Se viene celebrando desde hace más de 50 años cada segundo viernes de febrero Manos Unidas convoca hoy al Día del Ayuno Voluntario en apoyo de los 735 millones de personas que pasan hambre en el mundo
Un café menos puede transformarse en material escolar para escolarizar a una niña; una comida menos puede haber proporcionado semillas para algún huerto de mujeres… Y la suma de todas las colaboraciones se ven materializadas en centenares de proyectos de desarrollo en decenas de países, que Manos Unidas apoya cada año
Este ayuno al que convoca Manos Unidas, es una forma de «liberarnos de las esclavitudes del egoísmo, de la indiferencia, del orgullo, de la enfermedad del consumo desmedido, del móvil, de la televisión o del ordenador. Un gesto que nos ayuda a acercarnos al sufrimiento de los demás»
Junto a las «Cenas del Hambre» y el Ayuno Voluntario, Manos Unidas ofrece «La Hora del Hambre», invitando a tomar conciencia de «El Efecto Ser Humano», la única especie capaz de cambiar el planeta. Es un tiempo de reflexión y oración que nos llama a la conversión
Junto a las «Cenas del Hambre» y el Ayuno Voluntario, Manos Unidas ofrece «La Hora del Hambre», invitando a tomar conciencia de «El Efecto Ser Humano», la única especie capaz de cambiar el planeta. Es un tiempo de reflexión y oración que nos llama a la conversión
Este viernes, 9 de febrero, Manos Unidas convoca a los españoles a la jornada de Ayuno Voluntario. Una actividad con la que la ONG de la Iglesia católica pide a nuestra sociedad un gesto simbólico de apoyo a los 735 millones de personas que pasan hambre en el mundo.
Cada segundo viernes del mes de febrero, desde hace más de 50 años, generaciones de españoles han practicado el Ayuno Voluntario apuntándose a ese pequeño gesto tan simbólico como cargado de sentido: un café menos puede transformarse en material escolar para escolarizar a una niña; una comida menos puede haber proporcionado semillas para algún huerto de mujeres… Y la suma de todas las colaboraciones se ven materializadas en centenares de proyectos de desarrollo en decenas de países, que Manos Unidas apoya cada año.
«Entendemos que abstenerse de comida es un tipo de ayuno. Una manera de tomar consciencia del sufrimiento que padecen a diario millones de personas en el mundo que ayunan involuntariamente porque no tienen alimentos que comer; somos conscientes que es un pequeño acercamiento a su dolor porque es solo un día», explica Cristina Urrutia, del Departamento de Parroquias de Manos Unidas.
Para Urrutia, este ayuno al que convoca Manos Unidas, es una forma de «liberarnos de las esclavitudes del egoísmo, de la indiferencia, del orgullo, de la enfermedad del consumo desmedido, del móvil, de la televisión o del ordenador. Un gesto que nos ayuda a acercarnos al sufrimiento de los demás».
La capacidad de las personas para ponerse en el lugar del otro, de ver la vida a través de sus ojos, y de sentir lo que la otra persona está sintiendo «nos acerca más a Jesús», asegura Urrutia.
El Ayuno Voluntario se engloba en las actividades de presentación de la Campaña Anual de la ONG, —que, en 2024, trabajará por la justicia climática bajo el lema «El Efecto Ser Humano»—, y que culminan el domingo 11 de febrero con la Jornada Nacional de Manos Unidas, en la que lo recaudado en la colecta de todas las parroquias de España se destina a los fines de la ONG: la labor de Educación para el Desarrollo y la financiación de proyectos en América, Asia y África.
La Hora del Hambre
Junto a las «Cenas del Hambre» y el Ayuno Voluntario, ofrecemos «La Hora del Hambre», invitando a tomar conciencia de «El Efecto Ser Humano», la única especie capaz de cambiar el planeta. Es un tiempo de reflexión y oración que nos llama a la conversión.
En «La Hora del Hambre», cada persona, familia o grupo detiene su actividad cotidiana para centrar su mente y su corazón en tomar conciencia del inmenso drama que significa la desigualdad para millones de personas.