Gobernar personas es una ciencia-artística. Es ciencia en cuanto que tienen vigencia principios que se aplican en cualquier circunstancia. Por ejemplo, un directivo ha de ser humilde para entender que su labor es transitoria y de servicio a los demás. Ha de ser empático, para ponerse en el lugar de sus colaboradores. Cuando alguien conculca algunas de las aproximadamente mil reglas científicas del liderazgo (muchas calificadas como soft skills) es aguantado por los miembros de una organización, sea pública o privada, civil o militar... hasta que puede ser excretado. Precisamente cuando escribo estas líneas, millones de españoles respiran aliviados por la salida del panorama político de uno de los personajes más aciagos desde hace muchas décadas, comparable a manipuladores perdularios como el Ché Guevara, Fidel Castro, Largo Caballero o Lerroux.

Gobernar es también un arte, porque los apotegmas no han de ser aplicados de forma inflexible. En cada situación resulta imprescindible adaptar modos de hacer y entender la realidad y a los implicados. De esto y de mucho más he tratado en obras como El idioma del liderazgo (LID, 2012) o Liderar en un mundo imperfecto (LID, 2019).

Acaba de ver la luz una obra de Josep Capell Guiu, 'Aprender a gobernar de los mejores' (Ceinsa, 2021)- que está llamada a convertirse en referencia imprescindible de cualquiera que tenga inquietud por cimentar con solidez su estilo de gobierno.

Como bien se señala en la propia obra, en un mundo digital y fragmentado, donde se ha impuesto la urgencia como una (falsa) virtud, se antoja insoslayable apagar los smartphones y reflexionar.

Aprender a gobernar de los mejores proporciona pistas para afrontar las cuestiones que surgen diariamente a la hora de tomar decisiones. Todo, a través de las aportaciones de treinta y dos de los pensadores más notables de la historia de la humanidad, en una lista que incluye a Aristóteles, Santo Tomás de Aquino, Nicolás Maquiavelo, Baltasar Gracián o Michael de Montaigne y a otros contemporáneos, pero ya clásicos (no por antiguos, sino por mundialmente reconocidos), como Byung Chul-Han, Peter Drucker, José Aguilar, Ricardo Hernández, Víctor Hugo Malagón, Luis Huete, Rodrigo Jordán, Nuria Chinchilla o Michael E. Porter.

La investigación ofrece una síntesis de su pensamiento, con relevantes aportaciones sobre la naturaleza humana, la ética o la política, en un viaje intelectual de carácter holístico y sumamente aplicable.

Un manual, en fin, para desenvolverse en el mundo actual y que atiende a lo esencial, lo que nunca cambia y que, como si de una clave secreta se tratara, caracteriza a los profesionales y a las organizaciones que alcanzan las más altas cimas.

Que el autor me haya incluido dentro del selecto club por él seleccionado genera en mí sentimientos de profundo reconocimiento.

Por una Iglesia mejor informada.
Solo gracias a tu apoyo podemos seguir siendo un medio de referencia.
Hazte socio/a de Religión Digital hoy