Primer Anuncio Una reflexión en voz alta ante el reto del Primer Anuncio

Una reflexión en voz alta ante el reto del Primer Anuncio
Una reflexión en voz alta ante el reto del Primer Anuncio

Es importante que reflexionemos sobre “El Primer Anuncio”, que busquemos y potenciemos las fórmulas de dar a conocer ese “Primer Anuncio”

El Primer Anuncio creo que debe ir acompañado de la publicitación de toda la acción social de la Iglesia, de la Pastoral social

La idea que yo tengo sobre el primer anuncio es que no es proselitista, que no tiene segundas intenciones, no conlleva condiciones, es gratis, es generoso, es abierto, es sencillo, es humilde, es sincero

Para esta tarea del Primer Anuncio quizá haya que hacer una reconversión de nuestros templos y convertirlos en espacios de acogida, de descanso, en espacios expositivos, artísticos, recreativos, que invitan de alguna manera a entrar y a quedarse un rato

Jesús de Nazaret no fundó la Iglesia, y menos tal y como hoy la conocemos, pero sí creó comunidad y procuró hacer entender que la relación con Dios no solo es personal sino también comunitaria. En el Evangelio salen referencias a esa oración al Padre en privado, pero cuando nos enseña la oración por excelencia empieza diciendo “Padre Nuestro”. Por lo tanto para Jesús, el Maestro, la relación con Dios tiene una dimensión individual y también colectiva. 

En mi evolución personal estoy experimentando una sensación: cuanto más certezas tengo sobre Dios, sobre su Amor, su Misericordia, su Presencia, más preguntas me surgen sobre la Iglesia y algunos de sus postulados, de sus planteamientos, de sus exigencias, de sus normas. 

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Sin entrar de momento en detalles la sensación es que en Dios todo es libertad y en la Iglesia “todo” limitaciones. 

Sin embargo me siento a gusto siendo Iglesia, formando parte de la Iglesia, de esta Iglesia imperfecta. 

La Iglesia me aporta ese espacio de celebración en comunidad, ese espacio de relación con Dios en comunidad, que siento es tan importante y necesario como los momentos de intimidad con Dios. 

Pero la libertad que me ofrece el sentirme hijo de Dios, hijo muy amado de Dios, me otorga la libertad de expresión y de discrepancia con aquellas cosas de la Iglesia que no me encajan, que las considero superfluas o incluso erróneas. 

Últimamente me estoy cruzando mucho con el término “Primer Anuncio”, algunos lo relacionan con lo que “toda la vida ha sido la primera evangelización”, pero quizá las palabras tengan su importancia y debamos meditar sobre la palabra “anuncio”. 

La acepción más común de este término es el que lo vincula con la publicidad y el comercio; y no debemos rechazar esta acepción en el ámbito de la evangelización. No en vano estamos en un mundo cada vez más comercial, consumista, y el término anuncio está en el lenguaje de la comunicación de estos tiempos. 

La Buena Noticia no deja de ser algo que se ofrece, y que quienes lo ofrecen lo consideran atractivo, bueno, saludable, beneficioso, lo más de lo más, lo mejor, …

Por lo tanto el Primer Anuncio precisa de un buen marketing y ahí es donde siempre hemos reconocido que la Iglesia no ha sabido estar acertada, lo hemos dicho con estos términos: “tenemos un buen producto, el mejor, pero no sabemos venderlo, publicitarlo, ofrecerlo”.

Por eso es importante que reflexionemos sobre “El Primer Anuncio”, que busquemos y potenciemos las fórmulas de dar a conocer ese “Primer Anuncio”. 

Creo, y que me corrijan si me equivoco, pero creo que hay un consenso sobre el contenido de ese Primer Anuncio, el mensaje es simple, sencillo, claro y directo, el Primer Anuncio dice: “Jesús te AMA, y murió por tí y por tu salvación eterna”.  Podemos ampliarlo un poco más si decimos que “Te AMA tal y como eres”. Pero poco más hay que añadir. Y con ese mensaje es como hay que salir al mundo y proclamarlo. 

Luego podemos completar el anuncio diciendo que aceptar este principio de sentirse amado por Dios en primera persona suele tener como efecto secundario hacerte mejor persona. Porque el que se siente verdaderamente amado por Dios siente la necesidad de amar al prójimo, lo que también ayuda a crear una red de amor universal. 

Y después, y sólo después, estaría la Iglesia como la oferta de un espacio donde celebrar ese descubrimiento del Amor y la Misericordia de Dios.  

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Este Primer Anuncio no debería esconder que manejamos utopías; Si todo el mundo sintiese el Amor de Dios no habría guerras; tampoco debe esconder que detrás de todo ello lo que buscamos es un milagro, una intervención divina que es posible si cada uno de nosotros se abre a ella. El anuncio debe ser honesto, por eso también debe incluir que la pertenencia a la Iglesia no es un requisito para acceder al AMOR de Dios ni a su Misericordia. 

La idea que yo tengo sobre el primer anuncio es que no es proselitista, que no tiene segundas intenciones, no conlleva condiciones, es gratis, es generoso, es abierto, es sencillo, es humilde, es sincero. 

Por otro lado creo que el primer anuncio está muy relacionado con las obras, con el testimonio, y sobre todo con la acción social de la Iglesia. Cáritas y Misioneros han sido siempre nuestra mejor imagen para el mundo, por eso el Primer Anuncio creo que debe ir acompañado de la publicitación de toda la acción social de la Iglesia, de la Pastoral social. Sinceramente creo que en relación con el primer anuncio es más trascendente la pastoral social que la pastoral sacramental, que quedaría en un segundo, tercer o cuarto nivel, a mi modo de ver. No estoy diciendo que haya que prescindir de la Eucaristía ni de la experiencia del sacramento de la reconciliación, sino que a ellos se llegue por opción personal no por imposición reglamentaria, no como requisito sino como regalo. 

Y por último para esta tarea del Primer Anuncio quizá haya que hacer una reconversión de nuestros templos y convertirlos en espacios de acogida, de descanso, en espacios expositivos, artísticos, recreativos, que invitan de alguna manera a entrar y a quedarse un rato. 

Creo en el Primer Anuncio, y creo que lo podemos hacer bien. Creo que hay personas que podrían ser designadas como agentes de primer anuncio, especialmente aquellos que tienen dones artísticos. Y al patrimonio humano habrá que añadir una inversión económica creativa. Hay tarea por delante.

Cartel IX Encuentro de Musicos catolic 2023 Zaragoza

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