El secretario general adjunto de Kaiciid subraya que "la ecuación Islam=violencia no es real" Álvaro Albacete: "Queremos ser el abrazo entre el Islam y el mundo cristiano para el diálogo por la paz"

(Jesús Bastante).- Álvaro Abacete es el secretario adjunto de Kaiciid, él mismo nos va a contar qué significa y lo que hay detrás de esta organización peculiar que habla de diálogo interreligioso. Lo hace en vistas a la paz en una época en la que muchos conflictos bélicos en el mundo apuntan a la religión como causa del conflicto.

¿Álvaro, cómo se mete uno en esto?

Es un momento peculiar. Y yo hablaría de elementos religiosos. No de conflictos religiosos. Realmente las religiones son fuerzas de paz. Y cuando los violentos utilizan la religión para sus fines, están manipulando el mensaje religioso. En su totalidad no son personas autorizadas para hablar en nombre de la Religión.

Y cuando los representantes del llamado Estado Islámico, o los de Boko Haram, por ejemplo, lo hacen, la credibilidad que los tenemos que dar es muy reducida. No está autorizados, como en Sudán no lo estuvieron los llamados Ejércitos de Señor de Uganda, que decían hablar en nombre de Cristo.

Sin embargo la identificación violencia-religión es algo real. Los propios líderes religiosos lo admiten e intentan luchar contra ello. Varios papas y el propio rey de Arabia, han apostado por esto. La religión es uno de los principios del ser humano y la sociedad, y sin embargo también está presente en los conflictos.

Has hecho referencia a varias cuestiones que quiero hilar tomando como punto de partida la conmemoración del 50 aniversario de la Declaración de Nostra Aetate. En el año 65, la Iglesia Católica abría las puertas al diálogo con otras religiones. Tuvo una proyección en el diálogo religioso que la historia nunca había conocido hasta ese momento.

La organización que yo represento es una concreción de esta iniciativa. Es el abrazo entre el mundo del Islam y el mundo cristiano para promover la idea del diálogo interreligioso.

En la organización en la que trabajo, el Centro Internacional de Diálogo, están representadas las cinco grandes religiones del mundo: el Cristianismo, el Islam, el Judaísmo, el Budismo y el Hinduísmo. Todas ellas tienen su representante en la junta de directores del Centro Internacional de Diálogo. Son cinco grandes religiones pero nueve individuos.

Claro, el Cristianismo se subdivide en distintas ramas.

Y el mundo del Islam, también.

Con esto quiero decir que hay una voluntad de crear una plataforma a partir de la cual podemos trabajar todos, uniendo fuerzas y en favor de la paz. Me parece que una iniciativa enormemente loable. Como diplomático, desde el primer momento me sentí atraído por este proyecto y me siento muy orgulloso de trabajar aquí.

¿Cómo llegas hasta aquí? Por qué llegas al convencimiento de que tus talentos pueden servir a esta causa?

En mi trayectoria anterior he sido embajador para las relaciones con las comunidades judías de España. La idea del Centro Internacional de Diálogo me atrajo porque me parecía un reto apasionante: que el mundo del Islam uniese fuerzas con el Cristianismo y, a partir de ahí, la idea se proyectase a las demás religiones.

Además había un plus, porque mi experiencia en el mundo judío me hacía no ser sospechoso de nada al acercarme a Kaiciid. Así que desde el primer momento pensé: si en esta organización me aceptan con mi trayectoria judía, es que no es un escaparate para lavar trapos sucios como alguien podría pensar.

Y efectivamente tengo que decir que mi experiencia en el Centro Internacional de Diálogo es ver que su mandato se toma con enorme seriedad. No es una organización que busque dar publicidad a un mensaje político, o que busque esconder otras iniciativas.

Eso es algo que interesa resaltar: Kaiciid no es un organismo para controlar la labor de ningún estado. Es un instrumento para encauzar diálogos. Dar voz y dar relevancia a la influencia que los líderes religiosos tienen en sus comunidades y ofrecer salida para la consecución de estas tres palabras: "diálogo" entre "religiones" para la "paz".

Sí, esa es la ecuación de Kaiciid. El diálogo entre varias religiones con el objetivo de aportar algo en favor de la paz.

El debate actual es algo que a mí me parece un poco artificial: cómo líderes religiosos pueden o no, inmiscuirse en territorios hasta ahora vedados a los líderes políticos.

Es un poco artificial porque no se trata de que uno se inmiscuya en el territorio de otro, sino que se complementen en la medida de lo posible.

Es evidente que los líderes religiosos tienen una enorme influencia en aquellos conflictos en los que se manipula la religión para justificar la violencia. No podemos negar esa influencia en las sociedades que se definen a sí mismas como muy religiosas, en las que los ciudadanos consideran que la religión es muy importante para su vida.

Quizá nuestra mente occidental, que ha perdido esa lectura, lo vea como algo impensable, pero estamos hablando de sociedades africanas en las que 9, o incluso 10 de cada 10 personas, declaran que la religión es muy importante en su vida. Y eso frente a las 2 o 3 que lo hacen en los países occidentales.

Con lo cual estamos en otro nivel de entendimiento en cuanto a la religión. Y eso está asociado con la influencia de los líderes religiosos, que es mucho mayor en esas sociedades.

Y una responsabilidad aunque no la queramos asumir desde Europa, donde separamos estas dos latitudes, la religiosa y la política.

La responsabilidad es muy importante en los líderes religiosos y este es un asunto clave al que hizo referencia Ban Ki-moon ayer en la conmemoración del 60 aniversario de España en Naciones Unidas, y en la clausura de la Conferencia del Club de Madrid a la que asistimos en los días anteriores.

Ban Ki-moon llamaba la atención sobre la necesidad de que los líderes religiosos fueran responsables en sus declaraciones y de que separasen el uso de la violencia de la religión. Todas las religiones son religiones de paz y sus líderes tienen que poner de manifiesto ese valor en favor del bien.

Nuestro trabajo va siempre encaminado a ese fin. No consideramos nunca la posibilidad de empoderar a líderes religiosos que no hable claramente en favor de la paz.

Desterrar a aquellos que pervierten la religión y potenciar a aquellos líderes moderados que al no estar en la estrategia de poder, no siempre tienen la influencia que merecerían.

En general nuestra experiencia con los grandes líderes religiosos es que siempre sus mensajes son claramente en favor de la paz. Sin matices.

Luego hay que ver si representantes religiosos en sus comunidades son coherentes con esa doctrina que desde la cúspide de sus organizaciones hacen llegar a sus pueblos. En un noventa por ciento o incluso más, nuestra experiencia es que los representantes religiosos abrazan la idea de paz, y el diálogo entre ellos es un diálogo significativo del que se pueden extraer consecuencias útiles para trabajar en ese sentido.

Vosotros trabajáis en varios países. ¿Hay alguna cosa concreta que demuestre que sin la presencia de los líderes religiosos sea impensable alcanzar la paz? ¿Por qué tardamos tanto en darnos cuenta de esto? En lugares como Centro África, Nigeria, Siria. ¿Por qué siempre "los malos" son más listos que "los buenos" a la hora de utilizar esa herramienta tan poderosa que es el lenguaje religioso?

Recientemente el premio Nobel ha querido que en el año 2015 el premio fuera otorgado al Cuarteto Nacional de Diálogo de Túnez. No es un cuarteto que incluya líderes religiosos, pero su significación resalta la idea de que la sociedad civil debe estar incluida en los diálogos de paz, en los procesos de transición.

Y dentro de la sociedad civil, los líderes religiosos, insisto, en aquellas sociedades que se sienten muy identificadas con la religión, tienen mucho que decir. Esta idea del Nobel de la Paz al cuarteto de Túnez está muy ligada a lo que yo estoy diciendo.

Quiero ponerte un ejemplo de las áreas en las que estamos trabajando, tú las has mencionado. Una de ellas es la República Centroafricana. En este país se ha creado una plataforma de líderes religiosos. El país está dividido en tres grandes comunidades. La comunidad protestante, que es la mayoritaria, con un 52% de la población, la católica con aproximadamente un 25%, y la musulmana con un 15%.

Si sumamos esos porcentajes nos daremos cuenta de que alcanzamos el 92% de la población. Y sin embargo se han creado dos grandes bandos, Seleka y Anti balaka, una se identifica con el cristianismo y otra con el mundo musulmán. Ambos son manipulados por intereses económicos y políticos. Centro África, que es el país más pobre del mundo, tiene minas de diamantes. Es la realidad de este país empobrecido.

Nuestra idea ha sido ayudar a la plataforma de líderes religiosos, compuesta por los líderes de esas tres grandes religiones, para que pasen esos mensajes de paz al conjunto de la población.

Se da la circunstancia de que donde eso funciona, en la propia Centro África, las personas se defienden unas a otras independientemente de la religión que observen. Esto son gotasde esperanza, que demuestran que esas grandes ideas pueden llevarse a cabo.

Es el punto clave de Kaiciid, lo decías antes: varias religiones-diálogo-paz. La Plataforma de los Líderes Religiosos de la República Centroafricana que estamos apoyando, refleja la voluntad de trabajar en esa línea. También lo reflejan nuestras iniciativas en Nigeria, lo hemos hecho junto con el arzobispo de Abuja y con el sultán de Sokoto.

Lo hicimos antes de las elecciones. Sabes que ha habido unas elecciones en Nigeria. Son muy importantes porque los opositores han ganado al candidato que estaba en el gobierno y ha habido una transición pacífica, lo cual hace que la historia de Nigeria dé un giro. Es el segundo país más poblado de África.

Y desde el punto de vista religioso es un país muy peculiar. Es el país del mundo donde conviven mayor número de católicos con mayor número de musulmanes. Esto hace que sea un país en el que los ejercicios de convivencia son observados por muchos. Se trata de un país clave desde el punto de vista de su experiencia histórica y vital.

Antes de esas elecciones, como te decía, pusimos en marcha ese programa junto con el arzobispo de Abuja y con el Sultán. Creamos células a lo largo de todo el país. Lo hicimos conuna asociación de mujeres jóvenes. En la medida de nuestras posibilidades aportamos una gotaen ese océano que es Nigeria. Queremos pensar que fue útil y estamos orgullosos de ello.

Estuve hace poco en Nigeria y me vi con el arzobispo, con el sultán y con otros representantes institucionales y ahora estamos planteando otros segundos pasos.

El gran reto en Nigeria es conocer la dinámica de Boko Haram. Sabemos muchas cosas de ellos. Sabemos que la población no respalda sus iniciativas, lo cual les diferencia de otros grupos terroristas en otros lugares del mundo, que sabes que tienen alguna influencia social.

No pasa esto en Nigeria, la mayoría de la población les considera un grupo terrorista y no se sienten identificados con los mensajes políticos que proyectan. Sabemos esto, pero nos falta información. Necesitamos saber qué es lo que mueve a las personas a unirse a ellos. Podemos tener algunas intuiciones, situación social, pobreza...

Sí, o los casos que son obligatorios, aquellos niños soldado y las matanzas que les obligan a realizar

Sí, pueden estar ahí o en cualquier otro sitio, porque son cooptados y manipulados.

El Centro Internacional de diálogo junto a otras organizaciones, porque formamos parte de una gran red de pacificadores religiosos y tradicionales, estamos haciendo ahora un estudio sobre las motivaciones de aquellos que se adhieren a Boko Haram. Es un estudio que vamos a publicar. Nos sirve de base para saber de qué estamos hablando en el país, y para estimular el diálogo interreligioso allí.

El Centro Internacional de Diálogo fue creado por el rey de Arabia Saudí con la presencia desde el comienzo de Arabia, España, Austria y la Santa Sede con status de observador, porque al ser un país distinto, es el status que utiliza siempre en los encuentros internacionales con los que participa. Ahora estáis potenciando más la presencia en nuestro idioma y en nuestro país. ¿Qué significa lo español, porque continúa siendo un puente entre culturas?

Me tocas un poco el corazón, porque he sido director del Centro Sefarad. Rememorar aquella época de España en la convivían las tres culturas y los mundos judío e islámico contribuían tanto ala riqueza intelectual, social, y cultural de España es una delicia para todos. Retraernos cinco, seis, siete siglos en la historia nos permitiría ver que España realmente ha sido un lugar de encuentro.

Eso habría que reivindicarlo porque en muchas ocasiones se impone la tesis de que eso fue un mito. Que en realidad no hubo contraste de culturas.

Tienes razón hay teóricos del negacionismo de nuestra propia historia, y es curioso. Porque además lo podemos ver en las calles: la Sinagoga del Tránsito de Toledo, o de Santa María la Blanca. Fíjate que es una sinagoga, pero tiene el arte mudéjar y fue construida por cristianos. Quizá en esta arquitectura ya vemos el simbolismo de las tres culturas.

A veces es interesante dar marcha atrás y mirar a nuestro pasado, para aprender. No todo lo que hacemos hoy es lo mejor si no tenemos en cuenta otras experiencias.

Creo que la historia de España ha tenido mucho que ver en el hecho de estar en el Centro Internacional de Diálogo. También lo tiene de alguna manera Austria. Pero desde luego España es un ejemplo en su historia en este sentido. Y lo que tenemos que hacer es no olvidarnos de eso, sino profundizar en ello, porque yo creo que es un valor de España en la actualidad, además de histórico.

Iniciativas del gobierno como la ley de nacionalidades sefardíes recuperan esa idea de convivencia, y creo que es una apuesta decidida por mostrar que el valor de España como lugar plural es actual.

¿Cómo queréis potenciar la presencia de lo español en el centro?

No se puede entender el Centro sin España, primero porque fue creador. Aunque la iniciativa es clave porque nace de Arabia Saudí. Es clave porque muestra el mundo musulmán y se abraza en este caso al catolicismo, porque lo hace con la Santa Sede.

Además en un momento muy determinado, justo después de las polémicas palabras del discurso de Benedicto XVI en Ratisbona

El mundo musulmán quería mostrar que en este momento de la historia no podía haber un vacío entre las dos grandes religiones del mundo, como son el Islam y el Cristianismo. Y las palabras de Benedicto XVI, quizá malinterpretadas, pudieron haber dado lugar a una ruptura. Yo creo que ni la Iglesia Católica ni el mundo musulmán se podían permitir esa distancia.

De tal forma que poco después se produjo la visita del rey de Arabia Saudí que recordemos que tiene una proyección religiosa clave en el estudio de las dos grandes ciudades, Meca y Medina.

En ese encuentro histórico entre los dos, en 2007, acordaron unir fuerzas para promover el diálogo interreligioso. Inicialmente la idea era que fuera sólo entre Cristianismo e Islamismo. Pronto advirtieron que el potencial de esa iniciativa era tan grande que debía acercarse a otras confesiones.

Es impresionante hablar de diálogo religioso y de paz en un momento en que tanto se denosta a la religión como causante de todos los males que en el mundo han sido. La religión es un factor de poder, aunque no sea el más importante. Estamos en un momento crucial en que es preciso tomar las riendas para no tender a que esas pequeñas guerras se conviertan en algo más global y no tengan remedio. En ese sentido vosotros trabajáis junto a otros organismos multidisciplinares. Es fundamental que no estéis solos en esto.

Así es. Uno de los motores de nuestro trabajo es la multilateralidad. Trabajamos con otras organizaciones internacionales que ya tienen experiencia sobre el terreno y nosotros nos unimos a esas iniciativas tratando de complementarlas con la participación de líderes religiosos en favor de la paz.

Has tratado un tema interesante: la idea de que todas las religiones son por sí mismas una fuerza a favor del bien, y sin embargo los grandes mensajes que nos llegan son los de que las religiones han hecho mucho mal y han propiciado la violencia. Esta una idea que tenemos que romper definitivamente.

Es así porque los mensajes negativos, llegan más que los positivos. En este sentido es muy importante trabajar en las redes sociales. Hay en ellas una actividad enorme de lo malo. Y por eso en el Centro también trabajamos en las redes sociales.

Recientemente en Aman ha habido un encuentro de varios cientos de participantes, todos ellos jóvenes, que han sido formados en la utilización de los medios sociales para contestar esas consignas que promueven la utilización de la violencia, y en general el enfrentamiento entre comunidades religiosas.

Creo que hay que hacer un esfuerzo en las redes porque la multiplicación diaria de los mensajes negativos es preocupante.

Hay demasiados prejuicios

Así es y eso hay que romperlo. Ahora mismo la ecuación es Islam = violencia, y esto no favorece a nadie porque no es así. Busquemos las voces de los moderados, "empoderémosla", que tengan, al menos, ese vigor y esa fuerza que tienen las voces negativas en las redes.

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