Editorial Arquimedios El General que acaba con su ejército...

El General que acaba con su ejército...
El General que acaba con su ejército...

Fue también un error, y un verdadero acto de deslealtad, del comandante supremo, revelar la identidad (que casi nadie conocía) del jefe del Grupo de Análisis de Información del Narcotráfico, a quien al final de cuentas le imputó el ridículo hecho. Hay que decir que la persona revelada no es un improvisado, ya que, bajo su mando, en los últimos diez meses, se detuvo a 46 ‘pesados’ delincuentes, tan peligrosos como “El 20”, “El 8”, jefes de plaza del CJNG, etc.

Nunca antes el Ejército de México había estado en tan mala posición, criticado, humillado, cuestionado, etc., y sus integrantes, desanimados.

Según datos del mismo gobierno federal, a través de la Secretaría de la Defensa Nacional, con la llegada al poder del Lic. Miguel Alemán Valdés, el 1° de diciembre de 1946, finalizó la etapa de mandatos militares, para dar paso a un gobierno que creó el Departamento de Industria Militar y fundó el Banco del Ejército.

Y que a partir de la década de los 50’s, el Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos no habían dejado de modernizarse para, según sus datos, estar a la altura de las crecientes necesidades de nuestro país

Sin dejar a un lado diversos incidentes en los que ha estado envuelta la participación de malos militares, ahora, a nivel institucional, con el “culiacanazo”, se evidenciaron fragilidades y divisiones internas.

No es culpa de sus integrantes, ni siquiera, pudiéramos decir, de los mandos, sino de alguien más arriba, que así, equivocadamente, lo ha evidenciado, haciéndolo responsable de los fallos cometidos.

Fue también un error, y un verdadero acto de deslealtad, del comandante supremo, revelar la identidad (que casi nadie conocía) del jefe del Grupo de Análisis de Información del Narcotráfico, a quien al final de cuentas le imputó el ridículo hecho. Hay que decir que la persona revelada no es un improvisado, ya que, bajo su mando, en los últimos diez meses, se detuvo a 46 ‘pesados’ delincuentes, tan peligrosos como “El 20”, “El 8”, jefes de plaza del CJNG, etc.

El grupo de élite en investigación criminal y su encargado se mantenían en sigilo. Ahora han quedado a la intemperie, con su vida en grave riesgo (y la de su familia).

Si existe alguna institución cuyos integrantes sean obedientes a las órdenes superiores son, precisamente, los militares. Ellos acatan órdenes, y si éstas son equivocadas, ellos se equivocan, aunque contradiga el paradigma de que “quien obedece, nunca se equivoca”. Y otros valores (disciplina, abnegación, honor) por los que pasó por encima ‘su General’.

Luego del operativo fallido en Culiacán, a estas alturas, nuestro gobierno ya hubiera optado por mantener silencio, luego de haber reconocido su error. Lo cometieron, y esas circunstancias obligaron a optar por la seguridad de los habitantes. Punto. Basta.

Pero volver a querer explicarlo de una y otra forma, sumando contradicciones y aumentando la falta de claridad, haciendo más turbio el escenario, desgastándose ellos y desgastando a los miembros del Ejército, la situación se vuelve peor.

Sería mucho más prudente y efectivo que nos dijeran si podemos tener cierta seguridad en el futuro, con alguna estrategia mejor planteada porque, hasta la fecha, la Guardia Nacional, creada sin duda con la mejor de las intenciones, no le ha dado claridad al tema.

Somos los primeros que quisiéramos que no fuera una Guardia fallida, sino por el contrario, pero como van las cosas con la institución ya establecida, el Ejército, no sabemos por dónde y cuándo, en este sentido, mejorarán las cosas en México.

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