La Iglesia de Inglaterra anunció hoy que venderá cerca de 12 millones de libras (16,3 millones de euros) de sus participaciones en empresas que basan su negocio en los combustibles fósiles como parte de una nueva política para favorecer el medio ambiente.
La Iglesia señaló asimismo que no acometerá nuevas inversiones directas en compañías que generen más del 10 % de sus beneficios con la extracción de carbón o la producción de petróleo a partir de arenas bituminosas.
"Queremos que haya un marco legal global que incentive la reducción de emisiones de dióxido de carbono", señaló el director de inversiones del fondo de pensiones de la Iglesia, Pierre Jameson.
Ante la conferencia de la ONU que se celebrará en diciembre en París, en la que se debe adoptar un acuerdo vinculante sobre el cambio climático, Jameson apuntó que la Iglesia anglicana quiere que "los Gobiernos acuerden un objetivo de emisiones global a largo plazo".
"El cambio climático es una realidad. La Iglesia tiene la responsabilidad moral de hablar y actuar en favor del medio ambiente, así como en favor de la justicia para los más pobres, que son los más vulnerables al cambio climático", dijo por su parte Richard Burridge, vicepresidente del Grupo Asesor en Inversiones Éticas de la Iglesia anglicana.
La Iglesia de Inglaterra maneja tres fondos de inversión valoraos en cerca de 8.000 millones de libras (10.880 millones de euros).