El sábado 21 de septiembre, un centenar de personas se concentraron en parroquias jesuitas del Norte de Madrid Vigilia por la Paz en Gaza: Un clamor popular pide el cese del terror

Vigilia por la Paz en Gaza
Vigilia por la Paz en Gaza

"Salimos a la calle para sumarnos a tantas vecinas y vecinos que anhelan esta conversión comunitaria para construir entre todos un mundo más pacífico, un barrio más pacífico, donde nuestros corazones encuentren la paz gracias al cuidado mutuo"

"Los horribles hechos que están sucediendo en Medio Oriente constituyen tal violación de todos los derechos, que debemos movilizar todas nuestras conciencias, nuestras voces y nuestra acción"

"Los 40.000 muertos y 94.000 heridos -en su mayoría civiles inocentes, mucho de ellos niños- nos hablan del sinsentido, la desproporción y la injusticia de la violencia en este conflicto"

"Queremos salir al encuentro y abrazar la intemperie de quienes hoy, en Gaza y en otros rincones de nuestro mundo, ven bombardeadas sus aspiraciones de VIDA"

Un centenar de personas se concentraron en la Vigilia por la Paz en Gaza que se celebró el pasado sábado 21 en las parroquias jesuitas del Norte de Madrid

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Hace tiempo que deberíamos haber convocado esta vigilia. Pero nunca es tarde para expresar nuestra protesta frente a la guerra y nuestro compromiso por alentar otros modos de relación más justos y fraternos. Casi un año después de la violenta incursión desde Gaza en territorio israelí, los 40.000 muertos y 94.000 heridos -en su mayoría civiles inocentes, mucho de ellos niños- nos hablan del sinsentido, la desproporción y la injusticia de la violencia en este conflicto y en tantos otros que afligen nuestra tierra.

No al genocidio en Gaza
No al genocidio en Gaza

"Los 40.000 muertos y 94.000 heridos -en su mayoría civiles inocentes, mucho de ellos niños- nos hablan del sinsentido, la desproporción y la injusticia de la violencia en este conflicto"

Los horribles hechos que están sucediendo en Medio Oriente constituyen tal violación de todos los derechos, que debemos movilizar todas nuestras conciencias, nuestras voces y nuestra acción. Una vigilia impacta en ese lugar donde todo se mueve y compromete. Hacerla en las calles como el pasado sábado no saca del sopor de nuestros encierros y nos llama a ser pueblo juntos y con los que más sufren.

Salimos a la calle para sumarnos a tantas vecinas y vecinos que anhelan esta conversión comunitaria para construir entre todos un mundo más pacífico, un barrio más pacífico, donde nuestros corazones encuentren la paz gracias al cuidado mutuo.

La calle hoy también expresa la determinación que tenemos como Iglesia de salir de nuestros muros, de atravesar nuestras paredes para salir al camino de quien hoy ve su vida amenazada por la guerra. Queremos salir al encuentro y abrazar la intemperie de quienes hoy, en Gaza y en otros rincones de nuestro mundo, ven bombardeadas sus aspiraciones de VIDA.

"Los horribles hechos que están sucediendo en Medio Oriente constituyen tal violación de todos los derechos, que debemos movilizar todas nuestras conciencias, nuestras voces y nuestra acción"

En la vigilia se leyeron testimonios directos de las víctimas, como el de Mariam, de 42 años: “Compartimos un lugar con cinco familias, estamos hacinados. Nos peleamos por el agua y el pan, haciendo colas interminables. El estrés en casa es tal que apenas podemos tolerarnos los unos a los otros. Incluso hacer cola es peligroso, ya que las panaderías y otras tiendas están en el punto de mira. Cuando salimos de casa, no sabemos si volveremos. Y entonces nos llegan mensajes al teléfono: otra más, otra muerte más» (recogido por Médicos del Mundo). O este otro de la pasada primavera, de Sapir Cohen, 29 años, secuestrada por Hamas: «Vi miles de civiles y todos vinieron a golpearme. Me pegaron muy fuerte, tenía que protegerme con las manos… Me ponía las manos en la cabeza y decía: ‘Dios, por favor cuídame. No quiero morir aquí» (recogido por Europa Press).

"Cuando salimos de casa, no sabemos si volveremos"

Como símbolo, la vigilia extendió en el espacio público dos largas cuerdas en las que se colgaron camisetas rojas recordando a las víctimas concretas. En otro momento, los asistentes pudieron escribir sobre camisetas blancas sus mensajes y se colgaron con pinzas entre las camisetas rojas, simbolizando la solidaridad y posicionamiento cerca de las víctimas.

Parroquias jesuitas norte de Madrid
Parroquias jesuitas norte de Madrid

Hubo un momento donde juntos miramos de cerca a nuestras vidas para descubrir y pedir perdón por nuestras propias guerras: nuestras guerras por la injusticia, la violencia y la falta de entendimiento que a veces domina nuestras relaciones… Nuestras guerras cuando aceptamos la desigualdad como inevitable, los naufragios y ahogamientos como ajenos, la destrucción del medio ambiente como progreso… Nuestras guerras internas provocan y sostienen el estado social de guerra. A continuación escuchamos la canción compuesta por Luis Guitarra, titulada “Desaprender la guerra”, que causó un momento de intensa emoción.

El biblista italiano Francesco Cocco, experto guía de Tierra Santa, nos contó en directo su experiencia frente a esta guerra de terror. Nos transmitió el sufrimiento de sus amigos, cómo el terror y la persecución va llegando a todos los puntos de la región, y cómo incluso algunos amigos suyos en Israel piensan que en Gaza no hay nadie que sea inocente, lo cual justifica cualquier acto de barbarie. Se va creando un muro de silencio alrededor de todos los hechos y eso es lo que esta vigilia y otras acciones buscan superar.

En la vigilia se leyó la declaración de la Comisión de Justicia y Paz de Tierra Santa, donde se afirma que las palabras que usamos importan, especialmente en tiempos de guerra. No es una guerra justa y no hay razones para sostener tal grado de terror indiscriminado y masacre de vidas inocentes. El texto termina invocando la esperanza: «Esperando contra toda esperanza que la guerra termine y que israelíes y palestinos juntos, viviendo en libertad e igualdad, buscarán la verdadera justicia, promoviendo la verdadera paz. repetimos con el salmista: "Oh Jehová, oirás el deseo de los mansos; fortalecerás su corazón, te inclinarás tu oído para hacer justicia a los huérfanos y a los oprimidos…” (Salmos 10:17-18)».

Después de esta lúcida declaración de Justicia y Paz, se leyeron tres poemas, dos de palestinos y uno israelí. El primero se titulaba “Si he de morir” y fue escrito por el poeta palestino Refaat Alareer, asesinado bajo las bombas de Israel en Gaza. Terminaba su poema clamando «Si he de morir, que mi muerte traiga esperanza». El joven poeta palestino Mohd Abu Lebda se preguntaba: «¿Es un ser humano el que fabrica las bombas, / el que envía las bombas, / el que dispara las bombas, / el que ve caer las bombas, / el que ve a los niños sin cabeza, bajo los escombros? / ¿Es un ser humano el que no se hace estas preguntas? / ¡¿Es un humano quien no entiende esto?!».

La mayor claridad respecto a la catástrofe nos la dieron las palabras del Papa Francisco. En el Cuaderno de la Vigilia unimos las distintas declaraciones que ha ido haciendo desde el inicio de los secuestros y la guerra. En sus palabras, «aquí hemos ido más allá de la guerra. Esto ya no es guerra, es terrorismo... El terror no puede justificar el terror». «¡Basta, por favor! ¡Frenen! ¡Digámoslo todos juntos!»… ««Que Cristo resucitado abra un camino de paz para las martirizadas poblaciones de esas regiones». «¡No sofoquen la palabra del Dios de la Paz, sino que sea el futuro de Tierra Santa, de Oriente Medio y del mundo entero!».

Seguidamente escuchamos la canción Imagine, cantada por la israelí Noa y el argelino Khaled. Y finalmente se leyeron entre todos los participantes las Bienaventuranzas de Gaza, entre las cuales se rezó «Animaos los secuestrados, porque conoceréis la libertad de los Hijos de Dios», «Animaos aquellos a los que os han cortado la electricidad, porque vuestra será la luz del mundo», «Animaos quienes habéis visto destruir vuestras escuelas, porque vuestra será la sabiduría de Dios», etc.

El Aleluya compuesto por Brotes de Olivo dio término a la vigilia con toda la gente unida por las manos y alzándolas al cielo para clamar por la paz.

Adjuntamos el Cuaderno de la Vigilia por la Paz en Gaza, por si queréis usarlo en vuestros barrios y localidades, para movilizarnos y orar unidos por la paz.

Hay veces que no podemos hacer más que alzar la voz, poner todo nuestro corazón, orar y gritar en el desierto, pero no dudemos que todos esos trabajos del alma impactan en el mundo, aunque de modo misterioso; tejen más denso el pueblo, nos hacen no ceder a la lógica de la violencia, expanden una onda que solo confía en la paz. Tan entrañada en la tradición cristiana, la Iglesia puede hacer un gran servicio público convocando vigilias en cada rincón del mundo para que por Dios nos comprometamos todos juntos con la paz en nuestros corazones y el corazón de la civilización.

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