Mensaje de Navidad del obispo de San Isidro Ojea: “El niño Jesús viene para enseñarnos que somos iguales, todos nacemos como él, llorando”

Mons. Ojea
Mons. Ojea

“Estamos en un mundo sin corazón, un mundo que ha perdido el corazón, un mundo en el que se ha enfriado el corazón”

“Todos nacemos indefensos, todos nacemos necesitados, nadie es autosuficiente cuando nace. Y el niño Dios viene a enseñarnos por ese camino que todos somos hermanos”

“Que podamos crecer como hermanos e hijos de un mismo Padre”

En su mensaje de Nochebuena y Navidad, el obispo de San Isidro, Mons. Oscar Ojea, inició sus palabras recordando que “tengo un sobrino con síndrome de Down. Cuando era chico, iba con el papá en el subte, y en una estación de subte había un hombre tirado, como tantos, y él se arrodilló para darle un beso, se soltó de la mano de su papá y se arrodilló para darle un beso. Cuando mi hermano me contó esto, me dijo: ¿Dónde lo aprendió? Salió de su corazón”.

Niño Jesús

Un mundo sin corazón

Ante este hecho, el obispo reflexionó diciendo: “que notable como los hermanitos nuestros con capacidades diferentes pueden enseñarnos tantas cosas”. Ante ello cuestionó: “¿Quién se arrodilla delante de un hombre tirado en el camino para darle un beso?” Para Ojea, “estamos en un mundo sin corazón, un mundo que ha perdido el corazón, un mundo en el que se ha enfriado el corazón. Somos testigos de tantos hechos de violencia que superan todo límite”.

El obispo argentino recordó que “el otro día, el Santo Padre hablaba de las muertes de chicos en las guerras actuales”. En ese punto cuestionaba: “¿Qué tiene que ver un niño con la guerra? ¿Qué tiene que ver un anciano con la guerra?”, recordando que “nosotros cantamos en Adviento, cuando comienza el Adviento, el himno: “Ven Señor no tardes, ven pronto Señor, ven que te esperamos, ven pronto Señor. El mundo muere de frío, el alma perdió el calor; los hombres no son hermanos porque han matado al amor”.

Todos nacemos indefensos

Del mismo modo, recordó que “el niño Jesús viene para enseñarnos que somos iguales, todos nacemos como él, llorando. Todos nacemos indefensos, todos nacemos necesitados, nadie es autosuficiente cuando nace. Y el niño Dios viene a enseñarnos por ese camino que todos somos hermanos. Por eso allí nos encontramos todos, nos reflejamos todos. Es el Día de la Fraternidad entre nosotros, es el día en que celebramos que somos hijos, ya no estamos más solos. Él vino a acompañarnos, a embarrarse los pies con nosotros, a su sufrir con nosotros”.

Finalmente, Ojea subrayó que “El mismo hijo de Dios ha elevado la dignidad de la naturaleza humana para hacerla divina y que de este modo, podamos tomar conciencia de que somos hermanos”. Deseando Feliz Navidad, el obispo pidió “que podamos crecer como hermanos e hijos de un mismo Padre”, y concluyó sus palabras deseando “Feliz Nochebuena”.

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