No siempre es la vida
tal y como la deseamos.
Feliz quien intenta conservar,
en cada acontecimiento,
la serenidad, la esperanza y la alegría.

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Las seguridades de las que nos rodeamos
son, muchas veces, la atmósfera agobiante
donde se apaga nuestra libertad.

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El sendero que conduce hacia la verdad,
comienza por descubrir
cómo somos en verdad nosotros.

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Lo Tremendo, lo Sublime,
lo Asombroso, lo Infinito,
lo Fascinante… abandona su esplendor
para moverse como una brisa
suave, agradable, benéfica
por mis estancias interiores,
las ventila y se instala, como un ocupa.
Me habita.

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La atención plena a la realidad que nos rodea,
a lo que nos presenta, propone y cuestiona,
nos va a ayudar a dar respuestas
nuevas, audaces, enriquecedoras.

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Solo los soñadores que exploran
las oportunidades de vivir y de ser,
para sí mismos y para los demás,
cambian la historia, su propia historia.