"La realidad supera, siempre y con creces, a la ficción" Dios les cría y ellos se juntan… los curas sedevacantistas y las exmonjas de Belorado
La realidad supera, siempre y con creces, a la ficción. O, si se prefiere, no hay nada que vaya tan mal que no sea susceptible de empeorar. Particularmente para nuestras hermanas que han decidido. “erre que erre”, ir de mal en peor hasta llegar al grado superlativo de lo pésimo
La existencia exige nuestro crecimiento y nos hace 'atraer' a los ‘amigos’, ¿no serán más bien ‘enemigos’?, aparentes que vienen a estimularnos precisamente en nuestras carencias, debilidades…
A propósito de la noticia de Religión Digital(Sergio Casas Vila: un cura sedevacantista argentino, nuevo 'Papa' de las ex monjas cismáticas de Belorado). A veces, incluso las personas (congregaciones, grupos, instituciones…) más diferentes consiguen encontrarse y estar juntas contra todo pronóstico. Muy a menudo el dicho se utiliza en un sentido irónico y sarcástico, y en este caso significa que las personas con los mismos defectos parecen buscarse y atraerse mutuamente.
Se trata de un dicho popular muy utilizado y de origen antiguo. De hecho, la frase ya se encuentra en el texto ‘Cato Maior de Senectute’ (Cicerón): 'pares cum paribus facillime coeunt'. Traducida literalmente, significa «Todos se asocian con sus semejantes con gran facilidad».
«Dios les cría y ellos se juntan» es un dicho popular, un refrán que se utiliza cuando hay mucha afinidad entre los compañeros de turno. Casi hasta se podría decir aquello de ‘parece que fue Dios quien les unió’.
Se llevan bien entre sí precisamente porque comparten ciertas características. A veces estas características son «similares», a veces «complementarias».
Un ejemplo de «similares» podría ser el de una pareja a la que le apasione la música de ópera, o la filosofía, o la pasión por disfrazarse de los personajes de la película Star Trek o de otras… En algunas localidades tienen convenciones anuales organizadas por los que tienen esta última pasión, se reúnen muchos de ellos, todos disfrazados, y traen mucha alegría.
En cambio, un ejemplo de «complementariedad» puede ser cuando se logra el equilibrio entre el «taciturno» emparejado con el «hablador», o el «preciso» emparejado con el «confuso», o el «permisivo» con el «autoritario».
Pero cuando en lugar de una especie de equilibrio el acoplamiento produce algo más parecido a un desequilibrio, es decir, cuando las cosas van mal, ¿qué significa? ¿Que Dios estaba de vacaciones o distraído en ese momento? (Se puede sustituir la palabra Dios por: Uno, Gran Misterio, lo Innombrable, la Existencia, la Providencia,…).
Dado el desorden planetario en el ámbito de las relaciones humanas, en la pareja, en el trabajo, en la familia, en fin en todas partes, me parece muy útil que cada vez más gente vaya por ahí difundiendo ciertas leyes esotéricas como la Ley de la Resonancia, es decir la versión completa de «Dios les cría y ellos se juntan».
He leído que la ley de la resonancia afirma que cada ser humano está situado en un nivel particular de conciencia que le permite resonar exclusivamente con otros seres humanos, lugares y situaciones que se encuentran en un nivel similar. En otras palabras: lo semejante atrae a lo semejante. La resonancia hace que cada uno de nosotros manifieste a su alrededor el entorno más congenial para su nivel evolutivo actual y, sobre todo, el entorno más estimulante para sostener el siguiente paso en el camino. ¡No hay excepciones a esta ley!
Muchas personas afirman estar en el lugar de trabajo equivocado o en compañía de la pareja equivocada, pero esto NUNCA puede ser cierto, precisamente porque inconscientemente «atraemos» por «resonancia» la realidad que nos es más útil en un momento dado. Desde una perspectiva evolutiva siempre estamos en el mejor lugar para estar. En la medida en que cambiamos interiormente, también cambian las personas y las situaciones que atraemos hacia nosotros. Lo semejante atrae a lo semejante.
La existencia exige nuestro crecimiento y nos hace 'atraer' a los ‘amigos’, ¿no serán más bien ‘enemigos’?, aparentes que vienen a estimularnos precisamente en nuestras carencias, debilidades…
Podemos tener fe en que la Existencia 'siempre nos ve' y se propone conseguirnos 'ojos para ver', o podemos seguir teniendo 'fe' en la desgracia -mala suerte-. Aquí, gafe es el término que hemos inventado para nombrar a la Providencia cuando se nos aparece disfrazada durante nuestra vida cotidiana.
La realidad supera, siempre y con creces, a la ficción. O, si se prefiere, no hay nada que vaya tan mal que no sea susceptible de empeorar. Particularmente para nuestras hermanas que han decidido. “erre que erre”, ir de mal en peor hasta llegar al grado superlativo de lo pésimo.
Así lo dice también la Palabra de Dios en Proverbios 26, 27: “El que cava un hoyo caerá en él…”.
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