Diario de Teo, cura de Zamora: "Un caminar distinto" "Facilitadores de la 'gracia' y no facilitadores de la 'norma"

Encuentro internacional de párrocos en Roma
Encuentro internacional de párrocos en Roma

"Ya llevo un par de días con la sensación de que, si se nos ha convocado a los que se supone que estamos pisando el barro, no es solo para preguntar sobre nuestro parecer sino -sobre todo- para animarnos a ser correa de transmisión del proceso sinodal"

"Somos conscientes, y en más de una ocasión así se ha manifestado, de que los párrocos podemos llegar a ser un muro contra el que choque cualquier intento de vislumbrar nuevos horizontes utópicos desde la clave del Evangelio… ¡cuánta gente está dormida por el sopor de nuestras rancias palabras!"

"Conscientes del lastre que podemos ser, ya es un buen punto de partida para comenzar a dejar de serlo… Y aquí sí he percibido estas ganas de un caminar distinto"

"Hoy, por segunda vez, me atreví a hablar en la Asamblea para decir que debíamos pensar en grandes procesos y no en grandes logros, lo cual me sirvió para intentar ponerle voz, un poquito, a nuestros pueblos"

Mi querido Lucas, comienzo a escribirte estas letras cuando voy vislumbrando el final de lo que, en realidad, debería ser un principio… Y es que ya llevo un par de días con la sensación de que, si se nos ha convocado a los que se supone que estamos pisando el barro (aunque estar en contacto con la realidad no es sinónimo de dejarse empapar por ella), no es solo para preguntar sobre nuestro parecer sino -sobre todo- para animarnos a ser correa de transmisión del proceso sinodal. Es solo una intuición de un simple cura de pueblo…

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Creo que, en el fondo, los aquí presentes (y los que nos han estado orientando) somos conscientes, y en más de una ocasión así se ha manifestado, de que los párrocos podemos llegar a ser un muro contra el que choque cualquier intento de vislumbrar nuevos horizontes utópicos desde la clave del Evangelio. Es una pena pero… ¡cuánta gente está dormida por el sopor de nuestras rancias palabras! Y por eso se nos dijo que “la tarea de la reforma del Concilio Vaticano II en el tema de los sacerdotes no se ha acabado…

Encuentro internacional de párrocos en Roma
Encuentro internacional de párrocos en Roma

Algunos párrocos se consideran el papa de su parroquia”. Lenguaje irónico pero tan real… Aunque ser conscientes de esto, ser conscientes del lastre que podemos ser, ya es un buen punto de partida para comenzar a dejar de serlo… Y aquí sí he percibido estas ganas de un caminar distinto, un caminar en el que (y así lo dijo un hermano) los párrocos seamos “facilitadores de la gracia” y no “facilitadores de la norma” (como alguien, desde su cátedra, nos apuntó). O, como cuando alguien con cierta autoridad nos lanzó un par de provocaciones que apuntaban hacia la idea de cambiar el papel ministerial de la mujer y el delicado asunto del celibato, y encontró un eco favorable en la asamblea (con alguna resistencia que seguro era signo de muchas más resistencias), pero fue bello escuchar aquello, fue hermoso que se pudiera hablar con libertad…

Creo que esa libertad, ese recuperar el espíritu de libertad de las asambleas de Antioquia y de Jerusalén en las que tú, amigo Lucas, nos mostraste la tensión que se vivía y la libertad con la que se obraba en los primeros tiempos (y que uno de los expertos nos invitó a recuperar), puede ser un buen punto de partida para que se pongan encima de la mesa de la reflexión y, sobre todo, del altar otros muchos temas que siguen siendo tabú en nuestra Iglesia (especialmente todo lo que tiene que ver en torno al cuerpo humano y su riqueza). Ser frontera, aportar respuestas proféticas y creativas a las necesidades del hoy, ser “hospital de campaña”, todo eso resonó en nuestra asamblea.  

"El problema es que no ponemos nuestro corazón en el origen sino nuestra mirada en el pasado para recuperar formas y abandonar esencia…"

Al fin y al cabo algo que tenemos claro es que la sinodalidad no es nada nuevo, aunque sí sea (desgraciadamente) algo novedoso… Ya sabes lo que decía Gaudí: “la originalidad consiste en volver al origen” y esto es algo que, en la Iglesia siempre me ha llamado la atención puesto que cada vez que hemos situado nuestro corazón en el origen hemos sido capaces de profundas reformas manteniendo esencia pero abandonando el lastre de polvo pegado a nuestros pies en caminar de poder y gloria. El problema es que no ponemos nuestro corazón en el origen sino nuestra mirada en el pasado para recuperar formas y abandonar esencia…

"Vine con mucho escepticismo…   y me voy con el mismo escepticismo porque se confirman mis dudas, sin embargo me voy lleno de esperanza"

Queridísimo Lucas, hoy (además) hemos estado compartiendo experiencias reales de sinodalidad. Me gustaba lo que oía pero en mi corazón sentía como un rumor que me incomodaba, ese malestar que brota al sentir que lo que se está haciendo es más fruto de la necesidad que de la opción. Es cierto que hay una gran riqueza de experiencias sinodales pero no puedo evitar la duda… ¿se está configurando un espíritu sinodal? Porque, como bien sabes, hermano mío, la pretensión de este sínodo es precisamente esta: generar un estilo sinodal, un espíritu, un nuevo paradigma eclesial que haga brotar prácticas de caminar juntos en libertad, en contraste fraterno, en encuentro.  Aquí debo confesarte que vine con mucho escepticismo…   y me voy con el mismo escepticismo porque se confirman mis dudas (qué contradicción: dudas que se confirman), sin embargo me voy lleno de esperanza porque, a pesar de que he visto que la sinodalidad está asumida como concepto y no como paradigma, sí he percibido corazones abiertos a dejarse empapar por este espíritu y manos dispuestas a ser contagio para los demás, para cada una de nuestras diócesis… ¡ojalá el día a día y las barreras diocesanas no nos apaguen estas ganas!

Encuentro internacional de párrocos en Roma
Encuentro internacional de párrocos en Roma

A mí me ilusiona formar parte de este proceso… Sí, es un proceso. Y te digo esto porque hoy, por segunda vez, me atreví a hablar en la Asamblea (por supuesto que, en el trabajo de grupos, hablé todo lo que pude… y algo más), pero en la Asamblea era un poco más complicado, los tiempos eran limitados y muchas las palabras que se pretendían (y eso que horas sentados hemos hecho unas cuantas). Pero, como te decía, me animé a hablar para decir, precisamente esto: que debíamos pensar en grandes procesos y no en grandes logros, lo cual me sirvió para intentar ponerle voz, un poquito, a nuestros pueblos.

Lo que intenté transmitir es que cuando pretendemos grandes logros dejamos tiradas por el camino a las gentes sencillas, a las comunidades pequeñas de nuestra España vaciada y, por eso, hice un llamamiento a vivir la “pastoral de Nazareth” frente a la “pastoral del templo de Jerusalén”. Bueno, también aproveché para decir que, ya que el lenguaje crea pensamiento, era momento de cambiar el lenguaje porque si al hablar de ministerios queremos transmitir la idea de “servidores” a lo mejor deberíamos dejar de usar, por ejemplo, el término jerarquía (que, como buen conocedor del griego que eres, quiere decir: “poder sagrado”)… ¿realmente es necesario tener que explicar tanto las palabras cuando es más fácil dejar de usarlas? Y, quien dice las palabras, dice los ritos…

Querido hermano, creo que debo dejarte ya por esta noche no sin antes contarte una pequeña anécdota… y es lo emocionante que me pareció el aplauso espontáneo que le dimos a las intérpretes cuando salieron de sus cabinas para irse. Se le había dado las gracias en público y su correspondiente aplauso, sin embargo, un buen rato después, cuando ya terminaron su trabajo y salieron comenzó el aplauso espontáneo. Me emocionó sentir que los que allí estábamos supimos valorar la labor de quien nos había estado ayudando a entendernos. Sirva ese aplauso para crear, dentro de la sinodalidad, una Iglesia humilde que sabe agradecer la vida que hay a su alrededor y la tarea de todas esas personas que, desde su sencillez, construyen Evangelio porque, como decía mi madre: “quien hace lo que puede, no está obligado a más”.

Roma acoge la reunión internacional de sacerdotes más numerosa de la  historia - ReL

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