Aprendizaje cooperativo, metodología imprescindible Liderazgo compartido
'Con corazón y cerebro', un libro de Martín Pinos Quílez, inspira una forma de educación. Nos indica que el mundo, el cerebro y el conocimiento no funcionan linealmente, sino en red, por eso Net nos habla también de conectar objetivos y personas; y eso nos lleva al aprendizaje cooperativo, una metodología imprescindible en la educación
Insisto, en mis artículos, en la necesidad de que responsables políticos, tejido empresarial y tercer sector, trabajen de manera conjunta para intentar hallar respuestas a los diversos problemas que la sociedad tiene. En el mismo libro, el autor, se encarga en recordarnos que solos se puede correr más rápido; pero juntos de puede llegar más lejos
| David López Royo
Hace una semana una buena amiga, persona entrañable, me regaló un libro de Martín Pinos Quílez, cuyo título es "Con corazón y cerebro". Lo comencé a leer hace tres días en un viaje en avión y, siguiendo el consejo del autor, estoy procurando leerlo despacio, al mismo tiempo que intentando responder a las distintas preguntas que realiza al lector.
Escribo literalmente un párrafo de su libro, el mundo, el cerebro y el conocimiento no funcionan linealmente, sino en red, por eso Net nos habla también de conectar objetivos y personas; y eso nos lleva al aprendizaje cooperativo, una metodología imprescindible en la educación que se asienta en el principio básico de las interdependencias positivas que se generan al compartir objetivos comunes.
Insisto, en mis artículos, en la necesidad de que responsables políticos, tejido empresarial y tercer sector, trabajen de manera conjunta para intentar hallar respuestas a los diversos problemas que la sociedad tiene. En el mismo libro, el autor, se encarga en recordarnos que solos se puede correr más rápido; pero juntos se puede llegar más lejos.
Lo que más está afectando negativamente a nuestra sociedad es la tendencia a valorar de manera exclusiva a un político, a un empresario o a un emprendedor social como líderes particulares, olvidándonos que no existe liderazgo si no se trabaja conjuntamente. Un buen líder es la persona que sabe trabajar en equipo y, reconoce en el mismo, el apoyo imprescindible para ser un motivador, un animador y un emprendedor que cree en el trabajo conjunto. Es la persona que sabe escuchar y sobre todo ayudar a transformar en positivo todo aquello que puede afectar negativamente al equipo. Se trata de redescubrir que la parte emocional puede ser una herramienta eficaz a la hora de poder construir proyectos que potencien lo que somos como personas, y también lo que podemos lograr como equipo.
Desde hace unos meses he tenido la oportunidad de conocer, con más profundidad, un proyecto social que se preocupa por un colectivo muy vulnerable socialmente. He podido compartir momentos especiales en donde educadores, trabajadores sociales, psicólogos, y otros profesionales, como las personas que hacen la comida y limpian, forman equipos que ayudan a muchas personas a superar situaciones muy críticas y difíciles. Se puede afirmar que existe un liderazgo compartido, aunque no sean conscientes de esta realidad.
Responder a diversas problemáticas con rigor y afecto, requiere el estructurar proyectos en donde el nivel del liderazgo compartido sea, si es posible, de diez sobre diez. Compartir siempre nos hace crecer como personas, al mismo tiempo que nos posibilita el aprender de los demás.
En este tiempo, también, he podido descubrir responsables universitarios y políticos altamente sensibilizados ante personas vulnerables y necesitadas de apoyo. Estos perfiles se suman al liderazgo compartido porque existe una voluntad manifiesta de realizar proyectos conjuntos que respondan a las necesidades de una población que, sin el trabajo en equipo, no podrían recuperar su dignidad.
Cada integrante del equipo debe ser capaz, poniendo sus capacidades al servicio del proyecto conjunto, de visualizar el ideal. Martín Pinos dedica unas páginas preciosas a este tema.
Visualizar el ideal conlleva soñar. Para transformar realidades de gestión de acción social que afectan negativamente a los proyectos, porque han quedado obsoletas y caducas, se precisa tener sueños. Pero, para conseguir que los sueños se hagan realidad, hay que preguntarse, como nos sugiere nuestro autor ¿qué estamos haciendo para conseguirlo?
El liderazgo compartido supone generar un gran sueño con el fin último de poder desarrollar proyectos que busquen dignificar a las personas.
El liderazgo compartido implica conocer bien nuestras emociones, mejor dicho entenderlas, porque solamente de esta manera podremos poner al servicio de este liderazgo lo mejor que tenemos como personas. Las emociones han de servirnos para construir proyectos, por esta razón tenemos que ser muy conscientes que ante los retos que nuestros sueños nos hacen poner en marcha, es normal, hasta tener miedo; pero éste nunca debe de limitar la posibilidad de alcanzar el sueño. He ahí, que caminar conjuntamente con otras personas nos hará llegar más lejos, nos posibilitará, podemos decir, alcanzar el sueño.
El líder que busca construir un liderazgo compartido es la persona que, habiendo entendido sus emociones, es capaz de animar y motivar a un equipo que a su vez está formado por personas que se sienten líderes de un proyecto conjunto experimentando que, a través del mismo, explicitan la existencia de un liderazgo que es, ante todo, compartido.
Nuestra actitud emocional y mental ante el trabajo es lo que hará posible que nuestra participación en el liderazgo compartido sea positiva o negativa. Esta dimensión es brillantemente trabajada por nuestro autor. A la hora de abordar la construcción de un proyecto conjunto ser constructivos, sin duda, hará posible que el sueño sea más alcanzable.
Construir una sociedad que tenga como objetivo la dignificación de las personas podrá ser más posible si hacemos florecer un liderazgo compartido.
Concluyo la reflexión de hoy citando otro párrafo del libro citado "No es tanto lo que decimos y hacemos, sino lo que somos finalmente. Cuando la emoción, el pensamiento, la palabra y la acción convergen con lo que somos, fluimos" y dejando la siguiente pregunta al lector: ¿ayudo a construir un proyecto conjunto junto a los demás?
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