Entrevista al obispo de Vitoria con motivo de sus 7 años al frente de la Diócesis Elizalde: “Quien piensa que no cabe en esta Iglesia es porque se ha acabado su hegemonía”
“Yo soy una misión en esta tierra y para eso estoy en este mundo”. Es una frase del Papa Francisco que hago mia
Si Francisco viniese a Vitoria le haría disfrutar del Seminario y sus dos comunidades educativas
El proceso sinodal en la diócesis está siendo una bendición
El futuro pasa por equipos mixtos, por la corresponsabilidad de laicos, sacerdotes y religiosos
Si las comunidades se nos mueren no es por falta de clero, sino de fe
Me encantaría jubilarme en Vitoria, porque me parece un proyecto apasionante.
El proceso sinodal en la diócesis está siendo una bendición
El futuro pasa por equipos mixtos, por la corresponsabilidad de laicos, sacerdotes y religiosos
Si las comunidades se nos mueren no es por falta de clero, sino de fe
Me encantaría jubilarme en Vitoria, porque me parece un proyecto apasionante.
Si las comunidades se nos mueren no es por falta de clero, sino de fe
Me encantaría jubilarme en Vitoria, porque me parece un proyecto apasionante.
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
Este 12 de marzo se cumplirán siete años desde que Juan Carlos Elizalde fuese ordenado obispo y tomase posesión de la sede de Vitoria.
Siete años durante los cuales la Diócesis ha experimentado muchos cambios, algunos derivados de un orden natural, otros como consecuencia de las derivas de la Iglesia Universal, otros provocados por las decisiones personales y colegiadas del obispo y los órganos diocesanos que lo acompañan en el gobierno de la Diócesis.
La entrevista íntegra la pueden ver en el video que les ofrezco a continuación. No obstante transcribo algunas frases de la conversación mantenida.
(video)
El pasado 8 de enero recordaba el aniversario del día en el que se dió a conocer su nombramiento como obispo de Vitoria y decía que 7, como número bíblico, bien podría ser un tiempo que marque un ciclo. Por eso mi primera pregunta es ¿Siete años han sido suficientes para marcar un ciclo de su labor como pastor de la Iglesia en Vitoria?
Un ciclo sí, pero que no está culminado, hay muchos temas que me gustaría seguir acompañando. Un segundo ciclo ya me gustaría.
Siete años al frente de la Diócesis pero también como obispo, ¿Qué ha aprendido como obispo en estos 7 años?
Ha sido una lección de humildad y de paciencia. Nunca había sido tan padre y se me habían confiado tantas personas. Esa dimensión de la paternidad la estoy viviendo en Vitoria. Creo que mi corazón se ha agigantado.
Cuando fue ordenado pidió colaboración para ejercer su ministerio ¿la sigue necesitando?
Por supuesto que sí. Y la estoy encontrando en los consejos institucionales que ayudan al obispo. Esos consejos que con el sínodo se han potenciado me están siendo de gran ayuda.
¿Qué le definiría como obispo?
Creo que soy cercano, dialogante y firme.
Cualquiera que conociera la Diócesis de Vitoria sabe que esta ha dado un vuelco, han cambiado muchas cosas ¿Se siente satisfecho de cómo funciona hoy la Diócesis?
Estoy satisfecho en proyección de futuro. Me gustaría haber evitado algunos momentos de crispación. No es la misma diócesis, aquella uniformidad es hoy una variedad más rica.
Y a quienes no comparten esa visión suya ¿Qué les diría?
Que sigan participando. Mi voluntad es dar participación a todo el mundo. No he reprimido nada, he incorporado cosas que no había en esta diócesis. En la medida que todos se vayan incorporando a un proyecto más amplio, y eso es la sinodalidad, estaremos más contentos. Que tengan paciencia conmigo como yo la tengo con ellos, y además que me tomen como referencia en la medida que yo estoy en comunión con Pedro y con todos los obispos del mundo. En la medida que participemos en ese cauce común todos los carismas son maravillosos y nos enriquecen.
Le traslado una pregunta que me llegó al blog en el marco de una noticia sobre la presencia de clero africano en nuestra diócesis ¿Está seguro el obispo de buscar una iglesia plural, o va buscando lo más conservador que encuentre en el planeta?
Casi todos los jueves suelo compartir la cena con ese clero llegado de África, Asia, … y todos son diferentes. Creo que es un clero que nos hacen de espejo, y eso es bueno.
En ese mismo artículo otra persona proponía “explorar la vía de los laicos” para atender a la pastoral frente a la importación de sacerdotes extranjeros que desconocen la realidad local y hasta la lengua. ¿Cree que el laicado de Vitoria está preparado para asumir responsabilidades pastorales o precisa aún de formación y acompañamiento de personas consagradas? y de encontrar laicos preparados ¿estamos en condiciones para que usted delegue en ellos? ¿Propondría, por salirnos de las típicas encomiendas, a laicos para realizar las homilías en las parroquias?
La homilía litúrgicamente es propia del sacerdote como lo es la consagración, por lo que esa propuesta sería clericalismo puro. Otra cosa es, y estoy de acuerdo, que el futuro pasa por equipos mixtos, por la corresponsabilidad de laicos, sacerdotes y religiosos. Yo animo a que los laicos estudien teología, y ya tenemos algún caso. Ojalá fuesen más. Lo sustancial del sacerdocio no se suple con laicos. Los sacerdotes que están viniendo a estudiar a nuestra diócesis no son una solución, son una ayuda, pero no destierran a nadie. Quien piense que le están comiendo terreno es que tiene una visión raquítica de la evangelización.
El proceso sinodal sigue su marcha, ahora están teniendo protagonismo esferas más amplias, menos locales para entendernos. Pero también el camino sinodal sigue haciéndose en la Diócesis. Podría hacerme una radiografía de cómo se sigue desarrollando el camino sinodal en la diócesis de todos los grupos de los que usted tenga constancia y si hay ya algunos efectos reales de ese camino sinodal.
El proceso sinodal en la diócesis está siendo una bendición. De manera particular en el presbiterio con quienes estoy trabajando. Nos estamos escuchando todos. En las parroquias también, en las que más lo han trabajado se ha introducido esa dinámica sinodal. ¿Qué nos estamos jugando? la vocación a la familia, a la vida consagrada y al sacerdocio. La vida como vocación. Si no se nos van muriendo las comunidades y no hay relevo. Y no es un problema sacerdotal, es un problema de fe.
¿Caminamos realmente hacia una Iglesia más plural donde cabemos todos, es esto posible?
Por supuesto que sí. Y ese es el sentir común. Quien piensa que no cabe es porque se ha acabado su hegemonía. No cabe como cabecilla, ¡comparte los carismas!
Recientemente se han puesto en marcha dos proyectos, uno heredado, el Archivo de Misiones y otro que tiene más de proyecto personal suyo, Sendilagun, háblenos brevemente de ambos
Respecto del museo de Misiones yo lo he respaldado pensando en un proyecto que recoge el pasado pero mira al futuro: Archivos y Museos sin “el hijo de la mano”, sin futuro, sin misioneros, sin proyecto, es pura nostalgia. Ahora bien, si es para retomar lo que llevó a nuestros misioneros a tierras de América y de África, pasión por Jesús y pasión por su pueblo, entonces sí.
Sobre Sendilagun es algo que ya está en todas las diócesis y lo que no podemos permitir es que la vicaría judicial solo sirva para tramitar nulidades, tiene que ser un servicio de acompañamiento a la familia. Me sorprendió y agradó la presencia de las instituciones civiles en la presentación de este servicio.
¿Qué proyectos a futuro le gustaría emprender en la Diócesis de Vitoria?
Nuestra gran carencia son los jóvenes. Sueño con proyectos para los jóvenes. Van en la línea del crecimiento vocacional, de todas las vocaciones.
En mayo vamos a comenzar el Año Jubilar por el centenario de la coronación de la patrona de la Diócesis y de la Provincia, la Virgen de Estíbaliz, ¿podemos adelantar algo de la llegada de esa comunidad de clausura al cerro de Estíbaliz?
Que la llegada es inminente. Si fuese posible para el 6 de mayo.
Y terminamos esta entrevista soñando o haciendo ciencia ficción, no sabría decir exactamente
Parece que en el horizonte no se atisba una futura visita del Papa Francisco a España, de producirse ¿Vitoria podría acoger una etapa de esa visita? ¿Qué le programaría usted a Francisco para una visita a Vitoria?
Le mostraría y le haría disfrutar del edificio del seminario y sus dos comunidades educativas.
Usted lleva 7 años y el papa Francisco 10 otra cifra redonda también para hacer balances, que palabra o frase cree que podría representar estos diez años de pontificado de Francisco
“Yo soy una misión en esta tierra y para eso estoy en este mundo”. Es una frase que hago mía.
¿Se ve a futuro ligado a Vitoria o destinado a otra diócesis? ¿Eso se puede elegir o se puede pedir o depende exclusivamente de Roma/Nunciatura/Conferencia Episcopal? No sería el primer caso, Bueno Monreal salió de Vitoria para ser arzobispo de Sevilla por ejemplo.
Desde las tripas me sale decir que me encantaría jubilarme en Vitoria, porque me parece un proyecto apasionante. Si el papa me pidiese ir a otro sitio me costaría pero no pondría ninguna pega.
Dentro de otros 7 años volvemos a hacer balance
Non solum sed etiam
Confieso que mi satisfacción tras una entrevista es directamente proporcional a la satisfacción que me traslada la persona entrevistada. Y una vez más he vuelto a sentirme gratamente satisfecho.
Eso no supone que haya obtenido todas las respuestas que buscaba ni siquiera que comparta todos los puntos de vista expresados, pero es que el objetivo principal es lograr un diálogo o más exactamente una entrevista en donde la cordialidad, el respeto y el afecto se sienta por ambas partes. Y creo que una vez más así ha sido.
Por lo demás …, bueno pues nos quedamos con las ganas de saber algo más de esa comunidad religiosa “misteriosa” que recalará en el cerro de Estíbaliz, pero en fin sus razones tendrán y espero que toda la atención mediática que hoy están evitando mañana la compensen a manos llenas. Entiendo que a Juan Carlos Elizalde, como a cualquiera, evitar los conflictos es un deseo lógico, pero es que nunca llueve a gusto de todos, y si algo tengo claro es que la vida y la historia nos va colocando a cada cual en un lugar y desde allí se nos encarga actuar, unas veces con aciertos y otras errando. Como ya le he dicho en alguna ocasión, si Dios quisiera que la diócesis funcionase bajo mis criterios el obispo sería yo y no él, pero la tarea se le ha sido encomendada a él y con él al frente tenemos que caminar. En pocos días la diócesis ha despedido a tres de sus sacerdotes nonagenarios, ley de vida. Y esa es la realidad que nos espera, despedir a los que fueron e hicieron, pero también dando la bienvenida a los que ahora les toca hacer. Ello no quita para que esa sinodalidad, esa comunión, esos equipos mixtos de los que habla el obispo sean realidades efectivas en nuestras parroquias donde todavía sigue funcionando el ordeno y mando, el paternalismo sacerdotal de algunos presbíteros, incluso de las nuevas ornadas. La sinodalidad es una asignatura que tendrá que ir cogiendo fuerza en los seminarios para evitar esa diversidad de un discurso del obispo y otro de sus curas, para evitar caer en nuevas hegemonías, aprovechando que las viejas ya están cayendo. Y por último, bendita obsesión la de Elizalde con las vocaciones, con todas las vocaciones, porque sin duda en las canteras vocacionales se juega el futuro de la Iglesia. Arrope D. Juan Carlos a los jóvenes que hoy se acercan a las parroquias, que sus delegados las recorran porque si ellos no se acercan a la gazte meza que la pastoral con jóvenes salga a los caminos a cruzarse con ellos.
Tarea queda para otros siete años y para toda una vida.
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