Cuaresma 2025: "Caminemos juntos en la esperanza"

"El papa Francisco, una semana antes de su crisis de salud, envió su mensaje para la Cuaresma 2025. El tema central es: 'Caminemos juntos en la esperanza'"

"En el texto examina los tres términos de lema y plantea tres llamadas a la conversión (personal y social), acordes con los desafíos y problemas del mundo actual y ofrece una serie de preguntas"

"para él caminar juntos en la esperanza es la mejor forma de construir la paz, garantizar la justicia y superar los acontecimientos más dolorosos"

Cuaresma

El papa Francisco, una semana antes de su crisis de salud, envió su mensaje para la Cuaresma 2025. El tema central es: “Caminemos juntos en la esperanza”. En el texto examina los tres términos de lema y plantea tres llamadas a la conversión (personal y social), acordes con los desafíos y problemas del mundo actual. En esa línea ofrece una serie de preguntas clave que han de responderse con seriedad y honradez.

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La Cuaresma es un tiempo para examinar nuestro mundo interno y externo, para estar bien situados en la realidad actual. El papa Francisco nos ha dado ejemplo de ello: desde su delicado estado de salud sigue pidiéndonos que recemos por la martirizada Ucrania, por Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán, Kivu”.

Amigos caminando juntos hacia la puesta de sol

El papa Francisco reflexiona sobre el significado de “caminar juntos en la esperanza” y descubre las llamadas a la conversión que la misericordia de Dios nos dirige a todos. 

En primer lugar, “caminar”. Con este término se evoca el largo viaje del pueblo de Israel hacia la tierra prometida, narrado en el libro del Éxodo. El paso de la esclavitud a la libertad. Es conocido que el Éxodo nos presenta a Dios como el que ve la opresión del pueblo; un Dios que oye el clamor del oprimido; un Dios que conoce sus sufrimientos. En definitiva, un Dios cercano y liberador. Pero, para el papa Francisco, no podemos recordar el éxodo bíblico sin pensar en tantos hermanos y hermanas que hoy huyen de situaciones de miseria y de violencia, buscando una vida mejor para ellos y sus seres queridos.

De aquí surgen preguntas que interpelan: ¿cómo me dejo afectar por la realidad de opresión? ¿estoy satisfecho en mi zona de confort? ¿busco caminos de liberación de las situaciones de pecado y falta de dignidad? ¿estoy realmente en camino o un poco paralizado, estático, con miedo y falta de esperanza? Y luego, un primer llamado a la conversión: de la indiferencia a la solidaridad con el que sufre por causa de la injusticia y la exclusión. A imitación de nuestro Maestro, ha dicho el Papa en otra ocasión, los cristianos estamos llamados a mirar las miserias de los hermanos, a tocarlas, a hacernos cargo de ellas y a realizar obras concretas a fin de aliviarlas.

En segundo lugar, “juntos”. La vocación de la Iglesia -afirma el Papa - es caminar juntos, ser sinodales. Los cristianos están llamados a hacer camino juntos, nunca como viajeros solitarios. En esta línea recuerda que el Espíritu Santo nos impulsa a salir de nosotros mismos para ir hacia Dios y hacia los hermanos, y nunca encerrarnos en nosotros mismos.

Explica que caminar juntos significa ser artesanos de unidad, partiendo de la dignidad común de hijos de Dios. Significa caminar codo a codo (no a codazos) sin pisotear o dominar al otro, sin albergar envidia o hipocresía, sin dejar que nadie se quede atrás o se sienta excluido. Para el Papa, este tiempo cuaresmal y jubilar es propicio para comprobar si en nuestra vida, en nuestras familias, en los lugares de trabajo, en la comunidades parroquiales o religiosas, somos capaces de caminar con los demás, de escuchar, de vencer la tentación de encerrarnos en nuestra autorreferencialidad.   

Y de nuevo las preguntas que interpelan: ¿somos capaces de trabajar juntos como obispos, presbíteros, consagrados y laicos, al servicio del Reino de Dios? ¿tenemos una actitud de acogida, con gestos concretos, hacia las personas que se acercan a nosotros y a cuantos están lejos? ¿hacemos que la gente se sienta parte de la comunidad o la marginamos? Aquí nos encontramos con una segunda llamada a la conversión: del individualismo a la sinodalidad.

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En tercer lugar, el Papa habla de recorrer este camino juntos en la esperanza de una promesa. La esperanza que no defrauda (Jesús y su proyecto) sea para nosotros el horizonte del camino cuaresmal hacia la victoria pascual. La esperanza que no defrauda es a contracorriente. Cuando ya no hay motivos para esperar entonces surge la esperanza. Es esperanza contra toda esperanza.

En la convocatoria al Jubileo 2025, Francisco señala que el primer signo de esperanza debe ser para los pueblos oprimidos por la brutalidad de la guerra. El Papa pregunta a fondo: “¿Qué más les queda a estos pueblos que no hayan sufrido ya? ¿Cómo es posible que su grito desesperado de auxilio no impulse a los responsables de las Naciones a querer poner fin a los numerosos conflictos regionales, conscientes de las consecuencias que puedan derivarse a nivel mundial?”.

Del mensaje del Papa para el Jubileo ordinario 2025 se infería que se revive la esperanza cuando hay signos concretos de cambio para los que sobreviven en medio de la crueldad económica, política, social, militar y ecológica. En consecuencia, una vida animada por el amor y la justicia es fuente de esperanza. Cada acto de amor, consciencia y compasión es fuente de esperanza. Por el contrario, cada acto de indolencia, mentira y egoísmo generan desesperanza.

Aquí la pregunta esencial es: ¿vivo concretamente la esperanza que me ayuda a leer los acontecimientos de la historia y me impulsa al compromiso por la justicia, la fraternidad y el cuidado de la casa común? De aquí deriva la tercera llamada a la conversión: a la esperanza, a la confianza en Dios y a su gran promesa, el reino y su justicia.

Para el papa Francisco, pues, caminar juntos en la esperanza, es la mejor forma de construir la paz, garantizar la justicia y superar los acontecimientos más dolorosos.

(*) Licenciado en filosofía y maestro en teología. Exdirector de radio YSUCA. Docente jubilado de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas (UCA). Actualmente, profesor de cristología y eclesiología en California, EEUU. Difusor del legado teológico-pastoral de san Óscar Romero.

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Etiquetas: cuaresma 2025, sinodalidad, papa francisco