejar de ser “clarisas”, y las que discrepan de los comunicados firmados por la abadesa que se vayan a otro convento de clarisas, o incluso de otra orden, pero con un apoyo espiritual y psicológico como compromiso en su traslado.
Desmontar todo el cacao mental que algunas de ellas puedan tener puede llevar su tiempo y sin duda la necesidad de manos profesionales que las acompañen.
Una cosa es ser críticos con la Iglesia, con la institución, con los eclesiásticos, con sus liturgias, con las diversas interpretaciones del Evangelio, Con una teología social, con una teología feminista, con una teología de la liberación, con ser más o menos conservador o progre. Pero lo realizado por las clarisas de Belorado ha sido saltarse todas las líneas rojas, embaucadas por el Rojas muy probablemente cuyo reino no es el de los cielos sino el que pretende montarse él en la Tierra.
Y sin negar el derecho a la apostasía a quien lo desee, faltaría más, puente de plata y con sus consecuencias, es decir abandono inmediato de las dependencias que nos son suyas entre otras consecuencias. Las que recapaciten y se avengan a reconducir su vida dentro de la Iglesia serán objeto de toda la misericordia que precisen. Y que poco a poco alguien o más de uno y de una les acompañe para ir aclarando las ideas. Y que vuelvan a descubrir que Francisco y sus antecesores son los legítimos sucesores de Pedro, que la Iglesia camina y que ahora se encuentra en un hermoso momento de camino sinodal en el que todos nos escuchamos a todos, en el que todos podemos aprender de todos, y en el que en ese todos también hay un sitio para ellas, si deciden seguir con nosotros.
Es una pena que por seguir a un caradura que ha encontrado en la pantomima religiosa su manera de buscarse la vida y llenar sus bolsillos a cuenta de la ingenuidad del prójimo, un grupo de mujeres se hayan visto envueltas en esta historia. Es una pena que las clarisas se pierdan este momento de la Iglesia que va a conocer cambios importantes y ellas, si se salen, se los van a perder.
Sé que antiguos hermanos de la comunidad del Camino de alguna de ellas, que amigos y hasta familiares están intentando hacer recapacitar a las monjas. Hay un grito unánime de muchos cristianos que les piden con afecto: ¡abran las puertas y los oídos a lo que la Iglesia, en boca de muchos de sus miembros, les está diciendo!
Este domingo se celebra la jornada Pro Orántibus, un día perfecto para que retornen cual el hijo pródigo. Celebren con todos esta jornada, cojan el teléfono de quienes les llamen y abracen la misericordia y la ayuda que se les ofrece.
Por otro lado
El monasterio de las clarisas de Orduña está ubicado a las afueras de esta localidad vizcaína con rango de ciudad. El edificio principal es cuadrangular y en uno de sus laterales se ubica la iglesia conventual. En el centro el claustro con un patio abierto. Tiene adosado un edificio que prolonga uno de los laterales y anexo otro con formato caserío que sirve de albergue. La iglesia de planta única con capillas laterales tiene un retablo barroco y techumbre gótica.
Además la finca tiene un extenso terreno en su parte trasera. Se encuentra cerca del río Nervión que empieza su camino tras nacer en la cascada más alta de la península a escasos kilómetros.
El emplazamiento es ideal para escogerlo como lugar de retiro y solaz. Quizá por eso hace unos veinte años alguien ya se interesó por el convento con la idea de convertirlo en un atractivo turístico rural. Algo que podría haberse repetido y pudiese estar detrás de todo el apremiante interés por hacerse con el inmueble por parte de un “generoso benefactor". Mientras nadie cuente la verdad la imaginación es libre.
Tampoco sería descartable la puesta en marcha en Orduña de un segundo Palmar de Troya bajo la sombra del personaje de Rojas.
Aunque territorialmente pertenece a Vizcaya, eclesiásticamente forma parte de la Diócesis de Vitoria.
Es un hecho evidente que la Iglesia está abocada a ir desprendiéndose de parte de sus bienes inmuebles, aunque tampoco vería con malos ojos que la misma Iglesia los gestionara lucrativamente para el turismo, la hostelería, o servicios sociales. La verdad es que hoy muchos inmuebles son más una carga económica que una fuente de ingresos o de lucro. El simple mantenimiento, no ya reformarlo ni adecentar siquiera, solo mantenerlo es un gasto importante. Por eso hacerlos rentables me parece una decisión inteligente.
Y si alguien con dinero estuviese interesado en algún inmueble desocupado de la Iglesia lo que tendría que hacer es abiertamente presentar una oferta y no intentar hacerse con él por la puerta de atrás, engañando o manipulando a intermediarios, y sobre todo hacerlo dando la cara.
El secretismo solo da pie al morbo y a la especulación hasta donde la imaginación pueda darle a uno.
Por eso la mejor opción en lo que respecta a la venta y compra de estos conventos ha sido paralizar todo y empezar de nuevo cuando se quiera volver a empezar. Para eso están los tribunales y la justicia que determinarán a quién corresponde hacer qué cosa.
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