El guipuzcoano y dominico Xabier Gómez, director desde el 2021 del Departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, que el pasado 8 de octubre fue nombrado por el Papa Francisco obispo para la diócesis de Sant Feliu de Llobregat, ha sido invitado por la delegación de migración de la Diócesis de Vitoria en el marco de la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado que se celebró el pasado 29 de septiembre para compartir lo más destacable de la Exhortación Pastoral 'Comunidades acogedoras y misioneras. Identidad y Misión para la Pastoral con Migrantes'. 

En su saludo inicial ha hecho una mención específica a todas las personas que estaban en la sala y procedían de otros países. Ha comenzado diciendo: “vengo a establecer un diálogo sobre un tema que no es coyuntural sino un fenómeno estructural, que ha venido para quedarse”. Gomez ha insistido en varias ocasiones que “los migrantes no son un problema, sino parte de la solución”. 

Como Iglesia nos ha hecho ver que la Biblia está plagada de ejemplos de migración, desde el primer libro hasta el último, desde el primer éxodo de Adán y Eva. “La humanidad desde sus orígenes se ha movido, y en el principio el mundo no tenía fronteras. Y este ha de ser nuestro horizonte que no debemos olvidar.”

El dominico ha recalcado que “los espacios de Iglesia tienen que ser espacios seguros, y da igual dónde se sitúan: “allí donde está la Iglesia tiene que estar la familia de Dios”.

En otro momento ha matizado que el término “migrante” no es de su agrado: “el concepto de migrante debe reservarse sólo para el periodo de tránsito, del viaje, después, una vez llegado a un destino esa persona pasa a ser un vecino más, un conciudadano, y para la Iglesia un hermano.”

Las migraciones, ha dicho, “son una oportunidad para hacer efectiva la catolicidad, la universalidad de la Iglesia.”

Como era su deseo algunas personas han intervenido y en particular ha agradecido el testimonio de personas procedentes de Latinoamérica que han dejado su testimonio como colofón del acto.

Más tarde hemos podido hacerle la siguiente entrevista

Tres preguntas como obispo electo:

Va a vestir de obispo o seguirá usando el hábito dominico? Recientemente a un hermano suyo nombrado cardenal se le ha dispensado de usar los atuendos cardenalicios.

“Vestiré el hábito cuando la situación lo requiera.”

Su lema episcopal es una sola palabra “Humilitas” que encierra para usted esta palabra, qué busca que le sugiera en su día a día como obispo

“Sobre el lema,   la humildad es una importante dimensión espiritual, una necesaria actitud para facilitar la resolución positiva de conflictos y conecta con el lema de Scalabrini, patrón de los migrantes así como con el testamento espiritual que Santo Domingo legó a sus frailes: pobreza, caridad, humildad.”

Que siente a ser el primer obispo dominico en España desde hace décadas

“Siento muchísima gratitud hacia la Orden y mis hermanos.”

Y

Tres preguntas sobre migración. 

¿Se puede decir que la migración es un problema y una bendición al mismo tiempo?

"La movilidad humana es un fenómeno complejo que interactúa con muchos factores y conectado con muchas realidades. Por eso requiere una mirada sistémica tanto en el análisis como en las propuestas para humanizarlo todo. Hemos de profundizar en el derecho a no migrar y el derecho a migrar de manera segura. Pero sobre todo hemos de intentar evitar las migraciones forzosas y buscar en cada caso salvaguardar la dignidad humana y el bien común."

A su juicio cuál sería la norma más urgente que el gobierno, las instituciones nacionales y europeas tendrían que aprobar y poner en marcha ya. 

“Lo más urgente a nivel nacional y europeo: despolitizar el debate sobre las migraciones evitando la instrumentalización política de la misma con fines electorales. Necesitamos un Pacto de Estado sobre migraciones que escuche a las asociaciones de migrantes, que incorpore buenas prácticas de entidades que trabajan con y para migrantes (donde la Iglesia también puede aportar mucho), que articule los intereses nacionales con la dignidad de la persona, la corresponsabilidad y el bien común.”

Como Iglesia estamos haciendo lo suficiente para atender a los migrantes, ¿nos podemos pedir algo más, algo en concreto?

"Como Iglesia a través de Cáritas, delegaciones de Migraciones, entidades y proyectos  de la vida consagrada hacemos mucho y bien. Desde un modelo de acogida integral. La Enseñanza Social de la Iglesia al respecto y el magisterio del papa Francisco son ya una aportación global de altura. La exhortación pastoral Comunidades Acogedoras y Misioneras recoge y promueve un estilo de leer la realidad y de promover los 4 verbos del papa Francisco. Las migraciones y la diversidad de la convivencia de diferentes culturas incluso si a veces no resulta fácil, es posible y conlleva muchas oportunidades.  Por pedir algo... pediría evitar y desenmascarar como contrarios al Evangelio los discursos de odio o de hostilidad. Más cultura de la vida, del encuentro y de la hospitalidad a todos los niveles del Pueblo de Dios. En ello estamos."

Non solum sed etiam

De la conferencia me llamó mucho la atención su matización del término “migrante”, y cómo reclama su uso exclusivamente para el tiempo en el que alguien se traslada de un lugar a otro por necesidad, el otro sería viajero o turista. Pero cuando estas personas llegan a un destino no es justo que queden estigmatizadas ni ellos, ni sus generaciones con el término "migrante", son vecinos, conciudadanos, porque están sujetos a las mismas obligaciones ciudadanas que el resto de nosotros aunque no se les reconozcan todos los derechos; ya para nosotros, Iglesia, son, en todo momento hermanos. 

Ahora que le van a nombrar obispo que nunca pierda su carisma dominico y que su lema episcopal sea santo y seña, y modelo para otros.