La economía del Bien Común, eje del desayuno solidario de la Fundación Chávarri en Valencia David López Royo: “Estamos comenzando a transformar el mundo”
Santiago Budría abogó por una nueva economía, basada en el respeto al medio ambiente y la persona, en la que “el bienestar depende de muchos otros factores, no solo del salario o el trabajo”
Se trataba de un desayuno responsable, ya que el 13% de su coste fue donado a la investigación para la enfermedades raras, a través de la iniciativa "Mercado del 13", que ofrece productos de cercanía y sostenibles
Fundación Chávarri por el Bien Común
Fundación Chávarri por el Bien Común
“Economía y Responsabilidad Social Corporativa: una economía al servicio de la persona”, fue el título del desayuno solidario, organizado por la Fundación Chávarri, y que se celebró esta mañana en el Centro del Carmen de Cultura Contemporánea, en Valencia.
Un evento en el que una treintena de profesionales de la empresa, la responsabilidad social corporativa y el tercer sector debatieron sobre el futuro de la economía, y de una economía basada en el respeto a la persona, el medio ambiente y con el objetivo de construir un mundo nuevo. “Estamos comenzando a transformar el mundo”, subrayó el director ejecutivo de la Fundación, David López Royo.
El evento pretende ser un espacio de debate y reflexión que permita asentar las bases de una nueva Economía que integre criterios éticos y que se convierta en una fuente de progreso para el desarrollo integral del individuo y de la sociedad colectiva en todos sus ámbitos de acción.
Se trataba de un desayuno responsable, ya que el 13% de su coste fue donado a la investigación para la enfermedades raras, a través de la iniciativa "Mercado del 13", que ofrece productos de cercanía y sostenibles.
Poner el foco en la persona
El ponente principal -después se abrió un jugoso debate con los asistentes- fue Santiago Budría, investigador principal en la Universidad de Nebrija y experto en Microeconometría, quien sostuvo que la Economía del Bien Común “busca cambiar el paradigma del mero rendimiento económico, el beneficio, el PIB..., que son indicadores muy fríos, y poner el foco en la persona y en el bienestar”, con métodos medibles y universales.
De hecho, desde hace años, varios premios Nobel -entre ellos, Joseph Stiglitz-, ponen énfasis en el bienestar humano como valor eje para diagnosticar la salud de la economía de un país. “Y el bienestar depende de muchos otros factores, no solo del salario o el trabajo”, subrayó Budría.
El investigador abogó por salir de los indicadores económicos clásicos, y buscar otros, como la confianza en las instituciones, la reciprocidad, la igualdad de oportunidades, la transparencia, la meritocracia, la cohesión social, la sustentabilidad, la seguridad jurídica o la representatividad ciudadana en la toma de decisiones.
“Hay muchas variables, y a día de hoy no existe una publicación sistemática, validada y métricamente sólida, con continuidad en el tiempo y homogénea entre países que nos permita monitorizar”, lamentó el experto, que admitió tener “muchas preguntas” sobre cómo las empresas enfrentan este nuevo modelo.
Trabajar juntos para avanzar
Por su parte, David López Royo quiso ser optimista: “Estamos avanzando. Soy de los convencidos de que el tejido empresarial, del tercer sector, la educación y la política estamos condenados a entendernos”. Así, el director ejecutivo de la Fundación Chávarri reivindicó “la capacidad de trabajar conjuntamente, sentarse en la mesa y hacer proyectos”, siempre teniendo como objetivo “la búsqueda de la dignidad de las personas”.
López Royo, que acaba de regresar de visitar unos proyectos de la Fundación en Tanzania, mostró su deseo de que “seamos capaces de generar proyectos en países con dificultades económicas, donde el tejido social, económico y educativo se unan... Así estamos empezando a transformar el mundo, como una bola de nieve”.
Eso sí: “La banca tiene que sensibilizarse todavía mucho más en apoyar o intentar apoyar a desarrollar proyectos de trabajo conjunto. Eso facilitará que los proyectos tengan una rentabilidad”, apuntó, pidiendo “salir de la cooperación 'de la foto' para ir a construir tejido social, esto es fundamental”.
Dignidad, justicia social... y el reto de la educación
En el coloquio posterior, varios de los intervinientes resaltaron la necesidad de compaginar el beneficio con la implementación de iniciativas que prestigien cuestiones como la dignidad, la justicia social, el compromiso o la solidaridad. La educación, en este trabajo, resulta un pilar fundamental, así como el cuidado del medioambiente, apostando por el reciclaje y una sociedad de los cuidados. Uno de los problemas planteados fue el de vivir en una sociedad donde existe muchísima información, pero muy poca capacidad de análisis.
Los participantes también apostaron por la sensibilización, que requiere “un cambio de cultura” y mucha implicación por parte de diversos sectores sociales, educativos, económicos y políticos, especialmente en la época del Big Data, donde las máquinas comienzan a conocer nuestros gustos, y a hacernos recomendaciones. “Estamos yendo al mundo del número”, advirtió Santiago Budría.