"Solo esperamos por el bien de esta Diócesis, que coja sus maletas y se marche" Monseñor Zornoza: Llegó el 31 de julio de 2024, la cuenta atrás para su adiós
Llegó a nuestra tierra, ilusionada por un obispo relativamente joven, con “buena imagen” aunque el tiempo ha ido quitando la careta que traía y nos ha mostrado, con el paso y el peso de los años, la verdadera identidad de quien debía haber sido pastor de todos, y se ha convertido en el pastor de una pequeña élite, con los que banquetea y come, mientras les saca el dinero; rodeado de una “pequeña guardia pretoriana” que lo protege y defiende, y alimentando un clero joven sacado de las arcas antiguas y apolilladas de nuestras buhardillas y almacenes lúgubres
El dinero siempre le ha atraído y le ha acompañado. No le ha importado dejar en la calle a familias humildes, despidos, desahucios, cerró negocios de toda la vida que ha dejado arruinada sus familias, etc., y para ello no ha dudado de codearse de ese equipo económico capitaneado por su fiel escudero, que no ha pestañeado ni un ápice en obedecer hasta la letra pequeña
Nunca nos ha querido, nos ha despreciado allí donde ha ido, ha hablado mal de nuestra Diócesis y de nuestra gente. De pena.
Nunca nos ha querido, nos ha despreciado allí donde ha ido, ha hablado mal de nuestra Diócesis y de nuestra gente. De pena.
| Nicolás Fernández Muñoz
Nunca una fecha ha sido tan deseada y anhelada por tanta gente. Cumple 75 años el obispo de la Diócesis de Cádiz, Rafael Zornoza Boy. Hoy empieza la cuenta atrás de su marcha. Ahora ya no depende de él, sino de que el Papa provea al nuevo obispo que habrá de sustituirlo en la encomienda de la Diócesis. Esperemos que la espera no sea larga, y este “madrileño” tanta paz lleve como paz deje.
Llegó a nuestra tierra, ilusionada por un obispo relativamente joven, con “buena imagen” aunque el tiempo ha ido quitando la careta que traía y nos ha mostrado, con el paso y el peso de los años, la verdadera identidad de quien debía haber sido pastor de todos, y se ha convertido en el pastor de una pequeña élite, con los que banquetea y come, mientras les saca el dinero; rodeado de una “pequeña guardia pretoriana” que lo protege y defiende, y alimentando un clero joven sacado de las arcas antiguas y apolilladas de nuestras buhardillas y almacenes lúgubres.
Los que fueron a visitarle recién nombrado hablaban maravillas de él, de su acogida y cercanía, de sus atenciones, aunque eso poco a poco se fue desmoronando con el paso de los días al comprobar las actitudes, y el estilo que iba imponiendo, quitándose de en medio a todo el que le hacía un poco de sombra, o le dificultaba su paso.
Arrasó todo lo que oliera a los “Antonios”
De vergüenza ha sido su actitud ante la enfermedad y la muerte de sacerdotes muy queridos en nuestra Diócesis, a los que no se dignó siguiera de preparar la homilía de su entierro, olvidándose de sus nombres, e imponiendo en muchas situaciones su capricho de ubicarlos en determinadas residencias de ancianos, lejos de sus hogares y personas que los querían y atendían. Si no hizo de pastor con ellos, ¿con quién lo iba a hacer?
Como Atila, rey de los hunos, purgó y arrasó todo lo que oliera a los “Antonios”, término referido por él mismo al señalar la herencia de los Obispos anteriores Añoveros, Dorado y Ceballos. A este último, lo vimos ante una jueza casi sólo, pues quiso impedir, sin conseguirlo, que un grupo de sacerdotes le acompañaran en esos momentos para que se sintiera apoyado y respaldado por la Iglesia diocesana a la que sirvió, defendió y amó.
Destrozó toda la labor pastoral realizada en años, despreciando los Consejos Pastorales y de Economía que en muchos lugares existían. Todo lo que le obstaculizada en su tarea de imponer su estilo, su mentalidad y sus ideas, fue arrasado y aniquilado. No le importaron las personas, ni las familias, ni la historia de sufrimiento hasta llegar a destrozar todo lo que se había conseguido. Todo lo que no podía controlar había que destrozarlo sí o sí.
No le importó “cargarse” a sacerdotes, religiosos y laicos entregados. No eran de su estilo, tenían ideas y pensamientos libres, y no iba a permitir que nada ni nadie se le descontrolase
No le importó “cargarse” a sacerdotes, religiosos y laicos entregados. No eran de su estilo, tenían ideas y pensamientos libres, y no iba a permitir que nada ni nadie se le descontrolase o escapase de su control y poder. Nada ni nadie ha escapado a su tiranía y desprecio, salvo los típicos lameculos y aduladores, de los que se ha rodeado, con cierto “tufo” extraño. Yo te tapo, tú me tapas. Yo callo, tú callas. Ellos también han sido copartícipes y colaboradores necesarios en este desmantelamiento, participando, como si de un botín se tratase, de las migajas que a él no le han interesado. A todos ha colocado en sitios adecuados antes de cumplir su mandato, sacando algunos “pingües beneficios”.
Son muchos los sacerdotes que se han marchado de la Diócesis, a otros ha invitado a marcharse, y a otros los tiene suspendidos del ejercicio del ministerio. Y ha traído una cantidad ingente de curas de fuera. Por cierto, algunos no eran ni sacerdotes, y se dieron cuenta varios años más tarde. Ha traído congregaciones extrañas, y grupos nuevos de evangelización que han demostrado su ineficacia.
La escuela de evangelizadores ha permitido “colarse” a un grupo numeroso de gente que no están en parroquias. Las cenas, desayunos y merendolas Alpha, se acabaron. Y ahora nos ha traído el “camino de Emaús”. Y no podemos olvidar las instituciones educativas de alto contenido tradicionalista, que llegaron con una mano delante y otra detrás, y a quienes ha puesto un patrimonio enorme en sus manos.
Ha permitido desmanes en la diócesis a los que eran de su línea o están bajo su control. Aún resuenan algunos escándalos que ha pretendido acallar con el paso del tiempo, y mirando para otro lado, como pensando que la gente no tiene memoria y olvida pronto. Incluso a algunos después de un tiempo alejados y silenciados, los vuelve a colocar en puestos relevantes, incluso creando cargos nuevos.
Una máquina de generar dinero
En lo tocante al dinero ha sido una verdadera máquina de generarlo, no todo le ha salido con él hubiera deseado, aunque para ello haya tenido que “ventilarse” a ciertas órdenes o comunidades religiosas. El dinero siempre le ha atraído y le ha acompañado. No le ha importado dejar en la calle a familias humildes, despidos, desahucios, cerró negocios de toda la vida que ha dejado arruinada sus familias, etc., y para ello no ha dudado de codearse de ese equipo económico capitaneado por su fiel escudero, que no ha pestañeado ni un ápice en obedecer hasta la letra pequeña. Esperemos y deseamos que el nuevo obispo haga una “limpia” antes de iniciar su ministerio.
Le ha gustado mostrase ante los fieles como un divo. Le gusta que lo miren que lo admiren, que lo adulen. A veces algunas celebraciones parecían un espectáculo de variedades. Ha dejado pueblos olvidados, y ha visitado las parroquias de los suyos cada vez que le ha dado la gana. Donde se ha sentido a gusto, en su salsa, allí ha estado con sus gracias. A otros, ha hecho caer en el olvido. Y eso que la porción que le encomendaron para pastorear era toda la Diócesis.
Él quería ser el centro, el único centro. ¿Y los pobres? ¡Ay los pobres! Hay quien dice que no va andando al Obispado porque la gente le increpa
Ha sido pura “fachada” verlo en algunas celebraciones ante la muerte de migrantes, dejando comentarios despectivos hacia otras autoridades de confesiones religiosas distintas. Él quería ser el centro, el único centro. ¿Y los pobres? ¡Ay los pobres! Hay quien dice que no va andando al Obispado porque la gente le increpa.
Nos ha dejado un legado muy interesante. El arreglo de una zona del Seminario como apartamento de lujo para invitados. El arreglo de lujo de la casa de verano que tiene el obispo en Chipiona, sólo la parte que le correspondía a él, dejando sin arreglar la parte de lo que fue residencia de niños atendidas por unas religiosas. Y de las fundaciones para qué hablar, ha hecho encaje de bolillos, haciendo desaparecer a muchas y unificando unas con otras, aunque sus objetivos fuesen distintos, manejando con soltura bastante capital que no aparecen en las cuentas del obispado. Y, como colofón, la adaptación de la tercera planta del obispado convirtiéndola en la oficina económica de la empresa en la que ha convertido la diócesis. Por ultimo, una Parroquia nueva, la de Bolonia, conocida como la parada de autobús.
¡Y ya cuando va finalizando su pontificado, lo que nos faltaba! está vendiendo parte del Patrimonio. ¿Será que no tienen liquidez?
En fin, solo queda una alegría, y es que este pontificado llega a su fin. Solo esperamos por el bien de esta Diócesis, que coja sus maletas y se marche al lugar de donde no tendría que haber venido. Nunca nos ha querido, nos ha despreciado allí donde ha ido, ha hablado mal de nuestra Diócesis y de nuestra gente. De pena.
Zornoza, tu tiempo se acaba. Esa sonrisa cínica se convertirá en una losa pesada, cuando tengas que dar cuenta al Hacedor de los desmanes que has realizado a lo largo de tu vida, lo que sabemos, y lo que tú también sabes y tienes a buen recaudo escondido.
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