Justicia y políticas sociales ¡Ojalá las políticas sociales estuviesen impregnadas de caridad!
los que están en el gobierno defienden las actuaciones que se están llevando a cabo y la oposición pone el acento donde no se está llegando
mientras no se de un cambio radical a la gestión de los servicios sociales estos no serán efectivos
ningún emigrante votaría a los partidos allí representados
ningún emigrante votaría a los partidos allí representados
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
La asociación de comunidades cristianas Fe y Justicia y el Espacio Diocesano Berri Ona de la Diócesis de Vitoria reunieron ayer a representantes de los cinco partidos con representación en el Consistorio Gasteiztarra para poner sobre la mesa el tema de las desigualdades sociales y las políticas de servicios sociales.
Algo más de treinta personas acudimos a este llamado que, dentro del programa Batu (unirse en euskera) que el centro Berri Ona, una propuesta alternativa a las parroquias que se puso en marcha hace años en la Diócesis de Vitoria.
Acudieron representantes de los partidos PNV, PSOE, Elkarrekin-Podemos, Partido Popular y EH Bildu.
En el análisis de la situación básicamente todos coinciden. Con un matiz, los que están en el gobierno defienden las actuaciones que se están llevando a cabo y la oposición pone el acento donde no se está llegando.
Pudimos ver una cierta unanimidad en la necesidad de actuar y de dotar de más medios y recursos a los servicios sociales. Algunos comentaron que el modelo actual solo logra perpetuar la pobreza, no consigue que las personas salgan de su estado de pobreza sino que las mantiene. Se valoró como muy importante en este proceso de inserción social el acceso a la vivienda como un derecho a garantizar.
El representante del PSOE fue quien dió la imagen más institucional y la impresión de haber acudido a “hablar de su libro”; la representante del PNV mantuvo un perfil bajo de reconocimiento y aceptación de la situación pero también de defensa de las políticas reconociendo los límites de no poder llegar a todo; Elkarrekin -Podemos no perdió la oportunidad de recordar las aportaciones que desde su grupo se vienen haciendo en política social a nivel local y estatal fundamentalmente; la representante del Partido Popular puso el acento en varias ocasiones en el colectivo de las personas discapacitadas notándose una implicación personal en el tema; y el representante de EH Bildu, que “jugaba en casa” por ser del barrio de Salburura donde se celebraba el encuentro, tuvo un discurso muy popular, muy a pie de barrio.
Pero “el pueblo” representado en la treintena de personas que acudieron, no quedó satisfecho con los discursos. Para algunos se quedó en un “si, pero” y para otros el análisis es que se están dando palos de ciego y mientras no se de un cambio radical a la gestión de los servicios sociales estos no serán efectivos. No se acepta que unos servicios sociales despidan y se quiten “el muerto de encima” en casos realmente sangrantes de vulnerabilidad. Familias que engañadas acaban recalando en Vitoria y que se les ofrece como salida regresar a la casilla de donde partieron; personas que no pueden acceder a los servicios mínimos de higiene personal por mor de no se qué papeles; o la subsistencia de mafias del padrón, que como son un tema policial deja de ser municipal.
Desde algún partido se reconoció explícitamente la necesidad de un diálogo social y de una participación ciudadana pero luego denuncias populares y públicas como las que cada primer jueves de mes realiza el colectivo Círculo de Silencio no parecen tener efecto alguno, aunque varios reconocieron conocerlas de primera mano incluso.
De la empatía como criterio de actuación en la relación con las personas ni se mencionó ni se quiso hablar.
En definitiva un acto en plena campaña electoral que sirvió para ver que ningún emigrante votaría a los partidos allí representados y que si grande es la brecha económica, digital y asistencial no lo es menos la que separa a la forma de ver estos problemas desde el sillón municipal o desde la calle.
Non solum sed etiam
En varios momentos los representantes políticos insistieron en que las políticas sociales no son un acto de caridad, como si la caridad fuese el modo cutre de la solidaridad. Las veces que se empleó el término “caridad” fue como para degradarlo, cuando creo que el término caridad aporta a la solidaridad un componente que la hace más grande.
Caridad no es paternalismo ñoño, es solidaridad hecha con amor al prójimo, es solidaridad que nace de una creencia que da un significado a las acciones solidarias, no es mera filantropía, que está bien, es mucho más.
Hemos prostituido la palabra caridad, la hemos dotado de un significado ñoño que no le hace justicia.
Ojalá en los servicios sociales haya gente que no solo por solidaridad y filantropía sino que por caridad ayude a los demás.
Etiquetas