Felices quienes no se dejan abatir por lo problemas, ni se complacen excesivamente en su éxitos.
Felices para quienes la mayor felicidad es intentar, con grandes o pequeños detalles, que los demás sean felices.
Felices quienes celebran con alegría los éxitos de su familia, de sus amigos, de sus compañeros de trabajo, de los empobrecidos de la tierra.
Felices para quienes su mayor fortuna es despertar con una sonrisa, disfrutar de una continua melodía interior y derrochar cariño y simpatía a raudales.
Felices quienes depositan su felicidad en las acciones del tesoro del servicio, se aseguran con los bonos de la ternura y tienen el mejor seguro de vida: el amor.
Felices quienes están contentos con tanto como la vida les ha dado gratuitamente, y renuncian a prosperar, si para ello tienen que pisar y pasar por encima de los demás.
Felices quienes viven tranquilos, confiados, porque tienen un grupo de amigos, una comunidad, una familia, pues saben que siempre estarán ahí cuando les necesiten.
Felices quienes han rellenado el álbum de la felicidad con fotos de compasión, sonrisas, solidaridad, amistad, ternura, sentimientos, alegría, superación, esperanza, bondad…