"Los negocios comerciales que activan los Años Santos no se merecen la visita de Francisco" Antonio Aradillas: "España, hoy por hoy, no está para visitas del Papa"
"Con la historia de Santiago, se azuzó la fantasía hasta destinos de 'redentoras cruzadas'"
"No deja de causar estupor que el santo se entregara con vocación fervorosa a la tarea-ministerio de 'descabezar moros'"
En las antevísperas de la proclamación de un nuevo Año Santo Compostelano, les rogaría a los señores obispos que no insistieran en la invitación al papa Francisco para visitar España, aprovechando tan feliz y santa ocasión de abrazar la sagrada imagen del Apóstol y lucrarse de las indulgencias de la “perdonanza”. España, hoy por hoy, no está para visitas, y menos, para las “franciscanas” como las que encarna el papa Bergoglio, con sus correspondientes festejos “patrióticos”, políticos y menos “religiosos”. Son muchos los españoles, y “ex pañoles” que “pasarían” de estas calendas.
Los datos históricos de los que se dispone, no avalan con seriedad, ciencia y documentación, el hipotético hecho de la venida del hijo del Zebedeo a tierras hispanas, ni vivo ni muerto. Por muchas, buenas y devotas que hayan sido, y sean, las intenciones de investigadores de cualquier condición e ideología, con el rigor más elemental, no sería válida ni siquiera la aspiración de haber sido visitado por Santiago. Menos lo sería, -por eso del “hijo del trueno”- de haber sido merecedor nuestro pueblo de la protección y especial patronazgo, que oficialmente le fueron adscritos por “las autoridades militares, civiles y religiosas correspondientes”.
A la religión, con inclusión de la Iglesia católica, le sobran engaños, leyendas, es decir, “narraciones de sucesos fabulosos e imaginarios". La fábula –“relato falso o sin fundamento”- está de más en cualquier planteamiento que se precie de mínimamente religioso. “Fábula” e “imaginación” no hacen Iglesia. Sus cimientos carecerán de la consistencia debida y su desmoronamiento puede predecirse a plazo fijo y con toda clase de detalles y de consecuencias.
Los negocios comerciales que activan los Años Santos no se merecen la visita de Francisco
Pero como además, y precisamente en el tema jacobeo, tanto a la imaginación como a la fantasía, y más “en el nombre de Dios”, no se les pusieron bridas de ninguna clase, sino que se les azuzó en su caminar beligerante hacia metas y destinos de “redentoras cruzadas”, los procedimientos no solo fueron a-cristianos, sino hasta inhumanos. Al habérsele conferido al Apóstol Santiago la tutela y el éxito de la llamada “Guerra de la Reconquista", le fueron imputadas gestas y gestos que sobrepasaron con creces a los propios de las confrontaciones entre los enemigos más encarnizados y entre los feroces miembros del gremio de los animales irracionales.
Aún con la salvedad y comprensión de las circunstancias de lugar y de tiempo en las que se circunscriben los referidos hechos legendarios, no deja de causar estupor, pasmo, asombro y escándalo, que a Santiago se le aupara a un caballo celestial y, armado caballero de su flamante Orden Militar, en calidad de Gran Maestre, se entregara con vocación fervorosa a la tarea-ministerio de “descabezar moros”, salvando así a las huestes cristianas a las que distinguía y señalaba la cruz de Jesús….
Un pueblo-nación como España, patroneado por un Apóstol -“ministro de Cristo”- con la sacrosanta misión de ser y actuar de “Matamoros”, no merece la visita del papa Francisco, si no es para suscitar su conversión a la auténtica fe cristiana, a la sensatez, al orden, a los derechos humanos y a la salvación en esta vida y en la otra. Clavijo, Las Navas de Tolosa, el santuario de la Virgen de Tentudía, las fiestas de “Moros y Cristianos” por esos pueblos de Dios, tuvieron –y siguen teniendo- actualidad “religiosa” en las calendas litúrgicas y en las cívico-políticas…
Los Años Santos Jacobeos, sus caminos y los acontecimientos que legendariamente rememoran y les confieren actualidad, demandan reconversión más explícita y evangelizadora. En torno a la figura del Apóstol proto-mártir del colegio elegido por Jesús, se han desatado multitud de leyendas patrioteras en defensa de intereses humanos y “divinos”, expuestos y administrados por reyes, emperadores, obispos, arzobispos, curas y frailes, por todos los caminos de Europa.
Los negocios comerciales, y también los “espirituales”, que activan los Años Santos, así como los renuncios a la verdad, a la sombra y amparo de leyendas sanguinolentas, pese a la fantasiosa luminosidad que les presta la Vía Láctea o “Camino de Santiago”, carecen de viabilidad y verificación que aspiren a formar parte de la educación en la fe…
De la venida de Santiago a España, nada de nada. De la del papa Francisco, es posible que tal aseveración tenga idéntica vigencia. De ”¡Santiago y cierra España¡” hablamos en otra ocasión.
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