Aire fresco

El verano suele ser el tiempo más adecuado para descansar y cambiar de aires. Especialmente agosto, ha tenido fama de ser el mes de menor intensidad, aunque las noticias que se acumulan este año lo ponen en entredicho. Curiosamente, ha tenido que ser uno de los lugares que no hay paz donde ha saltado una noticia estimulante. El conocido como el "banquero de los pobres" intentará llevar la estabilidad social a Bangladesh tras responder que sí a la petición para dirigir este convulso país.

Muhammad Yunus, que así se llama, liderará la transición desde el Gobierno tras las manifestaciones violentas que acabaron con la disolución del parlamento y la huida de la primera ministra Sheikh Hasina. Si añadimos que el tal Yunus tiene 84 años, la noticia promete. Y cuando además este buen señor es un empresario social y banquero que ganó el Nobel de la Paz (2006) por su labor pionera en la microfinanciación a base de aliviar la pobreza en Bangladesh, y fue implantada en otros lugares del mundo, se convierte en algo digno de compartirlo y de reflexión.

Su prestigio mundial vino tras la grave hambruna que asoló el país en 1974 y acabó con la vida de 1,5 millones de personas. Yunus comenzó a conceder pequeños préstamos de su bolsillo a los residentes más pobres de su comunidad, y acabó fundando el Banco Grameen en 1983, que se convertiría en líder mundial en reducir la pobreza a través del microcrédito. Este banco tan especial no busca ganar dinero, sino ayudar a los pobres y potenciar las pequeñas empresas.

En paralelo a su despliegue, Yunus se vio envuelto en varios procesos judiciales, ante las consecuencias negativas para el Gobierno de Hasina, a la vista de los logros de su gestión y de sus opiniones advirtiendo de que Bangladesh se encaminaba hacia la “autodestrucción". Algo habrá de cierto en su diagnóstico cuando las revueltas han echado a la dictadora con el país celebrándolo por todo lo alto.

Gracias a un teólogo mucho mejor informado que yo, con el que comparto reflexiones, leo una entrevista a este octogenario providencial en el diario francés La Croix International, publicada el 7 de agosto. Rescato algunas opiniones por el valor que tienen de viento fresco para nuestra maltrecha esperanza: El lado desinteresado de los seres humanos está completamente reprimido por el sistema capitalista. Es por eso que los "negocios sociales complementan con éxito al capitalismo”.

Yunus ha trabajado en el modelode "empresa social". Lo que lleva haciendo más de 20 años es contactar con empresas que, en lugar de buscar maximizar sus ganancias, aborden problemas sociales como la pobreza o la falta de acceso a la educación o la atención médica, al tiempo que cuida las condiciones de trabajo de sus empleados y respeta el medio ambiente. Para ello, no reparte dividendos y reinvierte sus beneficios en sus actividades. Obviamente, tiene que tener un margen para reembolsar a los inversores y garantizar su viabilidad. Lo significativo es que afirma que “todo esto debe hacerse con alegría”...

Cuenta un ejemplo: su Banco Grameen y el grupo Danone han creado una fábrica que produce yogur enriquecido a precios asequibles. Ni Grameen ni Danone se han beneficiado de la operación, pero ha mejorado la nutrición de los niños y ha impulsado la economía local en forma de cooperativas. El mensaje es claro: si ganar dinero contribuye a la felicidad, resolver problemas sociales o ambientales con tu dinero te hará aún más feliz, es una experiencia extraordinaria.

En su opinión, para lograr seguidores, la educación es la clave. Las escuelas deben incorporar también la dimensión social de los negocios. Así, los jóvenes tendrán la oportunidad de elegir lo que quieren hacer entre ganar siempre más dinero o tratar de resolver problemas sociales con su negocio.

El interés en la iniciativa es más que evidente. Él cuenta que incluso la organización de los Juegos Olímpicos se ha involucrando… Anne Hidalgo, la alcaldesa de París, le invitó a desarrollar esta iniciativa para lograr los primeros Juegos inclusivos y solidarios. 500 empresas de economía social y solidaria se han movilizado para el evento, ya sea para la construcción de infraestructuras o para la organización. Además, una vez que los atletas abandonen la Villa Olímpica, esta se convertirá en un barrio con capacidad para 6.000 personas, incluidos estudiantes.

Viene bien conocer que existen estas realidades para darnos esperanza… pero ¡ojo!, entendida esta como una oportunidad de mejorar el mundo a nuestro alrededor cambiando cada persona de actitud. Necesitamos activamos a nuestro nivel, alentados por experiencias como esta; que la pasividad y el desánimo nos matan… también los cristianos cuando esperamos las iniciativas exitosas “llovidas del cielo” sin trabajar duro y con el mínimo compromiso; este no sería el camino de Jesús de Nazaret.

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