Política y liderazgo femenino
| Paola Binetti Miembro de la red Internacional de Mujeres Líderes Católicas, psiquiatra, psicoterapeuta, ex diputada y senadora italiana
Al hablar de lderazgo femenino es necesario analizarlo en el ámbito de la política, como un gran desafío. Se trata de favorecer el paso del modo jerárquico y autoritario, basado sobre la fuerza y el derecho, típicamente masculino, a una gestión más democrática de las relaciones, basadas sobre la búsqueda del consenso, sobre la escucha y sobre el diálogo.
La mujer líder admite una pluralidad de enfoques, que pasan a través de la valorización de las aportaciones de todos, también de los más frágiles y de los menos dotados, en una lógica de feliz crecimiento compartido.
El objetivo es el “modelo familia”, en el que la mujer líder política se construye sobre el don de sí, que a cada uno es requerido para llevar a cabo en la cotidianeidad de los gestos; sobre el respeto de las personas más que de las reglas; y sobre la irrenunciable tiranía de la propia conciencia, considerada como horizonte concreto de referencia, del cual no se nos puede substraer.
La lógica del amor
No es la dureza victimista del sentido del deber llevado a sus extremas consecuencias, sino la lógica del amor por los otros que resume el sentido mismo de la vida, a nivel personal y social. Es emblemática la figura de Antígona en la antigüedad en la que el derecho positivo, emanado del rey, es de todos modos sujeto al derecho natural, en el que la fraternidad y la piedad por los muertos no están por encima del sistema de reglas.
El primado del amor que busca construir una civilidad del amor, según los más honestos principios evangélicos. Es el cuidado que no se entrega al imposible, según un nuevo modelo de liderazgo, que no busca el consenso de todos, sino sólo el consenso de las personas que se aman.
Por lo cual es posible decir que la búsqueda del consenso es contextualmente búsqueda de afecto, de simpatía, y la relación con el grupo de referente en la relación de la líder femenina es aún siempre una relación de cuidado. El poder es poder de servicio que es más fácilmente conjugado en la clave del servir a alguno que no del servirse de alguno.
Liderazgo femenino cristiano
Para la comprensión de un Liderazgo femenino cristiano no hay un antes: me realizo a mí misma y un después: ayudo a los otros a realizarse. Hay solo una fuerte contextualización del proprio proyecto de vida que se despliega en la plena conciencia de que me realizo a mí misma mientras realizo a los otros.
No está primero la realización del ser como mujer y después como madre. Es la fundada convicción de que el ser mujer es fecundo de por sí y si los hijos son la expresión más alta, no son sin embargo la única modalidad de expresión de la procreación femenina. Y por esto la mujer líder rota en torno a la maternidad.
Corresponde a la mujer líder en su versión primera en la vida de Familia y después ampliada en círculos concéntricos hasta llegar a ser referente sustancial en la tutela de los derechos humanos, el comenzar de la vida en sus múltiples formas; en la lucha contra la pobreza, contra las enfermedades, a las desigualdades.
Donde quiera que sea o se cree una posible agresión al hombre, que ponga en peligro la vida, la dignidad, la misma identidad de los hombres, allí puede y debe estar una mujer que recuerde cómo el Modelo fundante de cualquier mujer líder ha ya experimentado pobreza, peligro de muerte, abandono, soledad, incluso la muerte misma de su hijo predilecto. Pero es dejada a los pies de la cruz para tomar a su cuidado a los otros hijos, o si se prefiere a los hijos de los otros, ayudándoles a reconstruir una vida en el largo comenzar y recomenzar de la fidelidad a una misión bien precisa, que es aquella del anuncio de la buena Nueva: Siempre y a todos.