Nacida en la Vitoria de principios de los años 30 del siglo pasado abrazó el carisma de las ursulinas para seguir su vocación cristiana hasta hoy

El pasado sábado, coincidiendo con la fiesta de la exaltación de la Santa Cruz, Oviedo rindió homenaje a la vitoriana Nieves Salaberri Aranegui. Esta ursulina de 92 años recibió el homenaje y cariño merecidamente ganado en particular por su labor con las personas de etnia gitana, con los presos y presas de Villabona, y con infinidad de familias a las que ha podido ayudar desde su condición de religiosa ursulina. 

Precisamente una representación de las ursulinas de Asturias, País Vasco y Navarra se hicieron presentes en el acto junto a sus familiares más directos. 

Además de una comida fraterna el acto consistió en el descubrimiento de la placa de una calle que la ciudad de Oviedo ha querido dedicar a esta mujer. 

Al final del encuentro, la cantautora Silvia Quesada, interpretó el "canto a la libertad" de Labordeta con el que expresaron ese sueño de Nieves Salaberri de ver un día “una tierra que ponga libertad”, libertad para todas las personas, para los más desfavorecidos de la sociedad a los que Sor Nieves Salaberri ha dedicado literalmente su vida. 

Non solum sed etiam 

Si hay alguien que “venda” como nadie las obras y “milagros” de Sor Nieves ese es su hermano Fernando, conocido por su vinculación a la música de toda la vida. Este vitoriano de pro habla de su hermana con pasión y veneración, conociéndose toda su trayectoria y destacando el ejemplo que como persona y como cristiana ha supuesto para toda la familia de los Salaberri Aranegui. Por ello, si hermosa es toda la labor de Sor Nieves, no es menos la publicidad que su hermano hace de ella allá por donde va. Mi enhorabuena a los dos.