| Fernando Bermúdez
Larga caminata desde Nazaret a Belén.
Cansancio, dolor, esperanza…
pero chocaron con la noche del egoísmo
engendrada por la codicia del dinero
No había lugar para ellos (Lc 2,8)
Y el niño vino a nacer en una cueva
María y José eran pobres.
Ayer como hoy,
los pobres siempre son rechazados
por la indiferencia de los acomodados
aunque en el mar mueran ahogados.
No eran de los nuestros, -dicen algunos.
Su delito fue huir de la guerra y del hambre.
Ahí duermen para siempre,
hombres, mujeres y niños,
bajo las olas del mar.
Transcurrieron más de dos mil años,
Y el eco no se ha apagado.
El rey buscaba al niño para matarlo (Mt 2,13).
José tomó al pequeño y a su madre
y huyeron a Egipto.
En Egipto los pobres los acogieron
con amor solidario,
compartieron el pan y celebraron fiesta.
Y los ángeles de Dios proclamaron:
Cuando el pobre acoge al pobre
podemos construir la fraternidad,
cuando el pobre se compadece del pobre
podemos cantar libertad.
Con acogida y amor solidario
hay lugar para todos.
Feliz Navidad 2021,
de amor y fraternidad,
Mari Carmen y Fernando