Celebración en Agurain del 175 Aniversario de la fundación de los claretianos Fernando Prado: “Evangelizar no es transmitir un conjunto de doctrinas, es anunciar a Alguien, este fue el sueño de Claret”

Fernando Prado: “Evangelizar no es transmitir un conjunto de doctrinas, es anunciar a Alguien, este fue el sueño de Claret”
Fernando Prado: “Evangelizar no es transmitir un conjunto de doctrinas, es anunciar a Alguien, este fue el sueño de Claret” Vicente Luis Garcia Corres

El claretiano y tenor Aitor Kamiruaga ha ofrecido con su impresionante voz uno de los himnos dedicados a Claret cuya fiesta se celebrará el próximo 24 de octubre

La vida de quien fuera llamado para ser el confesor personal de Isabel II tiene retazos en su biografía que lo vinculan al País Vasco, a sus tierras y gentes

Cotejando datos, el claretiano, Jesús Maria Alday deduce, con argumentos, que Antonio María Claret estuvo al tanto de las gestiones llevadas a cabo para la creación de la diócesis de Vitoria

Este domingo 20 de octubre la localidad alavesa de Salvatierra / Agurain ha acogido la celebración de los 175 años de la fundación de la orden claretiana, cuya presencia en esta localidad se remonta al año 1918. Inicialmente fue noviciado y seminario claretiano. Actualmente acoge a una comunidad que colabora en la pastoral rural de la Llanada alavesa. 

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El pasado viernes ya se proyectó en “abade etxea” la casa cural del pueblo, un vídeo que recoge la historia de esta congregación. Este domingo el acto principal fue la misa en la parroquia de Santa María, presidida por el obispo de san Sebastián, el claretiano, Fernando Prado, quien conjugó en su homilía las referencias a los claretianos con el mensaje de la jornada del Domund: “Evangelizar no es transmitir un conjunto de doctrinas, no es anunciar algo sino a Alguien. Este fue el sueño de San Antonio María Claret”.

Comenzó haciendo una referencia a la paradoja del último informe del anuario pontificio en el que constata un aumento de creyentes en el mundo, mientras entre nosotros se da un descenso de vocaciones y de filiación cristiana católica. Pero este hecho hay que afrontarlo, dijo Prado “con humildad”. “Hoy es un día para dar gracias, no para mirar con nostalgia el pasado. Dios sabe y va haciendo sus caminos. El Señor es el más interesado en dar a conocer su mensaje y nosotros somos sus colaboradores”. Recordando a san Pablo VI apuntó que la “naturaleza de la Iglesia es evangelizar, dar a conocer el Evangelio.”

Después ha desarrollado el lema del Domund y ha concluído con un deseo: “que nuestra vida sea un testimonio de amor y de Aquel en quien creemos.”

El claretiano y tenor Aitor Kamiruaga ha ofrecido con su impresionante voz uno de los himnos dedicados a Claret cuya fiesta se celebrará el próximo 24 de octubre. 

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El párroco de Agurain, Álvaro Gastón, agradeció en nombre de los pueblos de la Llanada alavesa la labor que durante años vienen realizando los claretianos en este territorio de Álava.

Durante la celebración delante del altar estuvo presente el retrato del beato Nicolás, el joven natural de Agurain que profesó en los claretianos y fue asesinado en la Guerra Civil española. 

Después de la misa, a la que acudieron gente del pueblo y personas que en algún momento de su vida han estado vinculadas a los claretianos,  tuvo lugar una comida de hermandad.

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San Antonio María Claret, fundador de los claretianos y santo reconocido en todo el mundo, visitó Vitoria. En sus muchos viajes acompañando a la Reina Isabel, estuvo en la capital alavesa en septiembre de 1866, momento en el que predicó en persona a las dominicas del monasterio de la Santa Cruz en el Casco Histórico, a las clarisas del convento de San Antonio, a las Brígidas en el convento de la Magdalena así como en la céntrica iglesia de San Miguel, donde pasó varias horas rezando ante la imagen de Santa María y bajo la hornacina de la Virgen Blanca. De este hecho da fe una placa que fue colocada el 21 de diciembre del año 2013 en memoria de esta visita. También como recuerdo de su visita, el Ayuntamiento de la ciudad nombró a una plaza como Plaza de San Antonio María Claret, entre las calles Castillo de Quejana y Castillo de Bernedo, en el barrio de Ariznabarra.

La vida de quien fuera llamado para ser el confesor personal de Isabel II tiene retazos en su biografía que lo vinculan al País Vasco, a sus tierras y gentes. De ello se hace eco el claretiano Jesús María Alday en varias publicaciones, siendo la más específica una que titula: “Un santo por tierras alavesas, Antonio María Claret". En ella recoge el contacto con misioneros vascos durante su etapa como arzobispo en Cuba y sigue el rastro de Claret por tierras de Euskal Herria.

De entre las visitas que hizo a lo largo del año 1866 por tierras vascas destaca su paso por Loiola, ya que en sus inicios la vocación jesuítica fue una de las opciones barajadas en su proyección religiosa.

El paso por la Vitoria de aquellos años, una pequeña ciudad de 19.000 habitantes, fue fugaz, pero sonada. Claro que no tanto por el futuro santo, como por la personalidad a la que acompañaba. Su paso por Vitoria fue motivado por su labor como confesor de Isabel II. Alday recoge en su libro con detalle los fastos y excesos en el recibimiento a la reina, y también una descripción de la estampa vitoriana de mediados del s.XIX.

Mientras la ciudad agasajaba a su ilustre invitada el fundador de los claretianos dedicaba su tiempo a “su misión”, predicar el evangelio allí donde podía. Alday recoge la crónica del ilustre canónigo D. Vicente Manterola, en la que se hace eco de esta prolija labor apostólica del santo catalán: “Ha predicado a las tres Comunidades religiosas, al clero, a los ordenandos, a los acogidos en la Real casa de Misericordia, a los pobres presos en la cárcel, a los enfermos del santo Hospital, a las Senoras de las Conferencias (de San Vicente de Paúl) y a todo el pueblo, en fin, de Vitoria, reunido en la parroquia de San Miguel, a la caída de la tarde del martes último, 11 de septiembre. En cada uno de sus sermones, ha empleado el tiempo de una hora, poco más o menos. No olvidemos que el Sr. Claret, acompanando a la Corte, se ha detenido aquí 66 horas, y podemos calcular qué tiempo se habrá reservado para su descanso este hombre admirable, este Varón apostólico”.

El paso por el Convento de la Santa Cruz, lugar donde se ha instalado la placa conmemorativa, se conoce gracias a una carta que una religiosa dominica de dicho monasterio enviara a sus hermanas del Convento de San Blas, en Lerma, (Burgos). La religiosa se refería a la visita en los siguientes términos: “Reverenda Madre Priora: Persuadida del gusto que usted recibirà en que me tome el trabajo de poner por escrito lo que en la tarde feliz del día 11 de septiembre del año 1866 nos dijo de palabra el Excmo. Señor D. Antonio Claret, quiero complacerla, a fin de que nos aprovechemos todas. Tendrá que ser sin pies ni cabeza; pero la confianza de que va dirigida a una Madre y hermanas me anima.

Sobre las cuatro y media de dicha tarde se presentó el expresado señor en la reja de la sacristía. Después de un breve saludo, nos dijo: “Supuesto que la divina Providencia me ha conducido a este convento, acostumbro en los demás [a los] que voy dirigir mi palabra a las Religiosas”. Y diciéndole el gusto que en ello tendríamos nosotras también, se arrodilló, hizo la señal de la cruz, invocó al Espíritu Santo, además rezó tres avemarías, empezó a decirnos: “La voluntad de Dios es que seamos santos, que para conseguirlo uno de los medios más necesarios es la oración; que la vocal es como tiro de fuego que hace ruido, mas no siempre consigue herir o matar; mas la mental, figurada al arma blanca, ésta infaliblemente o hiere o mata; que nosotras, manejando bien las dos, conseguiríamos lo que él con su predicación;…” la carta continua reproduciendo algunas de las palabras del santo a las religiosas.

Cotejando datos, el claretiano, Jesús Maria Alday deduce, con argumentos, que Antonio María Claret estuvo al tanto de las gestiones llevadas a cabo para la creación de la diócesis de Vitoria y apunta una posible mediación con las autoridades políticas del momento tanto para el proceso como para la designación de su primer obispo, mons. Mariano Alguacil. Este papel se quiso años más tarde fuera reconocido en la iconografía de las vidrieras de la Nueva Catedral pero la petición no fue aceptada, aunque sí consta que en el ara de la catedral se encuentran unas reliquias de este santo, quizá a modo de discreto reconocimiento.

Y, cerrando este repaso de algunos retazos biográficos de Antonio María Claret que lo vinculan a estas tierras vascas citar que uno de los dos milagros presentados en su proceso de canonización estaba localizado en Bilbao.

Quien conoce muy bien la historia y la presencia de los claretianos en Álava es, como insisto, el claretiano e hijo de Agurain Josu Alday quien relata esta presencia con las siguientes palabras: 

 “La capital alavesa había sido atractivo de fundación claretiana; repetidas veces hablado y proyectado, pero no efectuado hasta 1972 en que un grupo de jóvenes seminaristas llegaban a Gasteiz para cursar teología en la Facultad del seminario diocesano. Su presencia provisional en un pabellón del convento de Religiosas Salesas, daría paso al año siguiente al alquiler de una casa independiente, tipo chalet, en la calle Elvira Zulueta, n. 12, que serviría de noviciado. Durante estos años la comunidad claretiana en Gasteiz se ha dedicado prioritariamente a la formación de jóvenes misioneros, abriéndose desde su pequeña residencia a las inquietudes de la diócesis y de la ciudad en un momento tan importante de su historia. En 1978 se dejó la casa de la calle Elvira Zulueta para habilitar la nueva residencia, ubicada a pocos metros de la anterior, en el Paseo Fray Francisco de Vitoria, n. 13.

Araba parecía estar destinada a la formación de misioneros claretianos: primero en Agurain y luego en Gasteiz. El numeroso noviciado de 1920, que abarcaba la gran Provincia de Castilla, se había convertido en una recoleta pero viva comunidad formativa de la Provincia claretiana de Euskalerria. Actualmente la comunidad atiende pastoralmente la parroquia de San Pablo, en el barrio de Ariznavarra y la animación del servicio de la Palabra.

Hoy, la presencia claretiana continua en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa e Nafarroa. Muchos han sido los claretianos nacidos en estos territorios que han llevado y siguen llevando el celo misionero de Claret por todo el mundo: hermanos albañiles y carpinteros, predicadores, misioneros, músicos, euskerólogos, profesores prestigiosos, obispos, hasta un cardenal (Arcadio María Larraona), etc.

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En el País Vasco fundan su primera casa en Balmaseda en 1882 y pocos años después en Bilbao en 1886.  Antes lo hicieron en Pamplona en 1880. Actualmente los Misioneros Claretianos están presentes en la capital vizcaína con una parroquia y un centro de atención a inmigrantes, en Leioa con un colegio, en Rentería con varias parroquias y en Álava en Agurain/Salvatierra, y en la parroquia de San Pablo Apóstol de Vitoria. en el barrio de Ariznabarra, donde ya celebraron esta efeméride el pasado mes de junio. 

En el año 2021 se estrenó una película con la biografía del fundador de la que me hice eco en el siguiente artículo: https://www.religiondigital.org/non_solum_sed_etiam-_el_blog_de_txenti/Antonio-Reyes-Claret-claretianos-reconocieran_7_2380331963.html

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Historia de los claretianos.

El 16 de julio de 1849 nace en la localidad barcelonesa de Vic la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María. Su fundador fue San Antonio María Claret, un gran predicador de misiones populares, un 'misionero apostólico', sobre todo en Cataluña y Canarias. Fue también arzobispo de Cuba varios años y a su regreso a España en 1857 es confesor de la reina Isabel II. Muere en 1870 en la abadía cisterciense de Fontfroide, cerca de Narbona, en Francia. Fue canonizado por el Papa Pío XII en 1950 y sus restos reposan en el santuario que los claretianos tienen en Vic.

Esta congregación nace como una congregación misionera, dedicada sobre todo a la predicación de misiones populares y al servicio de la Palabra. Con el paso del tiempo fue asumiendo parroquias y colegios.

Es importante su presencia en el campo de las letras con varias editoriales y revistas en todo el mundo. En España a través de Publicaciones Claretianas en Madrid y Editorial Claret en Barcelona. También dedican esfuerzos a la formación de la Vida Religiosa a través de varios Institutos de Vida Religiosa en los 5 continentes: en España el Instituto de Vida Religiosa de Madrid con la revista Vida Religiosa y la Semana Nacional de Vida Religiosa.

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FAMILIA CLARETIANA

En España los claretianos cuentan con un cardenal, el vallisoletano Mons. Aquilino Bocos Merino y también con dos obispos, Mons. Luis Ángel de las Heras en León y Mons. Fernando Prado Ayuso en San Sebastián. Además de los Misioneros Claretianos, forman parte de la Familia Claretiana las Religiosas de María Inmaculada , conocidas como Misioneras Claretianas, Filiación Cordimariana, Misioneras de María Inmaculada, Misioneras Cordimarianas, Misioneras de la Institución Claretiana, Misioneras de San Antonio María Claret y el Movimiento de Seglares Claretianos.

Está familia está integrada por sacerdotes y hermanos, que en la actualidad superan los 3.000 miembros, los cuales ejercen su misión en más de 70 países en los 5 continentes. Además, cuenta con un gran número de beatos mártires, siendo en España un total de 273, todos ellos durante la Guerra Civil, destacando la matanza de Barbastro.

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