El líder musulmán, gran defensor de las minorías frente al horror del Estado Islámico Bergoglio y Al Sistani: así será el encuentro privado entre el Papa y la máxima autoridad del Islam chií
El ayatolá de 90 años, nacido en Irán, es un guía espiritual muy apreciado por su sobriedad y sabiduría, incluso por quienes no pertenecen al Islam chií y sus iniciativas a favor de los cristianos han sido muy apreciadas
"Que un hombre de tal valor religioso que se declara siervo de los cristianos se reúna con un papa que se declara hermano y amigo de los musulmanes del mundo podrá solo hacer que nazcan centellas de luz y de profunda humanidad a favor del bien común de toda la comunidad", apunta la teóloga musulmana chií Shahrzad Houshmand Zadeh
| Cristina Cabrejas, Efe
El papa Francisco se reunirá el próximo sábado durante su histórico viaje a Irak con el ayatolá Ali al Sistani, la máxima autoridad chíi, la otra rama del Islam junto a la suní, dando un paso más en el diálogo interreligioso y en la necesidad de demostrar que las religiones deben promulgar la paz.
La visita a Nayaf, la ciudad sagrada para los chiíes se producirá el 6 de marzo y el encuentro con Al Sistani será privado, pues la prensa que viaja con Francisco no le acompañará. No está previsto tampoco que se presente un documento como que el firmaron en Abu Dabhi hace dos años el papa y el jeque egipcio Ahmad al Tayyeb, gran imán de Al Azhar, la mayor institución suní, y que fue uno de los principales pasos en las relaciones entre el Islam y el catolicismo.
Pero sólo el gesto del encuentro es "comparable en intensidad y de consecuencias importantes" al que el papa tuvo con Al Tayyeb, aseguran desde la agencia católica Asia news, que se ocupa de la información religiosa en este continente.
Recobrar la confianza entre musulmanes y cristianos
Además de ser un pilar importante en las relaciones entre las dos confesiones, reforzadas por los viajes y reuniones de Francisco, el encuentro con Al Sistani ayudará a hacer recobrar la confianza entre musulmanes y cristianos en Irak, resquebrajada tras la invasión de los terroristas del Estado Islámico en 2014.
Aunque el líder chií no recibe a jefes de Estado, no reunirse con Francisco, en la primera visita de un pontífice a Irak, habría tenido una lectura muy negativa en las relaciones con los chiíes, mayoría en Irak y también en Irán.
El ayatolá de 90 años, nacido en Irán, es un guía espiritual muy apreciado por su sobriedad y sabiduría, incluso por quienes no pertenecen al Islam chií y sus iniciativas a favor de los cristianos han sido muy apreciadas. En enero de 2019, Ali al Sistani pidió investigar en particular los "crímenes atroces" perpetrados por los yihadistas contra algunas minorías de la sociedad iraquí, como los yazidíes en Sinyar, los cristianos en Mosul y los turcomanos en Tal Afar.
Un entendimiento espiritual
La teóloga musulmana chií Shahrzad Houshmand Zadeh, nacida en Irán, profesora de Estudios Islámicos en la Pontificia Universidad Gregoriana y vicepresidenta del Consejo de Mujeres del Pontificio Consejo para la Cultura, organismo del Vaticano nacido por impulso del papa, explica a EFE que la reunión será "un acto de gran importancia y valentía".
En su opinión, el encuentro con Al Sistani "podrá crear un entendimiento espiritual aún mayor si es posible del que tuvo con Al Tayyeb". "Al Sistani, se siente siervo no sólo de los chiíes, sino de los suníes, de los kurdos y los cristianos", explica Houshmand Zadeh.
"Y que un hombre de tal valor religioso que se declara siervo de los cristianos se reúna con un papa que se declara hermano y amigo de los musulmanes del mundo podrá solo hacer que nazcan centellas de luz y de profunda humanidad a favor del bien común de toda la comunidad", indica.
A pesar de que no se firmará un documento común, la teóloga explica que ir a Nayaf y reunirse con Al Sistani "es ya un mensaje", y adelanta que "tendrán palabras en común para remover las conciencias y llevar la paz a esta zona del mundo, una zona riquísima pero que ha sufrido gran dolor durante años". Además, explica, el papa "no solo hablará del dolor de los cristianos iraquíes, sino el de todos los iraquíes (en su oración por las víctimas de las guerras) y mandará un mensaje común para el bien y la paz en esta zona".
Un Papa que hace olvidar Ratisbona
Durante su pontificado, el papa ha ido tejiendo las relaciones con el islam que se habían deteriorado sobre todo con Benedicto XVI por el famoso malentendido del discurso de la Universidad de Regensburgo. Francisco invitó el 23 de mayo de 2016 al Vaticano al imán de la Universidad de Al-Azhar, quien había roto las relaciones con el Vaticano después de que en 2006 Benedicto citase un diálogo entre Manuel II Paleólogo y un persa culto, en el que Mahoma aseguraba haber introducido sólo "cosas malas e inhumanas, como su directiva de difundir la fe por medio de la espada".
"Nuestro encuentro es el mensaje", dijo el pontífice argentino al dar la bienvenida al Vaticano al gran imán, cerrando el malentendido e iniciando un nuevo periodo de diálogo que se consolidó con sus viaje a países de mayoría musulmana. Y también con el documento sobre la "Fraternidad Humana", en el que se destaca que jamás las religiones tienen que usar a Dios para justificar la guerra, el terrorismo y cualquier otra forma de violencia, Francisco avanzó en sus relaciones. Según Adnane Mokrani, profesor de estudios islámicos y relaciones islámico-cristianas en la Pontificia Universidad Gregoriana, el documento representa "una especie de 'hoja de ruta' para el diálogo interreligioso, las relaciones islámico-cristianas y el futuro de la humanidad".
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