Quienes ocupan los espacios en esa área “no tienen la preparación adecuada” En la arquidiócesis de México, la comunicación se ha “vaciado del verdadero contenido de fe”: Exvocero Hugo Valdemar Romero

En la arquidiócesis de México, la comunicación se ha “vaciado del verdadero contenido de fe”: Exvocero Hugo Valdemar Romero
En la arquidiócesis de México, la comunicación se ha “vaciado del verdadero contenido de fe”: Exvocero Hugo Valdemar Romero

Semanario arquidiocesano Desde la fe se encuentra en crisis. No sólo hay contenidos banales y claros errores doctrinales: “Desapareció de la agenda pública de los medios, hoy está reducido a voz pusilánime que a nadie interesa”.

Al cumplirse dos años del gobierno del arzobispo Carlos Aguiar, no son pocas las voces que se levantan para señalar y denunciar los evidentes quiebres. Bajo el pretexto de “profunda reforma”, la realidad indica el progresivo desmantelamiento de áreas que tuvieron indiscutible vocación consolidada. La improvisación, inexperiencia y carencias de liderazgos han hecho que este arzobispado se perfile hacia un período perdido y, más aún, fallido. Ahora, las denuncias comienzan a darse para analizar hacia dónde va la arquidiócesis de México en un deseo sincero de mantener el barco a flote.

Una de esas áreas ahora en crisis es la de la comunicación. Cuando el arzobispo Aguiar tomó las riendas arquidiocesanas, la oficina correspondiente fue el blanco que necesitaba desactivarse urgentemente ante su evidente peso y preponderancia. ¿Cuáles han sido los derroteros? Si alguien sabe del tema es el padre Hugo Valdemar Romero. En entrevista, el exdirector de comunicación del arzobispado de México y actual director de la Agencia Católica de Noticias, hace un demoledor análisis que no deja a nadie indiferente. En su estilo, sin tapujos y claridoso, el también canónigo penitenciario lanza las señales de alarma sobre el manejo de esa área la cual, según su juicio, está en manos de inexpertos quienes no conocen la arquidiócesis de México. Sin concesiones, sentencia: “Se la viven haciendo ocurrencias que ellos mismos aplauden como geniales…”

Padre Hugo, a dos años del relevo en el equipo de comunicación del arzobispado de México, ¿Cómo evalúa el desempeño en la actual forma de comunicar de esa oficina?

-La Oficina de Comunicación Social como fue no existe más. Cuando entregué esta área al señor arzobispo Aguiar Retes le dije que recibía una de las mejores oficinas de comunicación del país, pero dejó de existir; de toda la actividad que tenía quedó reducida a un único proyecto, el del semanario Desde la fe. Es de lamentar y también de denunciar el aniquilamiento de un área ejemplar y que fue orgullo de nuestra arquidiócesis, que costó mucho tiempo y recursos para levantar y consolidar, hoy está aniquilada como muchas otras áreas de la arquidiócesis que eran modelo como, por ejemplo, el Seminario Conciliar, pastoral juvenil, catequesis, Casa Damasco, Fratesa, el seguro médico para los sacerdotes y tantas áreas, hoy desmanteladas.

En efecto, progresivamente se han desmantelado recursos que eran referentes de la fuente religiosa. ¿Por qué eliminar lo que funcionaba de manera exitosa?

-Por soberbia e ignorancia. Esto es producto del pensamiento de que nada de lo que se hizo en el pasado tiene valor, por lo tanto, hay que desmantelarlo. En esta mentalidad narcisista, sólo la visión y los proyectos propios son lo que cuentan sin tener valoración y respeto por el trabajo de décadas hecho por personas verdaderamente competentes y conocedoras de las áreas. Por ignorancia, quienes ahora ocupan áreas claves, no tienen la preparación adecuada, no conocen la arquidiócesis y mucho menos a los destinatarios, se la viven haciendo ocurrencias que ellos mismos aplauden como geniales, descartando cualquier crítica con el calificativo de resentidos y, pese al desastre, siguen adelante como si nada pasara y todo fuera un éxito. Es un autoengaño increíble.

El caso más paradigmático es el Desde la fe. Quiso renovarse en una revista más cara a la que se le dio color e imágenes, pero menor en cuanto al contenido y calidad informativa. Algunos dicen que es literatura religiosa chatarra, ¿A qué le ha apostado esa publicación?

-Reconozco que el diseño y la presentación mejoraron, pero el contenido ha sido un desacierto. Menos mal que conservan colaboradores de mucho valor. Pienso en Alejandra Sosa, Alberto Quiroga o los padres Sergio Román, monseñor Salvador Martínez, Julián López, Óscar Arias, Julio César Saucedo… Colaboradores de siempre de este querido semanario. Sin ellos, efectivamente, el contenido quedaría reducido a chatarra y banalidades y todavía peor, condenado a cometer errores en la doctrina católica como negar la presencia real de Cristo en la eucaristía. Si enumeramos estas fallas, tendríamos una larga lista de errores imperdonables. Lo valioso que queda del semanario, estoy seguro, se debe al empeño de su editor, Roberto Alcántara, quien lleva 17 años en el cargo, él sí conoce la arquidiócesis y lo que necesitan los lectores de Desde la fe.

Los editores presumen su impacto de una forma muy difícil y artificial de verificar fidedignamente, es decir, por visitas y likes; por el contrario, los ejemplares impresos han caído drásticamente por debajo de los diez mil. A su juicio, ¿Se ha aceptado más este semanario entre los fieles y el presbiterio?

-Es inevitable no reír ante semejante autoengaño. Sabemos muy bien que el consumo de las redes sociales es inmediatista, superficial… Si vemos el tiempo que están en el artículo al que le dieron «me gusta», no supera el minuto. Medir el impacto por este tipo de consumo es tan superficial como fatuo, se ha perdido gran parte de su contenido. Como dije anteriormente, es increíble el autoengaño y la autocomplacencia que convence a pocos de sus pocos seguidores y a los ingenuos. Es un mundo de apariencia y superficialidad que no va de acuerdo con el ser de la Iglesia. Más bien nos llena de vergüenza.

El último número del semanario (1200) no deja de sorprender por su increíble pobreza y la forma como se da a conocer a los lectores el inicio de la cuaresma… Casi toda la revista es un recetario de platillos cuaresmales y no es la primera vez, también se han usado sus páginas para hacer un calendario o más aún para notas rosas como el del día de san Valentín. ¿Esto es evangelizar? ¿O Desde la fe tocó fondo?

-Hay una frase del profeta Jeremías que me gusta mucho: “Se fueron tras vaciedades y se quedaron vacíos”. Es lo que le está pasando al semanario Desde la fe, se ha ido vaciando de un verdadero contenido de fe, de información fidedigna y ha terminado convirtiéndose en una revista frívola de recetas cuaresmales de fondita o de artículos cursis. En vez de hablar del ayuno cuaresmal se dedican a hablar de comida. Que cada uno saque sus conclusiones.

Otra cosa que llama la atención es la renovación, por segunda ocasión, del consejo editorial. Generalmente estos cambios sugieren un drástico golpe de timón para salir de las crisis. Y destaca algo en particular, los nuevos integrantes no son comunicadores. ¿Cuál es su opinión?

Hacer un cambio semejante es no entender la naturaleza del semanario y, por supuesto, no tener idea de la comunicación. Una cosa es la pastoral de la arquidiócesis que por cierto está en ruinas, sin proyecto ni rumbo pastoral y otra cosa muy distinta es un semanario diocesano. Si no se entiende algo tan básico quiere decir que no entienden nada. No veo qué tenga que hacer el equipo pastoral como consejo editorial. Ahora sí, como dicen: “Que alguien me explique”.

Los actuales editores del semanario se colgaron de un nombre que tuvo prestigio y fama. “Desde la fe” llegó a ser un referente internacional, ese nombre ahora es usado sólo para “vender” … y gastar miles de pesos en una publicación.

-En realidad no venden nada. Según me informan, el tiraje está ya por debajo de los 8 mil ejemplares quedando muy por debajo de los semanarios de Guadalajara, Puebla y León. Es una tragedia y una vergüenza cuando, en otros tiempos, estuvo en 30 mil ejemplares en la arquidiócesis y 650 mil encartes en la Organización Editorial Mexicana. Cuando se tenían estos altísimos números, éramos seis personas que hacían posible este semanario, ahora sé que son 15 personas, con muy altos sueldos, quienes no son capaces de sacar a Desde la fe de su crisis, cada vez cancelan más parroquias y se hunde más el semanario que fue un modelo a nivel nacional. Obviamente no es sustentable y tiene que consumir enormes recursos que bien podrían destinarse a áreas verdaderamente prioritarias.

Finalmente, será difícil recuperar nuevamente un semanario con vocación profética. Hasta en eso, la revista fue silenciada. ¿Hay “redención” para la comunicación en la arquidiócesis de México?

No, no la hay al menos en los próximos 5 años. La arquidiócesis de México, después de tener un liderazgo nacional a nivel de comunicación, sobre todo por su semanario Desde la fe, ha pasado a ser irrelevante, nadie la conoce ni la toma en serio. Son incapaces de emitir al menos un comunicado de prensa bien hecho, Desde la fe desapareció de la agenda pública de los medios, hoy está reducido a voz pusilánime que a nadie interesa, El semanario está muerto y no renacerá en los próximos años, por el contrario, se hundirá más. La oficina de comunicación que con tanto esfuerzo se levantó es sólo una ruina. Es una de las áreas de la arquidiócesis que han sido destruidas. Y la destrucción, por desgracia, y para dolor de quienes amamos esta arquidiócesis, seguirá.

Volver arriba