"Consolaciòn, compasión y discernimiento", la ruta del Papa para la Compañía La espiritualidad ignaciana: Un camino de libertad (II)
"Francisco fue concreto y especìfico al exponer los elementos constitutivos de esa compleja y estimulante trilogía: consolaciòn, compasión y discernimiento"
El Papa Francisco nos recuerda y enfatiza que “el caminar para Ignacio no es un mero ir y andar, sino que se traduce en algo cualitativo: es aprovechamiento y progreso, es ir adelante , es hacer algo en favor de los otros
"Caminar sin ceder a la tentación de quedarnos en alguno de los muchos recodos bonitos que encontramos por el camino. Caminar movidos por la libertad de los hijos de Dios que nos hace disponibles a ser enviados a cualquier parte"
La Congregación General 36 incorporò en sus Decretos todo lo propuesto por Francisco y aceptado por el recièn electo Superior General, P. Arturo Sosa
"Caminar sin ceder a la tentación de quedarnos en alguno de los muchos recodos bonitos que encontramos por el camino. Caminar movidos por la libertad de los hijos de Dios que nos hace disponibles a ser enviados a cualquier parte"
La Congregación General 36 incorporò en sus Decretos todo lo propuesto por Francisco y aceptado por el recièn electo Superior General, P. Arturo Sosa
| P. Romàn Espadas, S.J.
El 24 de octubre de 2016 el Papa Francisco, jesuita a su vez, dirigiò su autorizada y fraterna palabra a los 215 jesuitas reunidos en su Congregaciòn General 36. El camino y el modo de caminar ignacianos iluminaron y animaron todas y cada una de sus inspiradoras palabras.
Francisco conocìa muy bien a la Compañìa de Jesùs. Despuès de una larga y cuidadosa formaciòn humanista, pedagògica, filosòfica y teològica en la Compañìa, había sido maestro de novicios, consultor, Rector y Provincial de la Provincia jesuitica argentina.
El Papa Francisco, en un fraterno y claro modo, pidió a la Compañìa avanzar por “un camino eclesial que harìa posible que cada jesuita, acompañando al pueblo de Dios, pueda correr por la vìa de Cristo, ofreciendo consolaciòn, compasión y discernimiento”.
Francisco fue concreto y especìfico al exponer los elementos constitutivos de esa compleja y estimulante trilogía: consolaciòn, compasión y discernimiento.
Consolaciòn: “Es oficio propio de la Compañìa consolar al pueblo fiel y ayudar con el discernimiento a que el enemigo de natura humana no nos robe la alegría: la alegría de evangelizar, la alegría de la familia, la alegrìa de la Iglesia, la alegría de la creación. Que no nos la robe, ni por desesperanza ante los males del mundo y los malentendidos entre los que quieren hacer el bien, ni nos la reemplace con las alegrìas fatuas que están siempre al alcance de la mano en cualquier comercio.
El jesuita es un servidor de la alegría del evangelio. Esta alegría del anuncio explìcito del evangelio es lo que lleva a la Compañìa a salir a todas las periferias. Caminar juntos, caminar yendo a las periferias donde otros no llegan…”.
Compasiòn: “Siempre se puede dar un paso màs en el dejarnos conmover por el Señor puesto en cruz, por Êl en persona y por Êl presente en tantos hermanos nuestros que sufren -¡la gran mayoría de la humanidad! El Padre Arrupe decía que allì donde hay un dolor, allì està la Compañìa…
La misericordia no es una palabra abstracta, sino un estilo de vida que antepone a la palabra los gestos concretos que tocan la carne del prójimo…”
Discernimiento: “Es tambièn propio de la Compañìa el servicio del discerni-miento del modo como hacemos las cosas. Este servicio del discernimiento nos hace ser hombres para los demás, sin cosa propia que aisle, con todo lo nuestro propio puesto en comunión y al servicio.
No caminamos ni solos ni cómodos, caminamos con un corazón que no se acomoda, que no se cierra en sì mismo, sino que late al ritmo de un camino que se realiza junto a todo el pueblo. Caminamos haciéndonos todo a todos con tal de ayudar a alguno.
Este despojo hace que la Compañìa tenga y pueda tener siempre màs el rostro, el acento y el modo de todos los pueblos, de cada cultura, metiéndose en todos ellos, en lo propio del corazón de cada pueblo…”.
Al mismo tiempo, el Papa Francisco nos recuerda y enfatiza que “el caminar para Ignacio no es un mero ir y andar, sino que se traduce en algo cualitativo: es aprovechamiento y progreso, es ir adelante , es hacer algo en favor de los otros. El aprovechamiento no es individualista, no es elitista, es comùn y en todo.
Caminando y progresando en el seguimiento del Señor, la Compañìa va armo-nizando las tensiones que contienen y producen, inevitablemente, la diversidad de gente que convoca y las misiones que recibe”.
El P. Arturo Sosa, S.J., ya elegido como nuevo Superior General de la Compañìa de Jesùs, aceptò, a nombre de toda la Compañìa de Jesùs, las orientadoras palabras de Francisco: “Agradecemos habernos confirmado la invitaciòn a vivir a fondo nuestro carisma, caminando junto a la Iglesia y a tantos hombres y mujeres de buena voluntad, movidos por la compasión, empeñados en consolar reconciliando, sensibles a discernir los signos de los tiempos.
Caminar sin ceder a la tentación de quedarnos en alguno de los muchos recodos bonitos que encontramos por el camino. Caminar movidos por la libertad de los hijos de Dios que nos hace disponibles a ser enviados a cualquier parte, al encuentro de la humanidad sufriente, siguiendo la dinámica de la encarnaciòn del Señor Jesùs, aliviando a tantos hermanos y hermanas, como Èl, puestos en cruz.
Caminaremos juntos, según el modo nuestro de proceder, sin disolver las tensiones entre fe y justicia, diálogo y reconciliación, contemplación y acción… Camino que nos lleva al encuentro profundo con la riqueza humana expresada en la variedad cultural.
Seguiremos nuestros esfuerzos de inculturación para poder anunciar mejor el evangelio . Seguiremos fielmente su consejo de unirnos a su oración incesante para recibir la consolaciòn que haga de cada jesuita, y de todos los hombres y mujeres que compartimos la misión de Cristo, servidores de la Alegre Noticia del Evaqngelio”.
La Congregación General 36 incorporò en sus Decretos todo lo propuesto por Francisco y aceptado por el recièn electo Superior General, P. Arturo Sosa, S.J. : “El Papa Francisco nos recordò que nuestro modo de proceder es un proceso, un camino.
Sacamos provecho , indicaba el Papa Francisco de unir tensiones como con-templaciòn y oración, fe y justicia, carisma e institución, comunidad y misión. Somos peregrinos. Nuestro camino implica afrontar las tensiones creativas que conlleva la diversidad de personas y obras en la Compañìa”.
Bien ha hecho el P. Arturo Sosa, S.J., Superior General de la Compañìa de Jesùs, al plantear, en En Camino con Ignacio, que el camino y el modo espiritual y pastoral de caminar de cada jesuita, de toda la Compañìa de Jesùs , al igual que lo fue el de Ignacio de Loyola en su dìa, es hoy, fue ayer y será siempre el camino y el modo de caminar histórico, amando y sirviendo a todos y todas, de Jesùs de Nazaret.
(Continuará)