Algunos de mis lectores parecen preferir que escriba más sobre mis experiencias sociales y biográficas, sin menoscabo de mis convicciones político-religiosas. Pues, a eso voy.
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Por tanto y puesto que vivimos tiempos que exigen cambios radicales en el gobierno de España, he acudido a un viejo amigo, consejero de grandes gobernantes, para que me diga cómo ve él el momento presente de España, y cuáles son a su parecer los capítulos más importantes y urgentes a mejorar por la actual Administración española.
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He aquí lo que me ha dicho:
El presupuesto debe equilibrarse,
el Tesoro debe ser reaprovisionado,
la Deuda Pública debe ser disminuida,
la arrogancia de los funcionarios debe ser corregida,
y la ayuda a otros países eliminarse para evitar nuestra bancarrota.
La gente debe aprender nuevamente a trabajar,
en lugar de vivir a costa del Estado.
El pasado 3 de enero mi amigo cumplió dos mil veinticuatro años. Era republicano, no religioso, procedía de familia "de orígenes humildes" aunque de derechas. Gozó de gran prestigio como abogado y jurisconsulto entre las clases más significadas en la historia de Occidente.
Ya saben su nombre: Marco Tulio CICERON.
