"¡Escojan San José del Amazonas y no se arrepentirán!" Gracias, César, por tu 'parcialidad'
"Queridos compañeros sacerdotes del Instituto Español de Misiones Extranjeras: esta entrada tiene la descarada intención de influir en su importante elección acerca del lugar de la Amazonía donde van a iniciar una nueva brecha misionera. A los miembros de la Dirección General y a los directamente implicados les digo sin ambages ni rubor: ¡escojan San José del Amazonas y no se arrepentirán!"
"Reconozco que muy pronto tuve que descartarme, por un problema físico relacionado con el calor, y ello no sin dolor y resignación a mis 76 años. César, viejo amigo, bien lo sabe. Pero le alabo ese descaro en lo que escribió ¿Acertaremos? Dios y el tiempo, la historia, nos lo dirán"
| José Mª Rojo García
Varias veces he leído el relato de César Caro, el sacerdote extremeño Vicario General del Vicariato S. José del Amazonas. Por último, lo acabo de releer en Religión Digital. Muchas veces, por aquello de “in medio virtus”, hemos ensalzado a quien se coloca como imparcial, como neutral, olvidándonos de que el mismo Dios no se nos presenta así en el Exodo 3, pues claramente se coloca a favor de los israelitas y en contra del Faraón y sus gentes esclavizadoras, ni tampoco en el Deuteronomio, cuando presenta a los israelitas los dos caminos, la Vida y la Muerte y, al final no se aguanta y grita “¡elijan la vida!” (Dt 30, 19)
Esto a cuento de un desacostumbrado relato de César Caro, “pidiendo descaradamente” que el IEME opte por abrir una misión en el Putumayo peruano, cosa que así ha sido decidido en Madrid. Copio textualmente de César: Queridos compañeros sacerdotes del Instituto Español de Misiones Extranjeras: esta entrada tiene la descarada intención de influir en su importante elección acerca del lugar de la Amazonía donde van a iniciar una nueva brecha misionera. A los miembros de la Dirección General y a los directamente implicados les digo sin ambages ni rubor: ¡escojan San José del Amazonas y no se arrepentirán!
Podría escribir cosas más “espiritualmente correctas” como: “ojalá hagan un buen discernimiento”, “sopesen las alternativas basados en buenos informes”, “tómense su tiempo”, “vean los pros y contras y lo que Dios quiera”… y otros adagios similares aparentando una supuesta neutralidad, pero no voy a caer en esa impostura porque ya somos grandes, nos conocemos bastante y para mí está claro: su sitio está en el Putumayo peruano…
Y estoy seguro que muchos, desde fuera y con razón, habrán dicho: “En el IEME están locos, son cuatro gatos, cada día más viejos y deciden abrir una misión nueva”. (Y, por supuesto, en su visita a la Amazonía, los 4 quijotes que fueron, le contagiaron la locura al Vicario César Caro). Hace algún tiempo algunos planteamos cansina y repetidamente, que solo nos quedaban dos caminos: o cerrar el kiosko y preparar bien los pasos a dar u optar por no reforzar antiguos proyectos y concentrar todas nuestras baterías en proyectos nuevos que parezcan interesantes. Así surgieron los dos de la Amazonía colombiana y la Amazonía peruana en América Latina.
El IEME se ha decidido por S. José del Amazonas, en la selva peruana. Reconozco que muy pronto tuve que descartarme, por un problema físico relacionado con el calor, y ello no sin dolor y resignación a mis 76 años. César, viejo amigo, bien lo sabe. Pero le alabo ese descaro en lo que escribió ¿Acertaremos? Dios y el tiempo, la historia, nos lo dirán. Yo, por mi parte, resalto algo que César ya dice: esa Iglesia ha hecho ya su recorrido, prácticamente sin sacerdotes, en cierto sentido se ha adelantado al tema de la sinodalidad (¿por necesidad, por obligación? ¡no importa!). En nosotros está ahora el no llevarles el virus del clericalismo (aunque sea “clericalismo de izquierda”), sino reforzar ese camino andado, consolidar esa experiencia eclesial.
César asegura con firmeza: “¡no se arrepentirán!”. Yo así lo deseo y así lo espero.
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