"Las personas no heteros ya lo tienen bastante difícil" Reenfocando el tema de la idoneidad para ser presbítero
"De nuevo agitación y controversia sobre la entrada en seminarios y la posterior ordenación a personas homosexuales. Esta vez, aderezada con la indiscreción de algún clérigo"
"Más valiente habría sido que los sorprendidos o indignados se hubieran levantado en la reunión y hubieran utilizado la crítica positiva. Se puede hacer esa llamada de atención con cariño, respeto y delicadeza"
"Ahora la discusión en la Iglesia continúa en torno a si hay que admitir o no a personas homosexuales en los seminarios. Apoyemos al Papa en la labor emprendida de reforma, que ya en España tiene tímidos avances. Ojala se vaya hasta el fondo y podamos ver los frutos"
"Las personas no heteros ya lo tienen bastante difícil. Acojamos a todos con amor y respeto; y no se lo pongamos más difícil en la Iglesia o desde la Iglesia"
"Ahora la discusión en la Iglesia continúa en torno a si hay que admitir o no a personas homosexuales en los seminarios. Apoyemos al Papa en la labor emprendida de reforma, que ya en España tiene tímidos avances. Ojala se vaya hasta el fondo y podamos ver los frutos"
"Las personas no heteros ya lo tienen bastante difícil. Acojamos a todos con amor y respeto; y no se lo pongamos más difícil en la Iglesia o desde la Iglesia"
| Emi Robles
De nuevo agitación y controversia sobre la entrada en seminarios y la posterior ordenación a personas homosexuales.
Esta vez, aderezada con la indiscreción de algún clérigo sobre una supuesta expresión desafortunada del papa en su reunión a puerta cerrada con los obispos italianos.
El papa Francisco se disculpó por haber utilizado el término “mariconería” en una reunión con obispos. https://t.co/JDS2bSE6Ftpic.twitter.com/kPOFiJHr1u
— Clarín (@clarincom) May 28, 2024
Más valiente, más caritativo y por lo tanto, más cristiano, habría sido, en mi opinión, que los sorprendidos o indignados se hubieran levantado en la reunión y hubieran utilizado la crítica positiva para que si el papa sabía lo que tenía esa expresión de peyorativa para la comunidad LGTBI+ se encontrara con una amorosa corrección fraterna; y si ignoraba ciertas connotaciones despectivas del término pudiera rectificar en la misma reunión, antes de exponerlo en público, dando lugar a que muchas personas se sintieran heridas, sabiendo, además, que Francisco, en varias ocasiones, ha salido en defensa del respeto y el no juicio hacia los gays.
La verdad es que no deja de sorprender que en una reunión de hermanos, en este caso, hermanos obispos, no exista libertad interior como para alertar y sensibilizar sobre una expresión que puede herir sensibilidades y acrecentar exclusiones y marginaciones. En otros ambientes esto se haría y, acredito que se puede hacer esa llamada de atención con cariño, respeto y delicadeza.
Ahora la discusión en la Iglesia continúa en torno asi hay que admitir o no a personas homosexuales en los seminarios; hasta qué momento se les debe mantener y si se les puede o no ordenar. Y para ello hay que establecer matices y definiciones acerca de lo que son "tendencias", "prácticas" o "culturas arraigadas". Para morir en el intento.
Toda una serie de disquisiciones necesarias pero no suficientes, sin tomar el "toro por los cuernos" y sin dejar de poner parches, abordando a fondo el tema de vocaciones presbiterales; edades y recorrido previo para entrar en los seminarios; selección y formación de candidatos; programas de estudio y profesorado idóneos; seguimiento psicológico y ambientes de convivencia.
Y lo principal de todo, definir qué es lo que se espera del presbítero como actitudes y prácticas básicas e imprescindibles.
En este terreno de lo que se debe esperar de un presbítero, (para lo que hay que formarle y capacitarle, discerniendo si, en verdad es esa su disposición vocacional antes de ordenarle y continuar un seguimiento de maduración espiritual tras su ordenación) subrayo totalmente lo que sugiere y subraya el colectivo cristiano CRISHMON, en el comunicado - al hilo de estos acontecimientos- que encuentro plenamente acertado en el tono y en el contenido. Por lo cual no lo repito y remito a su lectura.
De entrada tengo algunas cosas claras que me gustaría apuntar:
La inclinación natural sexual de una persona, en sí misma, no nos hace mejores ni peores personas y por lo tanto, como bautizados y miembros de pleno derecho de la Iglesia, considero que una persona puede ser un buen presbítero, independientemente de su orientación sexual. Con matices, claro.
Para el formato de presbítero célibe que hoy conocemos en la Iglesia Catolica Latina de Rito Occidental, ningún presbítero, homo o hetero, que lleve una doble vida y aparente celibato de cara hacia afuera, pero establezca relaciones sexuales carnales con personas del mismo o de distinto sexo está cumpliendo con la honestidad que le debe a la comunidad eclesial, se daña a sí mismo yfalta el respeto a la dignidad de aquellos con los que mantiene una relación clandestina, sobre todo si esta es sostenida y no muy provisoria durante un tiempo de clarificación, con seriedad y respeto y sin dar escándalo...
También sería comprensible que si en algún momento la Iglesia decidiera recuperar a algunos presbíteros que se sintieron llamados al matrimonio, pero que no han perdido su vocación ministerial, que cumplen los requisitos adecuados y que serían aceptados por ciertas comunidades, seleccione a aquellos con una vida de cierta ejemplaridad y en los que la pareja estí en sintonía y comprometida con el apoyo a dicha misión.
Para otro formato de presbítero (que aún no se ha puesto en practica, pero que podria ser viable) que emerge de las propias comunidades a las que sirve durante años y que podría ser casado y con familia, si se llega a poner en práctica esta modalidad, será un caso a estudiar. En cualquier caso, si ha llegado a tener un liderazgo en una comunidad madura, es esta la que dará la prueba de su validez para el ministerio. Y no será su orientación sexual natural el mejor indicador de su aptitud para el ejercicio del mismo, aunque, indudablemente, los criterios de moral sexual de la Iglesia diferenciarán entre el matrimonio y la unión estable de una pareja del mismo sexo. Habrá que ver los casos concretos. Ya no se trataría de la tendencia sino de una práctica.
En otro orden de cosas no menos importantes, los seminariosatraerán perfiles según el ambiente, la orientación, la formación, el seguimiento que haya en ellos y las expectativas que se generen en los candidatos al presbiterado.
La dominancia de los perfiles atraídos, (puesto que se trata de personas adultas) repercutirá también en el clima del seminario.
Si el ambiente es de torpeza en las relaciones, de superficialidad, de mundanidad, de espiritualidad desencarnada, de carrerismo, de falta de educación en una sexualidad madura, de adoctrinamiento acrítico o fundamentalismo...serán atraídos y mantenidos determinados perfiles.
Y eso independientemente de cual sea su orientación sexual.
En cambio, si el ambiente es de encarnación en el mundo y en sociedades complejas, de compromiso con los más vulnerables desde la perspectiva del Evangelio, de metodología de comunidades de aprendizaje, de una formación seria y comprometida, plural y crítica, de respeto a las personas en sus diversidades, de un desarrollo y vision positiva de la sexualidas, de generacion de sensibilidad en el cuidado de la Creación, de compromiso por la Paz y la Justicia, de escuela de diálogo y mediación, de aprendizaje de la escucha activa y desarrollo de la empatía, de oración y cultivo de los consejos evangélicos, no creyéndose mejores que los demás, por un lado atraerá a unos perfiles más propicios y, por otro lado, les ofrecerá a todos los candidatos un caldo de cultivo adecuado para su buen desarrollo vocacional, negando la ordenación a quien no cumpla unos mínimos después del recorrido formativo y de un adecuado discernimiento realizado por formadores, psicólogos y comunidades en las que se han probado.
Apoyemos al Papa en la labor emprendida de reforma de losseminarios, que ya en España tiene tímidos avances. Ojala se vaya hasta el fondo y podamos ver los frutos.
"Las personas no heteros ya lo tienen bastante difícil. Acojamos a todos con amor y respeto; y no se lo pongamos más difícil en la Iglesia o desde la Iglesia"
Mientras tanto, las personas no heteros ya lo tienen bastante difícil. Acojamos a todos con amor y respeto; y no se lo pongamos más difícil en la Iglesia o desde la Iglesia.
Para buscar seriedad y hondura en el proyecto presbiteral no hace falta discriminar, de entrada, a ningún bautizado. (No entro ahora en el tema de acceso de mujeres a órdenes sagradas, porque ese es otro debate y lleva su propio proceso).
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