ENTREVISTA . LIBRO DIÁLOGO ENTRE RELIGIONES
E
Entrevista de Europa Ediciones
| Fernando Bermúdez
- Qué le gustaría decirle a sus lectores
Que en un mundo tan conflictivo como el que vivimos, el diálogo es el único camino para la resolución de conflictos. Nunca la confrontación, amenazas, violencia o eliminación del otro es la solución.
El diálogo intercultural e interreligioso es hoy un desafío. La aceptación de la diversidad, el respeto, la escucha y la acogida posibilitan la convivencia y la armonía social. Buscamos la construcción de un mundo nuevo donde se respete a la persona humana más allá de su origen, etnia, color de la piel, credo religioso, cultura, clase social…, pues todos los hombres y mujeres somos miembros de la misma familia humana.
En el diálogo se van descubriendo elementos comunes a todas las religiones: la creencia en Dios Creador, la práctica de la oración, la contemplación y la adoración, la búsqueda de la trascendencia, el trabajo por la paz que nace de la justicia, la igualdad entre todos los seres humanos, el servicio a los pobres, la compasión, el amor solidario, el respeto a las diferentes culturas y la defensa de la naturaleza.
El diálogo interreligioso no busca acuerdos doctrinales, sino que gira en torno a la defensa y promoción de valores comunes a todas las religiones y de la ética cívica.
Para ello es necesario el conocimiento de las distintas tradiciones religiosas. Sin conocimiento del otro no puede haber diálogo. Es por eso que comienzo el libro describiendo los elementos esenciales de cada religión.
Este libro pretende ser una herramienta de trabajo y de reflexión personal y comunitaria, útil tanto para cristianos como para creyentes de otras confesiones, e incluso no creyentes, para la construcción de una sociedad inclusiva y de un mundo pacífico, tolerante y fraterno.
- Hay un momento en particular que le empujó a escribir este libro?
Más que un momento concreto, es una situación. Vivimos en un mundo cada vez más pluricultural y plurirreligioso debido, esencialmente, al fenómeno migratorio global. Sin embargo, en los últimos años percibo que ha aumentado en diversos sectores de la sociedad actitudes racistas, xenofóbicas, supremacistas, islamofóbicas y sexistas, así como discursos de odio, debido al aparecimiento de movimientos de extrema derecha en todo el mundo y concretamente en España. Esta situación está generando un clima de polarización, miedo, intolerancia y degradación de valores éticos y morales. Es una realidad que choca con mis principios éticos y cristianos de fraternidad universal, proclamados por Jesús de Nazaret y los mensajes del papa Francisco.
Así pues, esta situación es la que me empujó a escribir este libro, con la esperanza de que signifique un modesto aporte a la toma de conciencia de que todos los seres humanos tenemos la misma dignidad y que todas las religiones merecen ser valoradas y respetadas.
- Cómo puede armonizar la religión con la vida cotidiana?
La religión no está al margen de la vida cotidiana. Es una respuesta a las necesidades más profundas del ser humano. Las religiones no son rivales entre ellas, sino que se complementan como las notas de una divina sinfonía. Cada una representa un papel importante en el gran drama de la evolución humana y su marcha hacia un destino común: la justicia y equidad social, la armonía, la paz universal, el desarrollo espiritual, el amor a todas las gentes y la unidad mundial. Desde mi experiencia de trabajo en América Latina, confieso que la religión ha sido y es una fuerza espiritual de liberación de los pobres y oprimidos en busca de una sociedad más justa, libre y fraterna.
Sin embargo, los fanatismos y fundamentalismos que, lamentablemente, aparecen más o menos en todas las religiones, rompen la convivencia y alienan en vez de liberar. Es por eso que tenemos el deber moral de trabajar por una religión liberadora y por una sociedad inclusiva, que reconozca y respete la diversidad como un derecho y como un valor y una riqueza de lo humano y de la naturaleza.
- En qué escritores se inspiró?
En primer lugar me inspiré en el destacado teólogo alemán Hans Küng, quien durante el Concilio Vaticano II (1962-1965), abrió la brecha al diálogo con otras religiones. Él fue quién dijo: ”No habrá paz entre las naciones sin paz entre las religiones. No habrá paz entre las religiones sin diálogo entre ellas. Y no habrá diálogo entre las religiones si no se investiga sus fundamentos”. Asimismo, me inspiraron las obras de otros teólogos, como las de mis amigos Juan José Tamayo, quien elaboró el prólogo de este libro, y Benjamín Forcano, hombres de mentes lúcidas, abiertos a una Iglesia sencilla, servidora del reino de Dios al lado de los pobres, y muy críticos con la corriente ontológico-cultualista de la Iglesia conservadora, encerrada en sí misma y aliada con el poder y la riqueza.
No puedo dejar de mencionar las encíclicas y mensajes del Papa Francisco, un pastor abierto al diálogo con todas las tradiciones religiosas, autor de las extraordinarias encíclicas Laudato Si y Fratelli Tutti; Pedro Casaldáliga, profeta, poeta y místico, encarnado en las culturas amerindias; José Mª Vigil, autor del libro Teología del pluralismo religioso; Carlos de Foucauld, hermano universal. Finalmente, los poemas del teólogo, poeta y místico sufí murciano Ibn Arabí y algunas obras de Bahá`ulláh, fundador de la Fe Bahaí.
- Qué van a encontrar los lectores entre las páginas del libro Diálogo entre Religiones. Para un mundo nuevo?
En primer lugar, el conocimiento de las distintas tradiciones religiosas. Porque para dialogar es necesario conocerlas.
El respeto a las diferencias y, de alguna manera, también la relativización de los dogmas, ritos, cultos y normas, para hacer más énfasis en la espiritualidad, que es el alma de todas las religiones y el lugar de encuentro. Desde ahí, podremos dialogar y caminar juntos hacia la construcción de otro mundo alternativo al que hoy vivimos. Un mundo libre de todo tipo de discriminación, donde se eliminen las grandes diferencias socioeconómicas, la carrera armamentista, las guerras y los fanatismos religiosos y políticos. Un mundo de justicia, fraternidad universal y cuidadoso del medio ambiente. Si las religiones no van encaminadas hacia estos objetivos pierden su razón de ser.
Encontrarán también la propuesta de que en los centros educativos se incluya una asignatura de Cultura Religiosa, porque es un patrimonio de la humanidad y forma parte de la historia humana. La religión ha incidido en la filosofía, el arte (pintura, escultura, arquitectura, literatura…), la economía y la política con sus luces y sombras. Con el conocimiento mutuo, el respeto y el diálogo se podrá caminar hacia un mundo nuevo